Vivir y catar las 12 DO catalanas con la nueva normalidad

La experiencia de visitar las casi 400 bodegas, conocer los propietarios y pasear entre sus viñas

Las 12 DO Catalanas. | iStock Las 12 DO Catalanas. | iStock

Creo que una forma excelente de conocer las particularidades de cada paisaje es hacerlo a través de los vinos que produce. La cultura vitivinícola y su encaje con la diversidad paisajística y medioambiental es una buena manera de conocer un territorio ahora que parece que este agosto nos quedaremos cerca de casa. Acercarse a algunas de las bodegas representativas de las 12 DO catalanas que tenemos que ir postergando, haciendo un recorrido en prospección.

Ya diréis: visitar las casi 400 bodegas y pasear entre sus viñas es una tarea realizable, por lo tanto os propongo una pequeña ruta, que, en realidad, es una selección muy personal y que empieza, cómo tiene que ser, a un paso de Barcelona, cerca del Mar visitando las viñas de la DO Alella. Una visita pendiente a Alta Alella, bodega fundada en 1991 por la familia Pujol-Busquets Guillén especializada en cavas de larga crianza. La bodega cuenta con cerca de 83 hectáreas propias de viña tras una adquisción por 3 millones de euros el año pasado de 33 hectarees ecológicas. Produce cerca de 300.000 botellas al año y un 33% va a mercados exteriores.

La cultura vitivinícola y su encaje con la diversidad paisajística y medioambiental es una buena manera de conocer un territorio

Continuando la ruta hacia el norte nos depara un lugar de una belleza cultivada, plácida y tranquila. Acercarnos hacia el mar, el viento del litoral de la Costa Brava mima unos vinos, los de la DO Empordà de linaje salvaje donde la verdad garnacha negra y la tramuntana le dan todo su carácter juguetón. La visita en la La bodega Empordàlia, situada en Pau y Vilajuïga. Hace más de 40 años que cultivan viñas y olivos en la zona del Alt y Baix Empordà. trabajan más de 500 hectáreas de olivos y 350 hectáreas de viñas. También son productores, con experiencia, de vinos y aceites de calidad, y de cosechas propias.

Adentrándonos hacia el Sur, hacia el Penedès, abrazando el paisaje inabarcable que ofrecen las xarel·lo, parellada y macabeu propias de esta denominación de origen, visitaría Bodegas Avgvstvs Forvm. Una pequeña bodega de carácter familiar en Sant Vicent de Calders que coge el nombre de Las Deveses, donde antiguamente pasaba la Vía Augusta, a pocos kilómetros del Arco de Berà, actualmente Patrimonio de la Humanidad. Bodegas Avgvstvs Forvm tiene dos líneas de productos: los vinagres gourmets y los vinos. La bodega incrementó su facturación a lo largo de los últimos 5 años y se sitúa en 2019 cerca de los 3 millones de euros, exportando sus vinagres, uno de sus productos estrella, además de 30 países de todo el mundo. En la zona, en particular en Sant Sadurní d'Anoia podremos encontrar bajo la DO Cava algunos de los mejores vinos espumosos que se elaboran en Catalunya bajo el método champenoise.

La ruta vinícola continúa hacia mi querida DO Conca de Barberà, una denominación que me resulta muy cercana porque en las tierras a tocar de las montañas de Prades tengo casa desde hace 10 años y frecuento algunos de sus restaurantes y bodegas. Ofrecen una combinación perfecta entre el patrimonio arquitectónico propiamente modernista y las últimas tecnologías erigiéndose en auténticas catedrales del vino. Son muy recomendables los premiados vinos de la bodega Josep Foraster, en Montblanc, o los de la Bodega Carles Andreu, a la vecina Pira.

El siguiente peldaño en esta ruta implica volver a pisar llicorella y pizarra, suelos propios de las montañas de la DO Priorat, la única cualificada catalana. Cerros oscuros, ásperos, amontonados como oleadas gigantescas. La visita, en la bodega familiar de David y Olivia, Marco Abeja, en Porrera. El 2015, su vino fue el mejor vino del año en China según el Wine in China Magazine. Poca broma. Con 27 hectáreas de viña propia y una producción anual de 60.000 botellas, exportan el 80% de las botellas, en especial en mercados asiáticos.

Cerca podremos encontrar la DO Montsant, con la espectacular sierra que le pda nombre. Se impone una visita a Bell Cros, para volver a probar vinos como El Tracte en casa de Ann, y Peter Skoglund, una pareja de emprendedores suecos. El reputado enólogo Joan Asens consigue extraer de viñas cercanas a los 80 años unos vinos sostenibles y ecológicos muy estructurados que persiguen el prestigioso sello de producción ecológica del CCPAE. Hasta ahora han destinado 1,2 millones de euros a este proyecto enológico comprando un total de 25 hectáreas. Sus vinos están haciendo pasos sostenidos hacia el cultivo ecológico 100% y (en un futuro) biodinámico. Saldrán adelante una nueva bodega, que se integrará dentro del paisaje. Un proyecto que requerirá una inversión de unos 2 millones de euros hasta el 2022.

Més info: Barcelona Wine Week: el arte y la democracia del vino

Bajando por las comarcas tarraconenses y probando el expertise de algunos vinos bajo la DO Tarragona, ya se desvela que en la zona se produjera vino en la época de los romanos. La visita pertinente a De Muller, bodega histórica fundada en 1851 y situado en una masía con capacidad para 4 millones de litros, donde se encuentran algunas joyas como botas del año de la fundación 1851, o las botas de 55.000L donde elaboran su celebrado vino de misa. Antes de hacer marcha atrás, hay una visita siempre pertinente al pueblo del aceite, Siurana, antes de continuar, mirando hacia el oeste, dirección Lleida.

En la provincia de la niebla se elaboran algunos de los vinos blancos más desconocidos y sorpresivos. Un sueño húmedo es volver a probar algunos de los vinos blancos con fermentación y crianza en botas amparados en la DO Costers del Segre con amigos alrededor de una mesa. Hablamos de joyas como el Finca Racons de Tomàs Cusiné o el Cérvoles Blanc. Siguiendo el curso del río Ebro no sólo haría parada para degustar una anguila con zumo, unos mejillones del Delta o una cassoleta comida blanca, sino los vinos de la DO Terra Alta amparados en una tradición milenaria. Visita al recientemente inaugurado bodega Les Vinyes del Convent, el único de la Terra Alta que se encuentra en Horta de Sant Joan, una población tradicionalmente ligada al mundo de la viticultura. Elies Gil, cuarta generación de viticultors (se dedican desde el siglo XVIII a la venta de vino) ha invertido más de 3 millones de euros en la bodega que se encuentra en un claustro en Arnes con unas espaterrants vistas a Horta de Sant Joan, Els Ports y les Roques de Benet. El grupo de empresas de Gil factura unos 12 millones de euros.

Volviendo hacia el interior de Catalunya y hacia Barcelona, visita a la bodega Abadal de la DO Pla de Bages, a los pies de Montserrat —a tocar de Abrera—. Podéis hacer una visita guiada a la bodega con cata de vinos (visitando la Masía del s. XII, la viña y la bodega actual). Junto con las bodegas Lafou Bodega (DO Terra Alta), Crin Roja (Vino de la Tierra de Castilla) y Ramon Roqueta (DO Catalunya) pertenecen al grupo bodeguero familiar Roqueta Origen, una empresa con una facturación alrededor del 20 millones de euros (2019) con aproximadamente 120 hectáreas propias y una plantilla de 70 personas que exporta el 46% de su producción. La Picapoll, variedad de uva icónica recuperada por esta empresa en un monovarietal muy celebrado desde 2018, y la Mandó expresan su paisaje de la manera más fiel.

Bajo la DO Catalunya, que suma más de 50.000 hectáreas de viña por todo el territorio, podríais llevaros una buena muestra de vinos a casa de cualquier de sus 226 bodegas esparcidos por el territorio. Por ejemplo, correspondería una visita a la bodega Can Estruc, de Esparraguera, puesto que estamos cerca. Cargada la bolsa de muchos vinos y de experiencias seguramente recogeréis botellas de diferentes perfiles, elaboraciones y tradiciones. Para todos los gustos.

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