'Connected': conectando ciencia, desconectando estereotipos

La serie documental de Netflix 'Connected: The Hidden Science of Everything' habla de la interconexión a nivel de planeta, físico y social

Latif Nasser, el presentador del documental de Netflix 'Connected' Latif Nasser, el presentador del documental de Netflix 'Connected'

Dos series documentales marcaron mi juventud en los años 80: Cosmos de Carl Sagan y Conexiones de James Burke. Cosmos, la serie, el libro y en general la obra del astrofísico Carl Sagan representó para mucha gente de mi generación una entrada al método científico, al excepticismo empiricista (hablábamos de ello el otro día), al pensamiento crítico, a la ecología y al humanismo; lejos de mitos, verdades reveladas y autoridades autoproclamadas.

TV3 emitió la serie de la BBC Connections presentada por el historiador de la ciencia James Burke al principio de sus emisiones en los años 80. Burke exploraba las conexiones entre personajes, ideas, descubrimientos y sobre todo fracasos a lo largo de la historia, con la premisa de que los momentos estelares de la humanidad no son nunca fruto del talento individual o la suerte de una persona, sino de la suma de talentos y, muy a menudo, la desdicha de muchos, en un mundo donde todo está conectado.

Esta es precisamente la tesis de la miniserie documental Connected: The Hidden Science of Everything de Netflix. Estrenada este 2020 y rodada en 2019 —es relevante en tiempos de covid-19— la serie muestra cómo de interconectados estamos en seis capítulos temáticos; a nivel de planeta, a nivel físico y a nivel social, con la ciencia y el humanismo como hilos conductores. La serie engancha desde el primer episodio, que trata el tema de la vigilancia, la mala, la de toda la vida, pero también la buena, la que por ejemplo se aplica en el seguimiento por GPS de pájaros o el reconocimiento facial a los cerdos.

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Mención especial para el presentador de la serie, Latif Nasser, conocido por ser el director de investigación del programa de radio y podcast en la New York Public Radio Radiolab. Latif es un chico de aspecto muy joven americano musulmán —"es lo menos halal que he hecho nunca", dice al iniciar el segmento del reconocimiento facial de los cerdos— que parece más un youtuber que un doctor en Historia de la Ciencia por Harvard. De hecho, su tono, las bromas, los cortes en el discurso y los recursos visuales parecen hechos por un youtuber. Y este, lejos de ser un problema es uno de los grandes méritos de la serie. Latif es youtuber pero no demasiado; llega a los millennials sin importunar a los baby boomers; y es doctor pero no demasiado; sabe de todo pero deja hablar a los invitados.

Otro de los estereotipos que rompe la serie es lo de los científicos hombres, blancos y anglosajones. En cada episodio, la variedad de nacionalidades, orígenes, colores y géneros es profusa; tanto, que salen algunos catalanes. Pero sobre todo aparecen científicas mujeres —nos hacen falta muchos referentes para las niñas— y muchos científicos africanos, muchos más de los que nunca salen en los documentales, especialmente en los de ciencia.

Todos los episodios de 'Connected: The Hidden Science of Everything' exploran la relación entre aquello más pequeño, cotidiano y común con aquello más grande, trascendente y único

Al episodio de la vigilancia lo siguen Poop (caca), Dust (polvo), Digits, Clouds (nubes) y Nukes (armas nucleares). En todos explora la relación entre aquello más pequeño, cotidiano y común con aquello más grande, trascendente y único, con momentos memorables y giros inesperados. En Poop muestra el complejo entramado de las cloacas de una gran ciudad (atención al concepto) como una extensión de nuestras tripas. Analizando las cloacas de Londres y el agua del Támesis, las autoridades sanitarias saben el consumo de drogas —metamfetamines, MDMA y drogas químicas los fines de semana, cocaína constante de lunes a domingo— o bien que el consumo de ansiolítics ha aumentado con el Brexit.

El capítulo más flipante en muchos sentidos es el de Digits. Lo esperaba con ganas porque toca mi negociado pero superó las expectativas. De entrada me hizo conocer la ley de Benford. Resulta que de cualquier medida que hacemos, cualquier magnitud —las constantes físicas, las potencias de dos, los libros vendidos por Sant Jordi, las distancias de la Tierra a las estrellas—, en general, de cualquier colección de números, si cogemos la primera cifra y miramos la frecuencia de aparición no será igual para todas. Hay un 30,1% de cifras que empiezan por 1, un 17,6% que empiezan por 2, 12,5% por 3 hasta llegar al 4,6% del 9: la frecuencia de aparición sigue una distribución logarítmica. O sea, que si mentís en la declaración de la renta, las proporciones no seguirán la ley de Benford y Hacienda os pillará (sí, también la usan).

El episodio acaba con los científicos catalanes Joan Martí y Adelina Geyer del Centro de Ciencias de la Tierra del CSIC en Barcelona. Adelina, al conocer la ley, la contrastó con sus bases de datos de tamaños de volcanes: los tamaños de los volcanes también siguen la ley de Benford. El episodio lo ilustra con una conversación del presentador Latif Nasser con el científico Joan Martí encima de un globo aerostático volando por la Garrotxa. Todo está conectado.

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