Derechos, sexo, poder y consentimiento

El discurso de Amia Srinivasan hace tambalear los cimientos de una sociedad que se ha acomodado en un feminismo reaccionario a olas y de grandes eslóganes

La obra más conocida de la autora es El derecho al sexo (2018)  | iStock La obra más conocida de la autora es El derecho al sexo (2018) | iStock

La gran Michèle Le Dœuff dijo una vez que cuando eres mujer y filósofa, el feminismo va muy bien para contar lo que te pasa. Tras la cúspide de la última ola feminista y del enfriamiento de la euforia general que llevamos viviendo desde hace unos meses, algunas de las grandes consignas feministas han empezado a brotar de nuevo. No es que el feminismo haya desaparecido de la agenda política. De hecho, está más presente que nunca, pero la calma con la que se está desarrollando en los últimos años es el tipo de pensamiento que creo que falta en estas agitadas agendas contemporáneas: la cocina a fuego lento, tranquila, sin prisa.

Una de estas cocineras intelectuales es Amia Srinivasan. Nacida en la acertada fecha de 1984 en Bahrein y criada entre las ciudades de Londres, Singapur, Nueva York y Taiwán, es una filósofa reputada en el ámbito internacional y profesora de Teoría Política y Social, Teoría Feminista y Epistemología en la Universidad de Oxford y su All Souls College. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Harvard y desde entonces ha escrito a reconocidos medios y ha visitado universidades como University College, NYU o UCLA. Lo importante, sin embargo, no son sus méritos, sino los temas que trata: la muerte, el suicidio, la angustia existencial, el sexo, las opresiones, la desigualdad o la importancia de la educación, entre otros. Y para explicar estas ideas utiliza algunos de los grandes paraguas conceptuales de la contemporaneidad, estos son, el feminismo, la filosofía del lenguaje o la teoría política. En el campo de los feminismos es donde ha realizado sus más relevantes contribuciones y donde, a partir de una prosa accesible y energética, ha explorado profundamente temas como el consentimiento, la objetificación del cuerpo femenino, el deseo, la pornografía o los estereotipos de género.

Srinivasan parte de una comprensión del sexo como un ejercicio del poder, cuyo objetivo se encuentra más allá de la conquista del cuerpo deseado

La obra que la ha hecho más famosa es El derecho al sexo, publicada en el 2018 en el London Review of Books, que ha sido recientemente traducida por la Editorial Anagrama. Aquí, Srinivasan trata las interacciones de poder que ocupan el campo del sexo, así como la forma en que las normas sociales y los estereotipos de género pautan la forma en que nos sentimos autorizadas a ejercer nuestro deseo dentro de un contexto social. Srinivasan parte de una comprensión del sexo como un ejercicio del poder, cuyo objetivo se encuentra más allá de la conquista del cuerpo deseado y tiene rastros en la sociedad en la que ocurre. Desde un posicionamiento profundamente filosófico y con una complejidad ética fascinante, Srinivasan habla sobre el derecho al sexo a una sociedad contemporánea que se encuentra resacosa de la vorágine feminista de hace unos años pero que, según la autora, no puede olvidarse que el feminismo ha sido, es y será, una guía para la conducta colectiva que ayudará a las mujeres a comprenderse a ellas y las circunstancias contradictorias de una sociedad que les pide, a su vez, la emancipación y la obediencia a la norma. Por esta aportación Srinivasan ha recibido importantes galardones como American Philosophical Association Article Prize en 2018 o la cátedra Chichele de Teoría Política y social en el All Souls College de la Universidad de Oxford.

Srinivasan insiste, en muchas ocasiones, en que para ella el feminismo es una lucha política que nunca termina. Los feminismos son una serie de movimientos simultáneos mundialmente que buscan un orden diferente a las cosas, e imaginar colectivamente realidades que, hasta ahora, el sistema había negado, obstruido y condenado. El feminismo como libertad y como liberación, por tanto, es incomprensible sin una libertad de acción, de causa y de compromiso. Seguramente Srinivasan estaría de acuerdo en que cada momento de la vida de una mujer se da un momento diferente a la lucha feminista. O quizás no. Quizás ella comprendería que se trata de una misma lucha que muta y cambia de forma a raíz de cambios sistémicos y cambios personales. Sea como sea, la voz fresca y contundente de la autora hace tambalear los cimientos de una sociedad que se ha acomodado en un feminismo reaccionario a olas y de grandes eslóganes desde donde la diferencia se ha entendido por algunos reductos marginales y no como una transformación personal de cada mujer. Pensar el sexo en el siglo XXI, después de décadas de lucha feminista, no puede ser lo mismo que en su inicio.

El feminismo como libertad y como liberación, por tanto, es incomprensible sin una libertad de acción, de causa y de compromiso

Srinivasan nos ofrece las pautas para empezar a pensar a pesar de que la transición, la verdadera transformación, pasa por la forma en que resolvemos los casos abiertos y nos dirigimos entre nosotros en el terreno sexual. Hasta que no comprendamos que el placer y la pasión no son hechos blindados en nuestras camas sino actos sociales con repercusiones políticas, no seremos capaces de formular un nuevo paradigma que permita a las mujeres pero también a toda la sociedad, una forma mucho más libre y liberada de desear.

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