"Situar el usuario en el centro del proceso de ynnovació para entender perfectamente sus necesidades y poder encontrar soluciones para satisfacerlas". Este es el objetivo de un proceso de design thinking según Conchita Galdón (@ConchitaGaldon), profesora de la IE Business School, y una de las impulsoras del primero Inside Social Innovation celebrado en Barcelona.
Después de la presentación de cinco proyectos de innovación social en formato de pitching slam, Prometteo era el escogido para trabajar utilizando técnicas de design thinking. Más de cuarenta personas reunir en pequeños grupos alrededor de una mesa, arromangant-se las mangas y con ganas de aportar nuevas ideas para ayudar a crecer un proyecto que acababan de conocer.
Múltiples perspectivas
"La idea es que gente de todo tipo; académicos, emprendedores, directivos o periodistas, aporten su experiencia y sus puntos de vista, y trabajen juntos para llegar a nuevas ideas que iluminen algo más el camino de este proyecto", explica Galdón a VIAempresa, justo antes de empezar la sesión.
Son dos horas de discusiones intensas y apasionadas entre gente que se acaba de conocer. "Estos procesos, cuando se hacen a una empresa entre todos sus trabajadores, pueden durar dos meses", comenta Galdón, que recuerda que "el Inside Social Innovation es un tastet de dos horas para dar a conocer estas técnicas, compartir la experiencia y hacer contactos entre gente con sensibilidad por la innovación social".
El reto: entender el cliente
Hay una regla clara: cuando Galdón levanta la mano todo el mundo tiene que hacer silencio y escuchar el siguiente paso. Con la lección muy aprendida, todo empieza definiendo qué será el reto. En este caso, como hacerlo para llegar mejor al cliente?
Cada grupo escoge un entrevistador y un entrevistado que se hará pasar por el cliente. El resto del grupo los boy escout y toma nota en tabla-its de colores para crear un mapa de empatía con cuatro ejes: citas y palabras clave, pensamientos y creencias, acciones y comportamientos, y sentimientos y emociones.
La idea es de este modo situarse a la piel del cliente o usuario (que no siempre es el mismo), comprender sus objetivos y sus necesidades. En definitiva, cambiar el punto de vista habitual para ver las cosas desde el otro lado de la barrera.
Todas las ideas son bienvenidas
A continuación, todo el mundo se tiene que poner de pie para la fase d'ideación. Un brainstorming donde cuanto más ideas se pongan sobre la mesa, mejor. No hay de estúpidas, todo el que pasa por la cabeza se tiene que compartir con el grupo y facilitar la construcción sobre ideas de los otros.
De todas las que se proponen, cada grupoescoge una yhace un prototipo. Un dibujo o una figura de plastilina, todo vale para mostrar gráficamente la solución propuesta. "No nos tienen que avergonzar los bebés feos, nos tenemos que atrever a enseñar las ideas aunque estén en una fase muy primaria. Siempre pueden ser útiles", asegura Galdón, micrófono en mano, en medio de todos los grupos.
Finalmente, cada grupo dispone de un minuto para mostrar a los otros su prototipo y explicar la solución que han encontrado. Hay de todo tipo: complicadas, obvias, imaginativas e incluso alguna con un toque de humor, pero todas se ganan el aplauso de los participantes. En design thinking, todas las aportaciones son bienvenidas porque innovamos entre todos.