Uber versus el sector de los taxis, Airbnb versus el sector hotelero. Todos ellos compiten entre sí por un mismo mercado, con la diferencia que las dos compañías tecnológicas, con sede a San Francisco, han conseguido ponerse el usuario al bolsillo, en un mercado tradicionalmente regulado. El mundo digital ha entrado antes por la puerta de los consumidores que la de las empresas y son muchos los sectores que ven amenazada su existencia con la llegada de las nuevas tecnologías. "No podemos pensar en negocio sin pensar en tecnología", sentencia Sandra Sieber, profesora de Sistemas de Información de la IESE, durante una conferencia a la escuela de negocios de Barcelona.
Según el estudio Leading Through Connections, realizado por la empresa IBM, el 2004, los factores externos que más impactaban a las empresas eran el mercado, seguido de las habilidades de los trabajadores y la globalización. El 2012, los CEO's de las principales compañías ya consideraban las nuevas tecnologías como el factor que más condiciona sus organizaciones.
La mentalidad digital
Cloud Computing, Big Data, Social y Mobile son las cuatro grandes tendencias tecnológicas que han transformado el comportamiento de la sociedad y han impulsado nuevos negocios como Uber y Aribnb, valorados en más de 7.000 millones de euros cada cual. Ahora bien, que pasa cuando la tecnología intenta cambiar un sector?
"La velocidad del cambio y el nivel de transformación dependerán del grado de densidad digital de cada industria", advierte Sieber, que define la densidad digital como "el número de conexiones, interacciones e información realizadas a través de tecnologías digitales por unidad de actividad social". O el que es el mismo, el grado de digitalización de un sector.
Según la profesora de la IESE, para medir la densidad digital de un sector se tienen que tener en cuenta tres parámetros. En primer lugar, el número de conexiones; cada vez estamos más conectados. En segundo lugar, la frecuencia de las interacciones y, en tercer lugar, la información , donde cada vez cobra más importancia la privacitat. "Los datos personales son el nuevo petróleo de los negocios y la nueva moneda del mundo digital", remarca Sieber, parafraseando el discurso de la comisaria europea Meglena Kuneva.
Sieber alerta a las empresas que localicen que en su sector hay un gran número de conexiones. "Si le sumes un volumen considerable de interacciones entre consumidores o usuarios y donde la información coge gran relevancia, tienes que ser consciente que ya estás en otro estadio, en el que la transformación digital del negocio o del sector será fuerza rápida".
De la ciencia-ficción a la realidad
Y si pensamos a largo plazo? El conflicto entre los taxistas y Uber es un ejemplo más de las profundas convulsiones que la tecnología puede llegar a generar en los sectores tradicionales. Pero no es el único caso. El coche sin conductor será una realidad en menos de 20 años y si el CEO de Google lo tiene tan claro, señal que ya no hablamos de ciencia-ficción, sino de una sociedad con mentalidad digital.
Según Sieber, uno de los sectores que sufrirá una mayor transformación será lo del transporte de mercancías . "En los Estados Unidos, la entrega de productos el mismo día crecerá exponencialmente en los próximos años, una acción complicada de lograr, puesto que nos movemos alrededor de los dos-cinco días de entrega". Cómo lo conseguiremos? Con los drones? "Si con el sector del taxi ya tenemos problemas de regulación, imaginaos con los drones… Todos sabemos que Amazon no hará que un drone entregue un paquete al consumidor final", reflexiona.
Deliv, una start-up de los Estados Unidos que ya se ha convertido en el Uber del sector retail tiene la solución. En general, uno paga un coste más alto para un servicio más rápido; Deliv consigue reducir el coste final gracias a la red local de conductores que aprovechan un viaje para transportar un paquete.
El sector de la banca tampoco queda al margen de la transformación. El crowdfunding y los préstamos entre particulares han entrado con fuerza en España con el ejemplo de las plataformas Comunitae y Lendico , o como las americanas Lending Club o SoFi . "Todos estos lugares alternativos tuvieron que negociar con los reguladores en sus inicios; ahora pero, el sector de la banca ya los está empezando a comprar", comenta la profesora de la IESE, quien advierte que "cualquier bien de capital que tenga mucha capacidad ociosa es susceptible de generar un mercado en digital para ser compartido".
Según el estudio Leading Through Connections, realizado por la empresa IBM, el 2004, los factores externos que más impactaban a las empresas eran el mercado, seguido de las habilidades de los trabajadores y la globalización. El 2012, los CEO's de las principales compañías ya consideraban las nuevas tecnologías como el factor que más condiciona sus organizaciones.
La mentalidad digital
Cloud Computing, Big Data, Social y Mobile son las cuatro grandes tendencias tecnológicas que han transformado el comportamiento de la sociedad y han impulsado nuevos negocios como Uber y Aribnb, valorados en más de 7.000 millones de euros cada cual. Ahora bien, que pasa cuando la tecnología intenta cambiar un sector?
"La velocidad del cambio y el nivel de transformación dependerán del grado de densidad digital de cada industria", advierte Sieber, que define la densidad digital como "el número de conexiones, interacciones e información realizadas a través de tecnologías digitales por unidad de actividad social". O el que es el mismo, el grado de digitalización de un sector.
Según la profesora de la IESE, para medir la densidad digital de un sector se tienen que tener en cuenta tres parámetros. En primer lugar, el número de conexiones; cada vez estamos más conectados. En segundo lugar, la frecuencia de las interacciones y, en tercer lugar, la información , donde cada vez cobra más importancia la privacitat. "Los datos personales son el nuevo petróleo de los negocios y la nueva moneda del mundo digital", remarca Sieber, parafraseando el discurso de la comisaria europea Meglena Kuneva.
Sieber alerta a las empresas que localicen que en su sector hay un gran número de conexiones. "Si le sumes un volumen considerable de interacciones entre consumidores o usuarios y donde la información coge gran relevancia, tienes que ser consciente que ya estás en otro estadio, en el que la transformación digital del negocio o del sector será fuerza rápida".
De la ciencia-ficción a la realidad
Y si pensamos a largo plazo? El conflicto entre los taxistas y Uber es un ejemplo más de las profundas convulsiones que la tecnología puede llegar a generar en los sectores tradicionales. Pero no es el único caso. El coche sin conductor será una realidad en menos de 20 años y si el CEO de Google lo tiene tan claro, señal que ya no hablamos de ciencia-ficción, sino de una sociedad con mentalidad digital.
Según Sieber, uno de los sectores que sufrirá una mayor transformación será lo del transporte de mercancías . "En los Estados Unidos, la entrega de productos el mismo día crecerá exponencialmente en los próximos años, una acción complicada de lograr, puesto que nos movemos alrededor de los dos-cinco días de entrega". Cómo lo conseguiremos? Con los drones? "Si con el sector del taxi ya tenemos problemas de regulación, imaginaos con los drones… Todos sabemos que Amazon no hará que un drone entregue un paquete al consumidor final", reflexiona.
Deliv, una start-up de los Estados Unidos que ya se ha convertido en el Uber del sector retail tiene la solución. En general, uno paga un coste más alto para un servicio más rápido; Deliv consigue reducir el coste final gracias a la red local de conductores que aprovechan un viaje para transportar un paquete.
El sector de la banca tampoco queda al margen de la transformación. El crowdfunding y los préstamos entre particulares han entrado con fuerza en España con el ejemplo de las plataformas Comunitae y Lendico , o como las americanas Lending Club o SoFi . "Todos estos lugares alternativos tuvieron que negociar con los reguladores en sus inicios; ahora pero, el sector de la banca ya los está empezando a comprar", comenta la profesora de la IESE, quien advierte que "cualquier bien de capital que tenga mucha capacidad ociosa es susceptible de generar un mercado en digital para ser compartido".
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