Florence Lawrence, la actriz que puso luz sobre el coche

Reconocida como la primera estrella del mundo del cine, la intérprete creó los primeros sistemas de señalización de giro y frenada de los automóviles

La actriz Florence Lawrence inventó el precursor del intermitente La actriz Florence Lawrence inventó el precursor del intermitente

El talento de las actrices de la primera mitad del siglo XX era tan desbordando que, en algunos casos, superaba los límites de la pantalla. En esta misma sección hemos conocido el caso de Hedy Lamarr, que cuando abandonaba los estudios de la Metro Goldwin Mayer dedicaba sus esfuerzos a crear la primera red wifi nunca creada. La biografía de Florence Lawrence es mucho menos conocida, pero es considerada la primera estrella de la historia del cine. Una posición privilegiada que le permitió adentrarse en su otra gran pasión, como eran los coches, y cambiar por siempre jamás el sector del automóvil.

'The Biograph Girl'

A Lawrence, la interpretación le corría por las venas de forma literal. Su propia madre era una actriz de vodevils reconocida en el Canadá, que trajo a su hija de teatro en teatro desde el mismo momento en qué nació, el 1886. Acostumbrada en el mundo del espectáculo, Lawrence abandonó el nido materno el 1906 para iniciar su propia carrera en un sector que apenas empezaba a andar: el cine.

Después de algunas giras como actriz de teatro, Lawrence decidió que no volvería a traer "aquella vida de gitana", en referencia al nomadismo del tour, y el 1906 consiguió su primer contrato en una película. En pocos meses, conseguiría hacerse un agujero relevante a la industria y encadenar papeles protagonistas en la gran mayoría de los 280 films de que consta su biografía.

En pocos años, Lawrence se convirtió en una cara reconocida para el público norteamericano y pasó a ser conocida por el apodo de The Biograph Girl, al ser la actriz estrella de los Biograph Studios. Conscientes de su importancia, la compañía ofreció a Lawrence un salario de 500 dólares a la semana. Una ficha estratosférica que le dio acceso a una vida con ciertos lujos, entre los cuales destacaba su coche.

Una actriz sobre ruedas

En la primera década del siglo pasado, contar con un coche era una extravagància. Que el propietario fuera una mujer con afición para conducir suela ya entraba en el campo de la ciencia-ficción. La relación de Lawrence con su coche fue tan profunda que lo describió como un elemento "casi humano, capaz de entenderme y cuidarme". Este amor la trajo a querer entender su funcionamiento, convirtiéndose en una experta en la mecánica de los automóviles.

Lawrence estaba entusiasmada con su vehículo, pero encontraba que era un elemento peligroso en muchas de las maniobras por carencia de señalización. En aquella época no hay intermitentes para indicar cuando un conductor quería girar ni luces de frenada, por el que la actriz quiso poner remedio.

Después de algunas pruebas, Lawrence diseñó un sencillo mecanismo mecánico que cambió la seguridad en la industria de los automóviles. Cuando el conductor quería girar, sólo tenía que activar una palanca que liberaba un indicador en el lado hacia donde efectuaría el giro. En caso de frenada, en pitjar el pedal el vehículo mostraba en la parte trasera una señal de stop .

El invento llamó rápidamente la atención de las marcas y el 1917 se empezaron a vender vehículos con soluciones similares... sin necesidad de pagar por el uso de una patente que Lawrence no había registrado.

La inocencia empresarial de Lawrence la apartó de la fortuna que le habría reportado su invento. Y la desgracia se recreó en ella cuando a finales de los años 20 sufrió varias quemaduras al intentar salvar a un actor durante el incendio del estudio donde trabajaban. Los daños provocados la apartaron de los papeles protagonistas y de los ingresos desorbitados.

Arruinada y con graves secuelas provocadas por el accidente, Lawrence se toma la vida el 1938. El cine y el automóvil le habían apartado las luces.

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