La escuela se apunta a la emprendeduría

Las asignaturas y proyectos relacionados con la economía y la empresa proliferan en las escuelas en medio del debate para adaptar el modelo educativo a un mercado laboral en plena evolución

"El concepto de escuela que crea especialistas es un error. Era bueno en la época industrial, pero no en la de la innovación", asegura a VÍA Emprendida Xavier Sala y Martín, catedrático de la Universidad de Columbia, después de realizar una charla a los alumnos de la Escuela Thau de Sant Cugat. Unos alumnos que cursan la asignatura de Emprendeduría, una tendencia cada vez más tendido que también encuentra su lugar en el Salón de la Enseñanza que ha abierto las puertas este miércoles.

Dirigiéndose a los alumnos, Sala y Martín los recuerda que "os tenéis que preparar por profesiones del futuro que encara no existen. Para hacerlo hay que tener curiosidad, tenéis que preguntar constantemente. Y tenéis que observar, las grandes ideas un golpe descubiertas siempre parecían obvias. El que tiene la idea es el que se fija". Precisamente las ideas centran el discurso del reconocido economista, que reflexiona con VÍA Emprendida sobre la creciente presencia de la economía y la empresa a los planes educativos.

Fomentar la creatividad
"Es importante que en las escuelas se hable de economía y empresa, pero a menudo está desenfocado", advierte. Nos dirigimos hacia un mundo donde las nuevas tecnologías "hacen que las empresas necesiten menos gente: se robotizan muchos trabajos y se reducen costes de intermediación. Se está uberitzant la economía", dice Sala y Martín. En este contexto, vaticina, "los trabajadores serán cada vez más autónomos, marcas personales que tendrán que vender sus servicios. Por lo tanto, tendrán que ser emprendedores y la relación laboral establo desaparecerá". El economista constata que tenemos que preparar los jóvenes por este mundo, y "más que emfasitzar la emprendeduría, creo que se tiene que emfasitzar la creatividad".

Para vender su marca, los jóvenes "se tendrán que distinguir de los otros, ser creativos y hacer cosas que no hagan los robots. El que los robots no tienen (de momento) es la creatividad y el espíritu crítico", dice Sala y Martín. "Educar los niños en la capacidad de tener ideas es importante. A la emprendeduría te enseñan a implementarlas, pero antes tienes que tenerlas. Aquí vamos un poco cojos", constata.

Los alumnos de la Escuela Thau Sant Cugat trabajan la innovación y la emprendeduría. Cedida

Para corregir esta cojera, cada vez son más las escuelas que incluyen en sus planes educativos asignaturas o proyectos que fomenten esta creatividad. En la misma Escuela Thau de Sant Cugat, los alumnos que escuchan Sala y Martín son los que cursan la asignatura de Emprendeduría, y ellos mismos invitaron el catedrático a la escuela a través de las redes sociales.

El profesor de esta asignatura que realizan a 4t de ESO es Maur Gascó. "Intentamos ver qué cosas le gustan más a cada alumno y qué se le dan mejor para hacer maquetas de diferentes proyectos individuales o colectivos", explica a VÍA Emprendida. Durante tres horas a la semana trabajan las "inteligencias múltiples" para ir más allá de la "idea tradicional de inteligencia".

"No están acostumbrados, los hace mirar ninguno adentro y ver cómo son ellos en diferentes campos más allá del contenido académico tradicional", reflexiona Gascó. A los alumnos, dice, "los gusta, pero al principio es complicado porque están acostumbrados a dar otro tipo de respuestas".

Un modelo en cuestión
Ya hace tiempo que muchas voces en el ámbito educativo, y más allá de este, cuestionan el modelo tradicional de profesor que alliçona y alumnos que memorizan y responden a los exámenes. Gascó celebra que "se haga esta reflexión" y anima a compartir con el resto de asignaturas la intención de ayudar los alumnos a "encontrar sus capacidades y habilidades".

 
Sala y Martín anima los estudiantes a tener ideas. Artur Ribera

Sala y Martín añade que "tenemos que cambiar la manera de educar", e insiste que "con la ultra especialización vamos hacia el camino equivocado". Recuerda que "la gente creativa tiene curiosidades que van mucho más allá de su campo. La creatividad es la amplitud de miras". A parecer suyo, "cuando los obligas a especializarse desde muy pequeños escogiendo caminos, estás limitando su creatividad".

Montar una cooperativa a los 10 años
La creatividad también la trabajan los alumnos de 5è de primaria de tres escuelas de Martorell. Lo proyecto Cultura Emprendedora en la Escuela, impulsado por la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento, permite a 175 niños de 10 años implicarse en la constitución de una cooperativa. "Ellos ponen el nombre, hacen los estatutos, deciden el producto, etc. Hacen un proceso real como cualquiera otro emprendedor o empresa", explica Carme Moles, ninguno del Departamento de Promoción Económica de Martorell.

"Hay un cronograma con unos talleres que van avanzando hasta que se llega a vender al mercado de artesanos, con gente real a su lado vendiendo sus productos. No es una feria en el patio de la escuela", insiste Moles. Durante todo el curso los alumnos compaginan las clases con su proyecto emprendedor, que también incluye, por ejemplo, ir al Ayuntamiento a dar de alta la cooperativa para obtener su propio NIF.

La cooperativa de los alumnos no se escapa de la burocracia. Cedida

"Se los presenta un padrino, que acostumbra a ser un emprendedor de nuestro vivero de empresas y los hace de mentor durante el proyecto", añade Carme Moles. Su departamento municipal facilita en las escuelas los diversos talleres que realizan los alumnos a lo largo del curso, como el de dinámicas de venta o el de estudios de mercado. "Son actuaciones encaminadas a que el proyecto sea viable y puedan vender el producto", indica Moles.

Una cooperativa real que obtiene unos beneficios que los alumnos destinan, en parte, a la entidad social del pueblo que ellos decidan. El resto de las ganancias sirven para realizar una actividad todos juntos. "Es un proyecto muy satisfactorio. A la cooperativa todo el mundo tiene un papel y nadie se siendo menos protagonista", asegura la responsable municipal.

Durante el curso alumnos se forman en varios aspectos como el marketing. Cedida

Merche Brioso, tutora de la Escuela Lola Anglada, una de las que participa en el proyecto, explica que de este modo "los alumnos entienden qué es una empresa y qué es una cooperativa, así como el que hace falta para constituirlas".

Asegura que al principio "los hacía mucha ilusión pero a la vez los neguitejava ver como lo saldrían adelante". Despacio, pero, han ido avanzando con ilusión siguiendo todos los pasos hasta llegar a pedir el permiso municipal para la venta ambulante. "Ver que los reciben en el Ayuntamiento para hacer todos estos trámites los hace sentir una responsabilidad", recuerda Brioso.

El objetivo es llegar a vender sus productos. Cedida

La maestra explica con orgullo como sus alumnos llegaron a hacer unos 30 prototipos, de tan animados como estaban. "Era muy interesante ver como se convencían entre ellos sobre qué prototipo era mejor. El estudio de mercado también los ha gustado mucho; y como grupo ha sido muy enriquecedor porque aprendan a valorar, entender y aceptar".

En el caso de la escuela Lola Anglada, los alumnos apostaron para hacer productos a partir de objetos reciclados. Productos con los cuales están viviendo en primera persona el que supone ser emprendedores. "Por ellos esto era un mundo desconocido que ahora ven mucho más cercano. Por su bagaje, haber sido en contacto con una realidad así es importante", indica su tutora.

Brioso valora especialmente que estén viviendo "la importancia de trabajar en equipo. Todo ello permite traer los niños a nuevos contextos que son muy cercanos al que será su vida en un futuro".
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