La joya de la corona inglesa es un McDonald'

Al margen de los impuestos de los contribuyentes, Isabel II cuenta con los ingresos generados por The Crown Estate, una sociedad monárquica creada a mediados del siglo XVIII

La reina de Inglaterra | iStock La reina de Inglaterra | iStock

En Europa persisten en la actualidad diez monarquías, todas ellas mantenidas por los contribuyentes de los respectivos países. La más costosa de todas, la británica. El cuerpo real encabezado por la Reina Elisabet II supone un gasto anual de unos 46 millones de euros, según la misma corona. Algunos medios multiplican la cifra hasta los 384 millones.

El sistema financiero de la monarquía británica, pero, cuenta con una peculiaridad, como es la sociedad The Crown Estate, propietaria de varios negocios y que destina el 15% de sus beneficios al mantenimiento de la familia real. Una historia conocida, pero que los últimos días ha ocupado varias páginas a los diarios por la adquisición de un local McDonald's a unos 100 kilómetros de Londres.

De la relación entre la monarquía británica y la cadena de comer rápido se habla desde que la prensa sensacionalista del país publicó que la princesa Diana traía cada cierto tiempo a sus hijos a disfrutar de su Happy Meal. A escala empresarial, esta tampoco es la primera inversión de The Crown Estate a McDonald's. El 2008, la sociedad monárquica invirtió 92 millones de libras en la compra de un restaurante de la marca al sur del país.

De hecho, estos McDonald's son, en realidad, parte de una compra mucho más grande. En aquella operación del 2008, se incluía todo un recinto comercial con tiendas de deportes, de ropa por bebés y una tienda especializada en barbacoas. De hecho, el propietario de este último local tuvo la ocurrencia de anunciar a los medios que, dada la nueva propiedad, cambiaría el nombre del negocio para decirle B&Queen desde aquel momento.

Un buen inversor

La llegada de The Crown Estate es vista como un regalo caído del cielo por los emprendedores británicos. La misma monarquía definía la sociedad como "el mejor inversor en tiempo de crisis", y su trayectoria así lo corrobora. La compañía se inauguró el 1760, cuando George III, el Rey Loco, quiso fundar una sociedad capaz de gestionar todos los bienes acumulados por la familia y, a la vez, generar beneficios que le permitieran mantener su ritmo de vida.

Todo y el extravagància de contar con restaurantes McDonald's y tiendas especializadas en barbacoas, estos no son los sectores preferidos por las inversiones de The Crown Estate. La sociedad de la reina de Inglaterra se nutre sobre todo de empresas pequeñas y, en mayor parte, de todo el patrimonio en inmuebles y terrenos del que dispone la monarquía, muchos de ellos arrendados a compañías agrícolas para su explotación.

The Crown Estate no es una anécdota. Este 2017, la empresa aportará 97,1 millones de libras a la monarca actual, y ya ha previsto un aumento de la asignación hasta los 104,7 millones por el año que viene. Un comodín que podría ser muy útil en caso de que algún monarca se endeudara sin remedio, si no fuera porque el volumen de propiedades que gestiona es tan importante y de tan alto valor histórico que es considerado un bien estatal que no está en venta.

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