
27
de Febrero
de
2015
Los passejants que se acerquen al Puerto Viejo barcelonés habrán notado como este se ha ido transformando los últimos años. Su Marina cada vez acoge más yates de primer nivel, muchos de ellos con numerosa tripulación, que encuentran en este espacio el lugar ideal para anclar el barco. La sociedad británica Salamanca Group adquirió en 2010 la Marina Puerto Viejo, concesionaria del espacio hasta el 2036.
En este proceso de transformación, el inicio de 2015 también ha servido a la Marina Puerto Viejo porque se inaugurara el OneOcean Club, un restaurante y cocteleria que pretende ser el punto de encuentro de los clientes más exclusivos y sofisticados de la sociedad barcelonesa. Àlex Juncosa, project manager del restaurante, explica a VIAempresa que la idea bebe de la tradición británica: "El vicepresidente de Salamanca Group tuvo a los años 80 algunos de los restaurantes más de moda de Londres.había este espacio, en principio diseñado para acoger las tripulaciones y ofrecer servicios, pero viendo el lugar pensó que se podría hacer algo especial". Así pues, "poner un restaurante era una manera de recuperar la inversión en Marina", asegura.
A la hora de dirigir el proyecto de este restaurante, Àlex Juncosa también cuenta con su propia experiencia como chef. De hecho, ha sido el responsable de las cenas con políticos que recoge el libro Políticos a la Carta (Viena Ediciones, 2015), escrito por Josep Maria Vallès y que se saldrá a la venta el 2 de marzo.
Definir un proyecto exclusivo
Juncosa relata que, como en todo proyecte importante, "se empieza con una visión y se hace un giro de 180º. A veces se vuelve a la posición inicial y a veces se queda a medio camino". En este caso, la visión inicial de hacer algo destinada a las tripulaciones, no la veía demasiado clara. "Las tripulaciones, sobre todo las de los grandes yates, tienen unas cocinas enormes y no tenía demasiado sentido poner una oferta que encuentran justo en el lado cuando salen", afirma. Además, añade, "cuando salen del barco, justamente el que quieren es salir fuera de Marina".

De este modo se llegó al concepto actual del OneOcean. "Los propietarios, británicos, están muy acostumbrados a los clubes privados, donde se pagan fortunas para ser miembro de un club exclusivo con bares y restaurantes adentro, algunos con más de 100 años de vida", recuerda Juncosa. Es un concepto no muy común en nuestro país, y a pesar de descartar el hecho de cobrar un canon de entrada, sí que convenció "la idea de montar algo exclusiva de la cual la gente setenga que hacer miembro para poder entrar".
Pasión por los detalles
De la mano de SCOB Arquitectas y Lo Equipo Creativo, se ha construido un recinto sobre el mar con un interiorismo muy característico y que no ha escatimado recursos en la inversión, a pesar de que los dirigentes prefieran no publicitar las cifras. "Queríamos que hicieran algo que no existiera nada igual ni que fuera duplicable", dice Juncosa. El resultado es un local que enamora a primera vista. Con cocina abierta y Oyster Bar, cuenta con un servicio atento y preciso que regala sonrisas a todos los clientes en una atmósfera que respira calma y privilegio a primera línea de mar.

El chef Llorenç Valls se encarga de la carta en un restaurante que abre de lunes a domingo, todos los días del año, con 36 personas haciéndolo funcionar. Entre ellas, dos camareros residentes de la Barceloneta. "Desde la Marina siempre ha habido un ánimo de colaboración y de extender la mano a los vecinos. Intentamos, dentro del posible, contar con gente del barrio de la Barceloneta para cubrir puestos de trabajo", explica Àlex Juncosa.
Asistencia restringida
Así pues, al OneOcean Club sólopueden acceder los que hayan sido aceptados como miembros del club. "Ahora hay unos 3.000 socios y no nos hemos planteado un techo. Al comienzo era un crecimiento muy escogido con el tipo de gente que queríamos que estuviera en la base de la pirámide y que el crecimiento orgánico fuera de acuerdo con el tipo de clientela que entendemos que tiene que venir aquí", dice Juncosa.
Una vez hecha la base, el número de miembros ha crecido más rápido y sólo tepuedes hacer si vienes recomendado por otro miembro. Además, cada uno de ellos puede entrar hasta 14 personas que no sean miembros.

Todo ello con la voluntad de mantener la exclusividad. "No queríamos que se constituyera de cualquier manera, y sobre todo estando a la yema del huevo turístico, no queríamos que a la temporada alta de turistas entrara todo el mundo", explica su responsable. "El club es una manera de salvaguardar el tipo de clientela y el ambiente que queremos aquí dentro", relata Juncosa.
El perfil de la clientela
El OneOcean no esconde en ningún momento su apuesta en busca de un cliente de alto poder adquisitivo, uno de los targets más rentables pero a la vez más complicados de satisfacer. "Buscamos gente a partir de 25 años, con un poder adquisitivo medio-alto, que aprecien el lugar y el espacio", dice Juncosa. El recinto de la Marina Puerto Viejo está custodiado por seguridad privada, y a la puerta del restaurante hay aparca coches. "La gente con coches deportivos que sólo salen el fin de semana saben que aquí pueden venir, el coche está seguro y aparcas a la puerta. Teníamos claro que este servicio lo teníamos que tener sí o sí", explica Àlex Juncosa.
A la puerta de los baños hay otra persona queestá pendiente durante todo el servicio. "Tienen que estar más limpios que limpios. Si quieres ver como trae la limpieza un local, ve a los baños al final del servicio, y te llevas muchas sorpresas", dice Juncosa por emfasitzar la importancia de este elemento.
Son complementos importantes a la atención y la comida, pero el project manager del restaurante aclara que "no hemos querido que destacara una cosa por sobre el otro, la experiencia del OneOcean tiene que ser un conjunto fantástico. En definitiva, el servicio de comedor y cocina lo tienes que tener sí o sí, y tienes que ver qué otras quieres sumar para aumentar el nivel".
La actitud, clave a la selección de personal
"El factor humano es lo más complicado que hay. Puedes tener el lugar más fantástico del mundo, que si falla esto, no sirve de nada", asegura convencido Juncosa. En este sentido, el responsable del restaurante explica que el objetivo es que los trabajadores se sientan como casa suya, y que "el recibimiento que den a los clientes sea la misma que darían si recibieran gente a casa".

Con esta premisa, la selección de personal "está costando tiempo y esfuerzo. Una persona que no funciona es un error nuestro, que no hemos detectado que no servía", dice un Juncosa que más que la experiencia valora "el feedback que tienes en los tres primeros minutos de la entrevista". A su entender, "alguien que no sonría, aquí no lo queremos. Exigimos buen rollo y buen servicio, y si cometes un error operativo no pasa nada si lo asumes con buena cara".
Las oportunidades de los errores
Precisamente, Juncosa deja claro que "en una empresa de servicios un error o una queja son una oportunidad". Una buena experiencia en un restaurante sólo permite una interacción breve con sus trabajadores. "Cuando tienes una queja tienes la oportunidad que este intercambio vaya más allá, de conocer la otra persona".
Por supuesto, esto no significa que haya que cometer errores, pero si pasan, hay que cogerlas como una oportunidad. "Es la manera más fácil de fidelitzar clientes, la gestión de las quejas es fundamental", concluye.
En este proceso de transformación, el inicio de 2015 también ha servido a la Marina Puerto Viejo porque se inaugurara el OneOcean Club, un restaurante y cocteleria que pretende ser el punto de encuentro de los clientes más exclusivos y sofisticados de la sociedad barcelonesa. Àlex Juncosa, project manager del restaurante, explica a VIAempresa que la idea bebe de la tradición británica: "El vicepresidente de Salamanca Group tuvo a los años 80 algunos de los restaurantes más de moda de Londres.había este espacio, en principio diseñado para acoger las tripulaciones y ofrecer servicios, pero viendo el lugar pensó que se podría hacer algo especial". Así pues, "poner un restaurante era una manera de recuperar la inversión en Marina", asegura.
A la hora de dirigir el proyecto de este restaurante, Àlex Juncosa también cuenta con su propia experiencia como chef. De hecho, ha sido el responsable de las cenas con políticos que recoge el libro Políticos a la Carta (Viena Ediciones, 2015), escrito por Josep Maria Vallès y que se saldrá a la venta el 2 de marzo.
Definir un proyecto exclusivo
Juncosa relata que, como en todo proyecte importante, "se empieza con una visión y se hace un giro de 180º. A veces se vuelve a la posición inicial y a veces se queda a medio camino". En este caso, la visión inicial de hacer algo destinada a las tripulaciones, no la veía demasiado clara. "Las tripulaciones, sobre todo las de los grandes yates, tienen unas cocinas enormes y no tenía demasiado sentido poner una oferta que encuentran justo en el lado cuando salen", afirma. Además, añade, "cuando salen del barco, justamente el que quieren es salir fuera de Marina".
De este modo se llegó al concepto actual del OneOcean. "Los propietarios, británicos, están muy acostumbrados a los clubes privados, donde se pagan fortunas para ser miembro de un club exclusivo con bares y restaurantes adentro, algunos con más de 100 años de vida", recuerda Juncosa. Es un concepto no muy común en nuestro país, y a pesar de descartar el hecho de cobrar un canon de entrada, sí que convenció "la idea de montar algo exclusiva de la cual la gente setenga que hacer miembro para poder entrar".
Pasión por los detalles
De la mano de SCOB Arquitectas y Lo Equipo Creativo, se ha construido un recinto sobre el mar con un interiorismo muy característico y que no ha escatimado recursos en la inversión, a pesar de que los dirigentes prefieran no publicitar las cifras. "Queríamos que hicieran algo que no existiera nada igual ni que fuera duplicable", dice Juncosa. El resultado es un local que enamora a primera vista. Con cocina abierta y Oyster Bar, cuenta con un servicio atento y preciso que regala sonrisas a todos los clientes en una atmósfera que respira calma y privilegio a primera línea de mar.
El chef Llorenç Valls se encarga de la carta en un restaurante que abre de lunes a domingo, todos los días del año, con 36 personas haciéndolo funcionar. Entre ellas, dos camareros residentes de la Barceloneta. "Desde la Marina siempre ha habido un ánimo de colaboración y de extender la mano a los vecinos. Intentamos, dentro del posible, contar con gente del barrio de la Barceloneta para cubrir puestos de trabajo", explica Àlex Juncosa.
Asistencia restringida
Así pues, al OneOcean Club sólopueden acceder los que hayan sido aceptados como miembros del club. "Ahora hay unos 3.000 socios y no nos hemos planteado un techo. Al comienzo era un crecimiento muy escogido con el tipo de gente que queríamos que estuviera en la base de la pirámide y que el crecimiento orgánico fuera de acuerdo con el tipo de clientela que entendemos que tiene que venir aquí", dice Juncosa.
Una vez hecha la base, el número de miembros ha crecido más rápido y sólo tepuedes hacer si vienes recomendado por otro miembro. Además, cada uno de ellos puede entrar hasta 14 personas que no sean miembros.
Todo ello con la voluntad de mantener la exclusividad. "No queríamos que se constituyera de cualquier manera, y sobre todo estando a la yema del huevo turístico, no queríamos que a la temporada alta de turistas entrara todo el mundo", explica su responsable. "El club es una manera de salvaguardar el tipo de clientela y el ambiente que queremos aquí dentro", relata Juncosa.
El perfil de la clientela
El OneOcean no esconde en ningún momento su apuesta en busca de un cliente de alto poder adquisitivo, uno de los targets más rentables pero a la vez más complicados de satisfacer. "Buscamos gente a partir de 25 años, con un poder adquisitivo medio-alto, que aprecien el lugar y el espacio", dice Juncosa. El recinto de la Marina Puerto Viejo está custodiado por seguridad privada, y a la puerta del restaurante hay aparca coches. "La gente con coches deportivos que sólo salen el fin de semana saben que aquí pueden venir, el coche está seguro y aparcas a la puerta. Teníamos claro que este servicio lo teníamos que tener sí o sí", explica Àlex Juncosa.
A la puerta de los baños hay otra persona queestá pendiente durante todo el servicio. "Tienen que estar más limpios que limpios. Si quieres ver como trae la limpieza un local, ve a los baños al final del servicio, y te llevas muchas sorpresas", dice Juncosa por emfasitzar la importancia de este elemento.
Son complementos importantes a la atención y la comida, pero el project manager del restaurante aclara que "no hemos querido que destacara una cosa por sobre el otro, la experiencia del OneOcean tiene que ser un conjunto fantástico. En definitiva, el servicio de comedor y cocina lo tienes que tener sí o sí, y tienes que ver qué otras quieres sumar para aumentar el nivel".
La actitud, clave a la selección de personal
"El factor humano es lo más complicado que hay. Puedes tener el lugar más fantástico del mundo, que si falla esto, no sirve de nada", asegura convencido Juncosa. En este sentido, el responsable del restaurante explica que el objetivo es que los trabajadores se sientan como casa suya, y que "el recibimiento que den a los clientes sea la misma que darían si recibieran gente a casa".

Con esta premisa, la selección de personal "está costando tiempo y esfuerzo. Una persona que no funciona es un error nuestro, que no hemos detectado que no servía", dice un Juncosa que más que la experiencia valora "el feedback que tienes en los tres primeros minutos de la entrevista". A su entender, "alguien que no sonría, aquí no lo queremos. Exigimos buen rollo y buen servicio, y si cometes un error operativo no pasa nada si lo asumes con buena cara".
Las oportunidades de los errores
Precisamente, Juncosa deja claro que "en una empresa de servicios un error o una queja son una oportunidad". Una buena experiencia en un restaurante sólo permite una interacción breve con sus trabajadores. "Cuando tienes una queja tienes la oportunidad que este intercambio vaya más allá, de conocer la otra persona".
Por supuesto, esto no significa que haya que cometer errores, pero si pasan, hay que cogerlas como una oportunidad. "Es la manera más fácil de fidelitzar clientes, la gestión de las quejas es fundamental", concluye.