Rafa Zafra abre Amar Barcelona en El Palace Barcelona

El restaurante, que ofrece platos del antiguo Ritz, llena el espacio que ocupó el primer Caelis de Romain Fornell

Interior del restaurante Amar Barcelona Interior del restaurante Amar Barcelona

Amar Barcelona es el nuevo restaurante que Rafa Zafra ha abierto en el hotel El Palace Barcelona. Lo ha hecho este martes y ocupa el emblemático espacio donde antes estuvo el primer Caelis de Romain Fornell. La historia y la modernidad se mezclan con soltura en el aire que corona nuestras cabezas en varios metros hasta el techo. Es un espacio que se ha sofisticado de la mano de las interioristas Elena Prats y Eva Pous con un serio restyling que mantiene la opulencia palaciega del primer cinco estrellas que abrió en la ciudad pero que lo “refresca” con nuevos azulados marinos y frisos dorados. Nuevos aires para un emplazamiento regio que se adapta a los nuevos tiempos como lo hace en paralelo, el propio hotel de la mano de su joven director hace ya tres años: Friedrich Von Schönburg. “Nos interesaba la evolución de esta sala, y queríamos una cocina con personalidad. Me enamoré de trabajo de Rafa Zafra y confieso que le perseguí hasta que aceptó el encargo”, detalla.

Rafa Zafra en estado puro

“Amar toma ese nombre por el amor por la ciudad de Barcelona que este regio edificio (antes albergó el Ritz) siente”, prosigue Von Schönburg, “hemos querido dotar al hotel de un restaurante moderno y con mucho discurso”. Amar también habla del amor que el propio chef andaluz siente por los productos del Mar. Loa esos productos (aunque no solo) en sus restaurantes y les hace justicia con unas cocciones fuera de cualquier error. En Amar hay platos que van del crudo al marinado, pasando por las salazones, cocciones al vapor, fritos, guisos y la brasa que ocupa una parte importante.

rafa zafra amar
El chef Rafa Zafra en su nuevo restaurante Amar Barcelona
 

Desfilan en carta -y también lo harán en una vitrina anclada a la pared y emplazada en la escalera de entrada desde la calle- productos fetiche para el cocinero como el caviar, las ostras (las probamos mexicanas con leche de tigre, cumquat y kimchi) y las piezas de gran tamaño. También lo hacen guiños a los clásicos que formaron parte del primigenio Ritz (el àspic de marisco o la centolla con erizos) o a la etapa que muchos de los artífices del restaurante compartieron en elBulli; seña son el carpaccio de gamba, homenaje elBulli 1995. Ahí están platos lujosos y jugosos como las mongetes de Santa Pau con morrillo de atún y panceta, el pescado del día (por ejemplo, rodaballo entero) con patatas pont neuf y espárragos blancos a la brasa y su pil pil o unas láminas casi transparentes de rubia gallega curada como si fuera jamón.

La calidad, el confort y el espacio inmensamente elegantes recuerdan a los restaurantes parisinos

Anna Gotanegra y Ricardo Acquista, sus socios de siempre, han participado codo a codo con el equipo de El Palace Barcelona en la gestión y creación del proyecto. Y, como en los otros restaurantes de Madrid y Barcelona de la pareja emprendedora integrada por el chef sevillano y la gestora catalana, el Mediterráneo es siempre el ángulo vigía. En el equipo están también la somelier Diana D’Urso que firma la excelente carta de vinos con algunas botellas para enmarcar dispuestas en una imponente vitrina vista en la sala, y la joven chef pastelera Cristina Ramón, formada en L’Atelier junto a Eric Ortuño. Para la carta de postres, Ramón recupera clásicos rebajando azúcares y aligerando texturas: probamos el pastel de queso tibio con mermelada de arándanos y las torrijas en formato XXL. El resto del equipo lo componen el jefe de cocina Gonzalo Hernandez y el subchef Victor Garcia (Estimar, Tickets, Heart, Els Brancs y Cala Jonda), con Pablo Wübbe, en la sala y el solvente Pol Perelló, que lleva ya más de 20 años trabajando junto a Zafra desde que se conocieron en Cala Montjoi.

La calidad, el confort y el espacio inmensamente elegantes recuerdan a los restaurantes parisinos, sí; pero la sala —más oscura— guarda cobijo nocturno para cenas románticas improvisadas. Las mesas, con sillones modulares tapizados en terciopelo, recuerdan al mobiliario marinero y solo la chimenea de mármol y las dos lámparas que arañan desde el techo nos recuerdan la importancia de un hotel del que fue habitual tanto Alfonso XII como Victoria Eugenia.  En este sentido, “aportar una cocina honesta, basada en la calidad del producto, apostando por la casualización del lujo en un entorno único y elegante”, en palabras del propio chef, no es otra cosa que ponerle la alfombra roja a unos relumbrones que (quizás) se divisen pronto por la puerta.

Bonus artístico

Durante los primeros meses de apertura, el restaurante cuenta con esculturas de la serie Infancia robada del artista vasco Íñigo Manterola en las mesas. Talladas en acero inoxidable visualizan formas relacionadas con el mar, en el trazo de un dibujo infantil. El artista exhibe también piezas de sus otras colecciones Tránsitos y Paseos por el soporte que, una vez más, tienen al mar como protagonista, en el hall del hotel hasta el 5 de septiembre.

Restaurante Amar Barcelona:

Hotel El Palace Barcelona

Dirección: Gran Via de les Corts Catalanes, 668, 08010 Barcelona

Teléfono: 935 10 11 30

Precio medio: 90-100€

reservas@amarbarcelona.com
+34 93 103 99 88

 

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