
Huertos Rietmüller, de 78 años, alemán de Kiel, barcelonés desde hace más de veinte años, expuso el pasado 13 mayo en el salón de un hotel del Paseo de Gràcia, atestado, los resultados de la investigación que hace sobre los secretos de los Caballeros Templers.
Sus conclusiones son fascinantes, como lo son su capacidad de trabajo y el entusiasmo encomanadís quepone. Son virtudes que, a buen seguro, mantiene desde los tiempos iniciales de su sucesiva tarea directiva en empresas internacionales (GrupoBosch , en Venezuela; Monforts, y Focke & Pfuhl, en Alemania; Ampesa, en España) y al frente de consultoras propias como International Management Center, y Rietmüller & Partner. Ahora aplica a la investigación histórica los métodos exigentes y positivistas del empresario perseverando.
Días después de aquella conferencia -que escucharon doscientas cincuenta personas convocadas por el Rotary Club- me entrevisté con él a la hora del café en un hotel de la Diagonal. Con todo el que me explicó Rietmüller podría escribir un libro. Sería una historia original, sorprendiendo, sobre la orden de monjes-soldados que durante más de doscientos años, desde el siglo XII, se hicieron amos de buena parte del mundo. Eran los grandes emprendedores de la Edad Media, una potencia territorial, económica, comercial y financiera, antecedente de las multinacionales de nuestro tiempo.
Según Rietmüller, los templers habían llegado a América antes de que Colom. Para probarlo me mostró una colección de fotografías del friso de la iglesia de Gandesa (Terra Alta), dedicada a la Asunción de Santa Maria. Se observa allí, y a las arquivoltas, un surtido de sers fantásticos, testas humanas que llevan un tipo de casco con tubos y auriculares, mazorcas de maíz, cactus, tallos, palmetes, patatas, tomates, alcachofas. Rietmüller, en 2005, ya descubrió, a la capilla de Rosslyn (Escocia), elementos ornamentales semblantes, que él vincula a iconos maies y aztecas.
Rietmüller es a la vez un hombre de acción y de reflexión . Hace veinte años fundó la asociación cultural ARACATA, que ha contribuido a redescubrir el camino de Santiago desde las Tierras del Ebro.hace quince que investiga sobre la Orden del Templo. Desde hace tres años, en colaboración con la Universidad Internacional de Cataluña. Este hombre no para. Cuando ejercía de cazador de talentos a su consultoría seguro que no se le escapaba ninguna presa valiosa. Es de los típicos alemanes que se asimilan con un prototipo, también genuino, de catalán. Cuando era presidente del círculo de empresarios de habla alemana, el KdF, nombró miembro de honor, cuando ya no era presidente de Cataluña en ejercicio, a Jordi Pujol, de 83 años, otro senior que no para, injertado de cultura alemana, dominador de aquel idioma, condensador de comportamientos de iniciativa y tenacidad compartidos por gente de las dos culturas europeas más obstinadas, por tradición, en la ir por trabajo y en el trabajo muy hecho.