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Soy empresario y soy adicto al móvil

Los 'smartphones' ya se han convertido en la oficina móvil de muchos profesionales que sufren algunas de las consecuencias físicas del uso intensivo de estos dispositivos

La adicción al teléfono móvil puede llegar a tener graves consecuencias físicas y mentales
La adicción al teléfono móvil puede llegar a tener graves consecuencias físicas y mentales
Aiats Agustí
Periodista
24 de Marzo de 2015
"Me quito por la mañana cuando suena el móvil que me hace de despertador, abro el correo y veo que he recibido decenas de mails; miro la bolsa y las noticias con el café en la mano y cuando voy hacia el metro miro el Twitter", dice JordiCatalà, director de ventas de una empresa de recambios con tiendas a todo el Estado, "y no soy el único", se excusa. "Quizás he perdido la costumbre de leer al metro un libro o el diario y lo he sustituido por el teléfono", confiesa el directivo, que añade que "aún así no encuentro que sea adicto en el móvil".

El 2013 la penetración de la smartphone era ya el 80% del total, frente al 59% del 2012 y del 39% del año anterior según datos del informe Radiografía del mercado móvil en España. Su uso se extiende a todos los tramos de edad, y a pesar de que los más jóvenes son el colectivo que más lo utiliza, el smartphone ya se ha convertido en un aparato electrónico imprescindible del mundo empresarial. "Sin ningún tipo de duda es una herramienta que se ha convertido en necesaria para mí y supongo que para otros muchos empresarios" confiesa Catalán. "Mi Samsung Galaxy es mi oficina móvil y quizás si que tendría que soltarlo más a menudo", reconoce el directivo.

Los smartphones son aquí para quedarse y las consecuencias de un uso indebido, exagerado o erróneo de estos teléfonos inteligentes puede tener consecuencias físicas, algunas fáciles de prevenir y otras psicológicas más complicadas de gestionar.

La adicción al móvil, una moda
Miguel Ángel Raya, psicólogo y máster en psicoteràpia, con dieciséis años de experiencia, explica a VIAempresa que "una adicción al móvil no es diferente de cualquiera otro tipo de adicción", es más, apunta que "es una moda, igual que ha habido adicciones a los juegos de rol, a la cobertura de los móviles, al correo electrónico, al facebook, al whatsapp, al póquer online, todo es el mismo, sólo es un cambio de moda de una forma de conducta adictiva en el cual la persona proyecta sus necesidad en la satisfacción de una realidad diferente cómo sería el móvil".

La adicción a los móviles es una adicción centrada en los efectos psicológicos asociados al teléfono, pero "toda adicción esconde en el fondo un miedo a gestionar la incertidumbre de la vida", explica Raya. El que hace un adicto es centrarse en algo que es seguro, en este caso el móvil, y no en cosas mucho más importantes. La adicción es un extremo, pero los usos intensivos de los smartphones también comportan consecuencias", advierte el psicólogo.

Nomofòbia
"Sí que cuesta estarme sin el móvil", apunta Catalán. Quizás no es el caso de este directivo, pero en casos extremados, el miedo a salir de casa sin el teléfono móvil tiene un nombre: nomofòbia. El término proviene del anglicismo no mobile phone phobia. La palabra se refiere a la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles cuando se quedan sin acceso a este dispositivo o sin cobertura o conexión en internet. Ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, o crisis de pánico son algunos de los síntomas que sufren los nomofòbics. "Si bien psicólogos y psiquiatras no lo consideran una enfermedad ni tampoco un trastorno mental", dice Raya, el psicólogo advierte que "la dependencia de la sociedad hacia los teléfonos inteligentes va a la alza y que esto puede tener efectos nocivos".

Phubbing
"El que no tolero ni me tolero es quedar con un amigo o para hacer negocios y que esta persona esté más pendiente de los mensajes de whatsapp, likes a Facebook o retweets al Twitter", dice el directivo. "Por aquí si que nopaso", asevera, "si tienes una persona delante o estás reunido, la atención no puede estar al teléfono, es una falta de respeto!", añade Catalán.

Los americanos ya le han puesto nombre a esta conducta: phubbing. Un término inglés compuesto a partir de las palabras phone (teléfono) y snubbing (despreciar) que nace para describir la situación en la cual la persona resta atención a sus acompañantes para dedicarla a su teléfono móvil o a otros aparatos electrónicos. Raya apunta que si en un contexto de ocio como quedar con los amigos se está más atiende al móvil, "un golpe de atención no está de menos".

El término, que nació en los Estados Unidos hace un par de años de mano del auge de los smartphones, refleja un fenómeno que ha ido creciendo durante los últimos años. Una encuesta de Tuenti Móvil e Ipsos sobre los usos del móvil entre los jóvenes españoles revelaba que un 67% de ellos reconoce haber hecho phubbing alguna vez y un 13% afirma hacerlo siempre.

Cuello de texto
"Voy todo el día con la cabeza cot, mirando la pantalla", acepta el directivo, "y estoy seguro que esto propicia los males de espaldas que tengo de vez en cuando", añade. Un estudio publicado por la revista médica Surgical Technology International advierte que mirar con frecuencia la pantalla del móvil puede ser perjudicial para nuestra columna vertebral. La mayoría de los usuarios de smartphone, como Català, inclinan involuntariamente la cabeza cabe adelante cuando consultan su dispositivo. Según el estudio, esta posición provoca una tensión en nuestra columna que con el paso del tiempo puede convertirse en problemas lumbares serios.

Una cabeza humana pesa de media entre 4 y 5 kilos pero al inclinarlo para mirar la pantalla, la tensión que ejerce sobre la columna aumenta hasta lograr los 27 kilos si doblamos el cuello unos 60 grados. Por eso, los autores del informe explican que la posición correcta consiste simplemente a subir el brazo en vez de bajar la cabeza.



Síndrome Visual Informático
Una de las consecuencias más habituales de estar enganchado a la pantalla son el picor, enrojecimiento, sequedad y visión borrosa. Son los síntomas del Síndrome Visual Informático que, según el Colegio Oficial de Ópticos y Optometristes de Cataluña, sufre el 70% de la población por culpa de un excesivo uso de pantallas de ordenador, teléfonos móviles, mesitas o libros electrónicos. Según una encuesta realizada por el Colegio, entre el 50 y el 90% de la población pasa mirando una pantalla más de dos horas al día, el tiempo máximo recomendado. "Es imposible, por mí, estarse menos de dos horas al día ante una pantalla", apunta Catalán que, "por suerte" no se queja de su vista. 

Desde el Colegio recomiendan "apartar la mirada durante 20 según cada 20 minutos enfocando a una distancia de 6 metros". Los expertos añaden que los reflejos a la pantalla y que esta esté a la altura de los ojos es básico para evitar este mal. También recomiendan "forzar el parpadeo voluntario o mantener cerrados los ojos 20 según de vez en cuando", así como "evitar ambientes muy secos por calefacción o aire acondicionado". 

Insomnio
"El teléfono me acompaña todo el día e incluso a la cama, quizás es la última cosa que veo antes de dormirme", dice el directivo. Esta costumbre no lo recomienda la Escuela de Medicina de Harvard, que alerta que las mesitas y otros dispositivos electrónicos que emiten luz perturban el sueño si se utilizan antes de ir a dormir. 

Los investigadores han comprobado que las personas que leen en un iPad a última hora de la tarde se sienten más despiertas al final del día que las que leen un libro. A estas personas los costa más dormirse después de apagar la luz, tienen un sueño de peor calidad y se encuentran más somnolentes el día siguiente por la mañana. 

"Esto nos ha pasado a todos" 
Existen otras anécdotas que "nos han pasado a todos", generaliza el empresario, como por ejemplo meter la mano en el bolsillo o a la bolsa después de percibir una ligera vibración y comprobar que no hay ningún mensaje, ni correos o menciones en las redes sociales. O también sufrir dolor dactilar debido al uso frecuente de la pantalla táctil, que puede causar dolor y calambres a los dedos, muñeca o antebrazo. 

"Reflexionar sobre el uso que hacemos del teléfono móvil es básico para no caer en la dependencia y que pasen estas cosas que hemos comentado", dice Raya. "Después de haber repasado estos síntomas creo que yo también faré una reflexión sobre qué importancia le doy al teléfono", dice Catalán mientras, después de despedirse, mira la hora al móvil.