Hay un pintor, Antoni Vives Fierro, 73 años, que desde muy joven excel·leix como un constante creador de obra de primera fila. También es un inquieto creador de iniciativas originales y acertadas en el sector del arte. Son dos dimensiones creativas de una misma vocación cultural que él sale adelante -como muchos emprendedores- por encima de crisis y de críticas.
También, como muchos empresarios, sabe innovar para atender a nuevos públicos y no decepcionar a quienes comparten de hace tiempos su sensibilidad siempre renovada.
He pasado un día con Vives Fierro, Toni y Emi, y otros amigos invitados, a Hace falta Papitu de Sers, su casa del Penedès abierta a los amigos, a los silencios cordiales y expectants de los campos, y a los horizontes, todavía verdes, de esta primavera catalana tan excitada. Allí trabaja mucho. Trabaja de buen humor porque hace el trabajo que más le gusta.
Nada le es ajeno si hay palpitación humana. Está terminando una exposición enelHospital de Bellvitge.traerá cuadros destilados con cuidado -como el mosto de los cepos que ve desde el estudio- a partir de fotos de la bailarina Alicia Alonso, realizadas en Cuba por el cardiólogo Josep Guindo.
Vives Fierro ha hecho largas estancias en Cuba, de donde salieron sus paisajes urbanos más golosos. De los trozos de realidad que parecen amargosextrae el azúcar de caña de la imagen sensual y amable. Lo hace con el mismo talento con el qué hace años condensó el espíritu del Liceo, sublimó las vísceras emotivas de los Encantos y la Boqueria , e imatjà el clima espiritual del Ensanche y el Paseo de Gràcia.
Es una propuesta original que codea con la preparación de la exposición que presentará el próximo noviembre a la galería El Cuatro, de Barcelona . Trae dos años elaborando unas piezas en que el paisaje no es urbano pero si humano.pone una nueva cultura coloreada: la de la chica que toca la batería, o un desfile exótico en China, o el adolescente look hip hop que vemos en esta fotografía.palpita la alegría irónica y el optimismo inteligente que son tan necesarios hoy para salir adelante muchas empresas.
Séniors también muy activos, que eran con nosotros aquella tarde, Conceso González, 82 años, del Samoa; Quico Ferrer, 77 años, de la Residencia de Investigadores; Fernando Verdú, de Robledor , S.A.; Joan Martí, de Véritas , se fijaron en una montaña de folios escritos. Eran encima una mesa de trabajo que parece feliz de tanto entomà pintura.
–"Lo has escrito tú, esto?" –le dijo el primero que lo vio.
-"Son mis memorias..."- contestó Toni Vives Fierro.
Es resiste a poner fotos. De ninguna formareproducirá pinturas. Es de quienes cree que en la vida escrita nopinta nada la vida trabajada. Conozco empresarios y profesionales que piensan como él: la trabajo hecho se tiene que ver, no hay que explicarla.