Yoga a la oficina, el regreso económico de la salud

Grandes y pequeñas empresas ofrecen esta actividad física a sus trabajadores por los beneficios individuales y colectivos que comporta

Una sala de reuniones de una empresa de manufacturas lumínicas. Algunos empleados entran y enretiren las mesas y sillas para dejar un gran espacio. A continuación extienden en tierra todo de màrfegues y se estiran. Por la puerta entra Mariona Ventura, profesora de yoga, fundadora y CEO de Yoga in the Office. Empieza la clase.

Esta escena puede parecer más propia de una de las grandes empresas TIC de Silicon Valley, en California, o de una gran multinacional japonesa. No es el caso. Se trata de una empresa mediana de entre 55 y 70 trabajadores situada en el Baix Llobregat donde Ventura da clases de yoga desde hace dos meses: "Un grupo de trabajadores se reunió y querían hacer yoga para mover el cuerpo, sentirse más energéticos y hacer una actividad externa del trabajo juntos", comenta esta joven empresaria.

Los beneficios del yoga, tanto individuales como colectivos, hacen que empresarios se planteen ofrecer esta actividad física a sus trabajadores. Ventura, después de una vida laboral viajante por medio mundo ha vuelto a Cataluña para fundar Yoga in The Office, una empresa que ofrece clases de yoga y estiramientos pensadas específicamente por empresas.



El regreso económico de la salud
"Damos clases de 25 minutos o una hora de práctica de yoga específico para los males del oficinista derivado del Hata y el Vinyasa, pero también hacemos respiración y estiramientos , a cualquier hora, por la mañana, a mediodía o por la tarde, necesitamos una sala de reuniones, apartar las sillas, extender las mate (màrfega, en su nombre inglés) y empezamos la clase", dice Ventura y añade: "Inclús algunas clases en inglés y no hay que ducharse al acabar!", exclama.

Que una empresa decida ofrecer clases de yoga a sus trabajadores tiene varios motivos: "Por un lado los beneficios personales por el trabajador son muy buenos, permite conectar con un mismo y reducir estres y presión. Físicamente tiene beneficios cardiovasculares y sobre la presión arterial o el colesterol, aparte de corregir defectos posturales a las espaldas", explica la profesora de yoga. Por otro lado, el retorn que obtiene la empresa es muy interesante, según explica Ventura, varios estudios corroboran esta tesis: "Se reduce el absentismo laboral, la empresa se ahorra 50 euros por persona, esto quiere decir 4.000 euros el año en bajas. Además, las bajas que hay en empresas con planes de salud suelen ser más cortas".

La facultad Blanquerna publicó un estudio en que se afirma que la falta de hábitos saludables representa el 27% de los factores que generan tensión en el trabajo. El estudio añade que las empresas que implementan programas de salud reciben un regreso de inversión de 1,50 euros por cada euro que invierten. "Por este motivo hay empresarios que quieren que sus trabajadores se sientan bien", afirma Ventura.

Yoga para uno y para todo el mundo
Hay dos grandes tipos de empresas que optan para ofrecer yoga a sus empleados, "las grandes empresas de 40, 80, 100 o más trabajadores" o bien "empresas pequeñas en que los trabajadores lo piden o la cabeza hace yoga y lo quiere incorporar a la empresa", explica Ventura. El que tienen en común estas empresas es que buscan un regreso para proponer esta actividad y, de hecho, "lo consiguen".

"El team-building es uno de los grandes beneficios de hacer yoga al trabajo, el buen ambiente entre los trabajadores se nota al instante, el de marketing que no conocía al informático ahora se habla, porque antes no tenían nada más en común", dice la profesora de yoga.

Rueda el mundo
Ventura se ha pasado media vida laboral cercando por el mundo. Después de estudiar magisterio y vivir en Bélgica, marchó a Suiza y Londres a cursar un Máster Internacional en Management. Esta joven empresaria empezó a trabajar en el mundo de la moda abriendo tiendas por Inditex, Prada y Mango en todo el mundo pero sobre todo en Asia. Durante una estancia en Singapur descubrió el yoga. "Bien es verdad que sobre todo en China y al sudeste asiático hay muchas empresas que ofrecen yoga a sus trabajadores y es un hecho muy integrado en la rutina de la empresa", explica Ventura.

A partir de este momento va combinar sus dos pasiones y aplicó los conocimientos de este arte milenario al trabajo de crear equipos por la multinacional de moda catalana. "En algunos grupos hacíamos práctica de yoga antes de empezar a trabajar y comprobé que aquellos estaban más cohesionados que no allá donde no hacían", afirma la joven emprendedora.

Hace medio año dejó su trabajo a Mango y marchó a los Estados unidos a hacer un entrenamiento con otros profesores de yoga. Entonces decidió unir el mundo empresarial con el yoga y fundar Yoga in the Office.

Salud ante la pantalla
Ventura explica que se pueden hacer pequeños cambios o ejercicios durante la rutina que tenemos a la oficina que pueden ayudar a mejorar nuestra salud, por ejemplo "levantarse para coger el teléfono y estirar las piernas mientras hablamos, hundir el ombligo cuando sentamos a la silla y echar los hombros abajo y atrás", detalla Ventura.

"Otro ejercicio que se puede hacer y es muy fácil es estirar los brazos hacia arriba abriendo las palmas y dedos de las manos el máximo que se pueda. Al mismo tiempo, alargar la columna, hundiendo el ombligo cabe adentro y hacia arriba y bajar un poquito los hombros hacia abajo, estirar los brazos hacia arriba y aguantar entre cinco y debe de según" explica la profesora de yoga y dice que esta postura se puede repetir entre tres y cinco golpes a media mañana y media tarde.

Además también propone hacer una torsión de la columna mientras se está sentado: "A la silla con la columna recta y alargada inspira y a la expiración, torce hacia un lado desde la parte baja de la columna (más bien desde el abdomen y no tanto desde la espalda) cógete el muslo del lado que has girado. Estate tres respiraciones largas y repite a la otra banda".

Después de estarse mucho rato ante el ordenador, se nos cargan mucho los antebrazos, las muñecas, los dedos y las manos. Un ejercicio para aligerar estas zonas consiste, según detalla Ventura, al "torcer las muñecas hacia una banda y la otra con la ayuda de las manos. Primero, con una mano hay que pulsar las puntas de los dedos dirección al brazo y cambiar de muñeca. Después torcer la muñeca en la dirección opuesta a la que previamente has estirado, pulsando los dedos de las manos hacia el interior de la muñeca.

Finalmente para liberar cualquier tensión acumulada pone los dos brazos como si fueras un cactus y sacude las muñecas de manera rápida de parte a parte y después hacia arriba y hacia abajo". "Son ejercicios fáciles que un mismo puede hacer sin mucha complicación mientras se es a la oficina", concluye Ventura. Namasté.
Hoy Destacamos
Lo más leido