La mujer que lidera los supermercados Sorli y la "moda circular"

Anna Sorli inaugura esta semana la primera tienda en Barcelona de su marca de ropa Somia

Anna Sorli está al frente del grupo de distribución Sorli y de la firma de moda Somia | Cedida Anna Sorli está al frente del grupo de distribución Sorli y de la firma de moda Somia | Cedida

Anna Sorli lidera desde hace siete años el grupo familiar de distribución alimentaria Sorli pero también impulsa, a título personal, una peculiar firma de moda femenina con la marca Somia. Comercializan ropa que definen como "ética", "ecológica", "natural", "sostenible", "de precio justo", ... y que se confecciona en talleres de proximidad. Descartan la producción masiva basada en mano de obra barata. Anna Sorli define esta apuesta como "moda circular".

Esta semana, Somia inaugurará su primera tienda a Barcelona, en zona prime, en la calle Rosselló, entre Rambla Catalunya y Paseo de Gracia, que será la tercera de la marca después de las Sant Cugat y Vilassar. En una superficie de 200 metros cuadrados, Anna Sorli explica que ofrecerán una "experiencia diferente" al cliente porque, además de las colecciones de ropa y complementos, también tendrá espacios de joyería y perfumería, con marcas de autor, así como una selección de libros y una exposición de cerámica.

Anna Sorli precisa que es una línea de moda pensada para mujeres de 30 años en adelante. No es low cost, si bien la fundadora recalca que tampoco es de lujo sino para mujeres de un poder adquisitivo medio. Se pueden encontrar camisetas de algodón de calidad por 50 euros, jerseys por 100 o chaquetas por menos de 150.

La filosofía de la empresa es "crecer despacio" con una producción "de proximidad"

Detrás está la empresa Somiadores SL, que opera totalmente al margen del grupo Sorli y que se constituyó en mayo de 2020, en plena pandemia. Anna Sorli es la administradora única. Explica que la filosofía de la empresa es "crecer despacio" con una producción "de proximidad". Una vez que la tienda de Barcelona entre en funcionamiento, el siguiente objetivo es potenciar la venta online. No tiene la intención de crear una cadena, pese a que no descarta abrir más tiendas si surge una buena oportunidad.

Anna Sorli buscaba un taller de confección que facilitara salidas profesionales a mujeres en situaciones de vulnerabilidad. Dio voces hasta que encontró exactamente lo que buscaba, la Fundación Ared, del Poblenou, en el taller de la cual se confeccionan parte las prendas de ropa. Después llegó la Fundación Nou Xamfrà, de inserción de personas con discapacidad intelectual, que elabora bolsos y complementos. Estos bolsos están confeccionadas a partir de tejanos fuera de uso. Las dos fundaciones han incrementado el personal para afrontar esta nueva demanda.

Al revés de Desigual, que convierte tejanos viejos en cazadoras, Somia transforma viejas cazadoras en nuevas piezas

También colaboran con Humana, que suministra materia primera (ropa usada) con la que, de su reciclaje, se obtienen bolsas y otras prendas de ropa. Anna Sorli explica que "transforman" cazadoras que se habían tirado en el contenedor en nuevas prendas de vestir o bolsas de la colección Ave Fénix. Este proceso es el inverso que llevó a la fama a Thomas Mayer, fundador de Desigual, que a partir de tejanos viejos confeccionó sus célebres cazadoras.

Es un ejemplo de economía circular o, en palabras de Anna Sorli, de "moda circular": "recogemos de ropa, la transformamos y le damos otra salida". Además de las dos fundaciones a las que encargan producción, también trabajan con dos pequeños talleres, de Igualada y Mataró. Somia ha generado unos sesenta puestos de trabajo entre directos e indirectos: diez de la propia red de la marca, 25 entre las fundaciones y 25 más entre las dos empresas privadas proveedoras. Además de la colección Ave Fénix, tienen otras, con características diferentes, y de cara al verano sacarán una línea de baño. La fundadora destaca que toda la producción es de proximidad.

En la actualidad, Anna Sorli está al frente de Somia, de la Fundación Sorli –creada en 2020 para luchar contra la violencia machista y fomentar la igualdad de género– y del grupo familiar Sorli. Este último está integrado por 107 establecimientos, seis tiendas de comida para llevar (Sorlinyam), 14 cafeterías, dos restaurantes, tres gasolineras, tres gimnasios (Sorlisport, en Sant Vicenç de Montalt, Vilassar de Dalt y Sitges), un hotel y el complejo Emocions de Vilassar de Dalt (hotelero, deportivo y comercial). Todos estos negocios están situados en Catalunya. El grupo Sorli facturó el año pasado 255 millones de euros y ocupó a cerca de 1.900 personas, de las que el 63 % son mujeres.

Tercera generación de una empresa casi centenaria, nacida en 1923 en una tienda de víveres del Poblenou

Anna Sorli pertenece a la tercera generación de la empresa que fundó su abuelo, Francesc Sorli, cuando el 1923 abrió la primera tienda de víveres en la calle Pere IV, en el barrio del Poblenou. Precisamente, el próximo año celebrarán el centenario. El menor de sus hijos, Jordi Sorli Arall, puso en marcha el primer supermercado en 1970 en la calle Bonaventura Muñoz, de Barcelona. El 2002 dieron un salto con la plataforma logística de Granollers-Montmeló, de 20.000 metros cuadrados.

En 2015, Anna Sorli dejó la dirección de marketing para situarse al frente de este grupo de distribución alimentaria. A partir de entonces, se han sucedido los cambios, no sólo en la marca –de Sorli Discount pasó a llamarse Sorli– sino también comerciales. Han aplicado un plan estratégico para reformar todas las superficies comerciales –que están a punto de completar– y para potenciar la calidad del producto. En pocos meses anunciarán la inauguración de una gran superficie, un proyecto que mantienen en secreto hasta que obtengan las licencias administrativas.

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