• Coincidencias, un escenario a la azotea

Coincidencias, un escenario a la azotea

La asociación cultural impulsa Azoteas en Cultura para llevar las artes escénicas a raíz de cielo

Una actuación musical en una azotea de Barcelona
Una actuación musical en una azotea de Barcelona
Aiats Agustí
Periodista
08 de Diciembre de 2016
Act. 09 de Diciembre de 2016
Un escenario a la azotea, este es el planteamiento del festival Azoteas en Cultura, una iniciativa nacida en Barcelona que acerca a raíz de cielo las artes escénicas y a la vez quiere revalorar un espacio eminentemente mediterráneo. Coincidencias es una asociación que nació para impulsar este festival de artes escénicas representadas a las azoteas de la ciudad. Lola Armadàs, co-fundadora del proyecto, explica que este ciclo "trae nuevas disciplinas a este espacio singular".

La asociación cultural Coincidencias presenta una programación durante los meses de verano que se trae a las cubiertas de los edificios de viviendas. Siempre y cuando todos los vecinos de una comunidadestén de acuerdo, pueden prestarse a acoger una obra o actuación. El proyecto trabaja con la figura del anfitrión y buscan espacios especiales para llevar conciertos u obras de teatro. "Siempre procuramos que todos los vecinos estén de acuerdo con la participación, porque ellos reciben los invitados en casa suya al fin y al cabo", dice la emprendedora, para que los anfitriones "puedan tener una nueva relación con este espacio".

Para llevar la cultura a las azoteas, la selección de los artistas tiene que ser esmerada y sólo traen de 12 a 15 artistas por temporada. No todas las actuaciones se pueden llevar a cabo en una cubierta de un edificio. "Siempre buscamos propuestas innovadoras y poco convencionales, puesto que vamos a lugares poco convencionales, y por eso estamos nominados a los premios Time Out de este año", celebra Armadàs.

Así, el equipo de Coincidencias trabaja durante los meses de invierno en la elige de los actores, compañías o músicos, así como la investigación de espacios adecuados para hacer las representaciones. Un golpe la programación -que dura de mayo a octubre- está cerrada, se anuncia con una gala en la Fábrica Damm y las entradas se ponen a la venta.



Normalmente son los propietarios quienes contactan con la asociación cultural porque "el boca-oreja funciona muy bien". Los factores que hacen que una azotea sea escogida normalmente son el tamaño y la seguridad: "Tiene que ser un lugar seguro y que pueda acoger como mínimo unas 60 personas". Todo esto sin olvidar la idoneidad con la obra que serepresentará: "Teníamos una obra de teatro sobre Varanasi y sólo se podía representar a una azotea del Arrabal, si hubiera estado en Sarriá no hubiera sido el mismo".

Esto hace que las actividades del festival cojan un cariz de entre exclusividad y clandestinidad. La organización no da la dirección exacta del lugar de la obra hasta el día antes y, a pesar de que los precios son populares -rondan los 15 euros-, el pequeño comité que impone el tamaño de una azotea rodea las jornadas de un aire lujoso. Con la entrada los invitados tienen una consumición gratuita y algo de comer. Media hora antes de empezar el espectáculo los anfitriones empiezan a recibir los invitados "que pueden disfrutar de las vistas un rato antes de que empiece la obra". A lo largo de las tres ediciones han pasado casi 5.000 espectadores por más de 30 azoteas diferentes de la ciudad y se han ofrecido una sexagésima de funciones.

Un lugar mediterráneo
"Mis padres y mis abuelos tienen mil de historias a las azoteas, en cambio ahora este espacio se ha desvirtuado un poco", explica Armadàs, por este motivo desde Coincidencias han intentado "volver a revalorar este lugar tan mediterráneo" y a la vez acercar las artes escénicas a un público que no busca acontecimientos masivos.

En unas jornadas sobre gestión cultural en 2013 los tres fundadores del proyecto conocieron Red de Tejas, una iniciativa parecida a Azoteas en Cultura pero de Sevilla. "Creímos que una cosa similar en Barcelona funcionaría" y de momento parece que no iban errados. Actualmente a Coincidenciastrabajan siete personas y ja han cerrado tres años de ciclos de artes escénicas saltando de azotea en azotea.



Coincidencias, que actualmente es una asociación sin ánimo de lucro, acaba de entrar a Barcelona Activa para desarrollar un modelo de negocio más sólido. De momento sólo cobran los artistas, el equipo trabaja por amor al arte, "pero estamos intentando virar en este aspecto", explica Armadàs. Precisamente, según dice la emprendedora, están surgiendo más proyectos y el volumen de trabajo aumenta. Una de las opciones es traer el modelo de Azoteas en Cultura a un público empresarial o con poder adquisitivo más alto, sin perder la esencia pero haciendo viable económicamente el proyecto.

Actualmente el ciclo sólo se lleva a cabo en la capital catalana, pero Armadàs augura que "el proyecto se expandirá y aterrizará en otras ciudades catalanas próximamente".