Por primera vez desde el estallido de la pandemia, Alemania ha entrado en recesión técnica. Según datos de la Oficina Federal de Estadística, la principal economía europea cerró el primer trimestre del 2023 con una caída del Producto Interior Bruto del 0,3%. Con estos resultados acumula dos trimestres consecutivos a la baja (Una contracción del 0,5% en el cuarto trimestre de 2022). También entre enero y marzo, el paro registró un crecimiento de un 1% (446.000 trabajadores y trabajadoras).
El gobierno de Olaf Scholz achaca los resultados a la alta inflación, fenómeno que ha derivado en una reducción del consumo por parte de las familias. La recesión no se contemplaba en los informes de la Comisión Europea, donde se describía un aumento del 0,2% del PIB. Los datos de la Oficina Federal sitúan Alemania, por detrás de España, Italia y Francia, en cuanto a crecimiento de las economías en la Eurozona.
A pesar de los datos negativos, en las últimas semanas, la economía alemana ha experimentado una pequeña recuperación en las exportaciones y las inversiones, principalmente de sectores como la construcción, el automóvil, los equipamientos industriales y las maquinarias. Hay que tener en cuenta que el gobierno alemán, a principios de 2023, paralizó el reparto de subvenciones para adquirir vehículos eléctricos. En el capítulo de importaciones, éstas descendieron un 0,9%, con afectaciones principales en el mundo químico.