Los animadores de la economía catalana

ACCIÓ y el Institut Català de Finances tienen un protagonismo destacado en el ecosistema empresarial

Exterior del Palau de la Generalitat | iStock Exterior del Palau de la Generalitat | iStock

Los ámbitos de poder en Catalunya, en gran parte, se mueven a partir de las decisiones de la Generalitat, entre otras administraciones. Desde la plaza Sant Jaume, el presidente ejerce a partir de los apoyos recogidos en el Parlament. En mayo del año 2021, una mayoría de la cámara otorgó el encargo de dirigir el país a Pere Aragonès Garcia.

Uno de los primeros actos de Aragonés como presidente fue la firma de los decretos para formar un gobierno. Consejeros y consejeras que, al menos de cara a la opinión pública, son quienes marcan las líneas maestras de cada departamento y, a la vez, se encargan de controlar que los objetivos del correspondiente plan de gobierno se cumplan.

En un segundo nivel aparece un ejército de asesores, asesoras, direcciones generales y otra tipología de personal eventual. Independientemente de las razones políticas que hayan justificado el acceso a las mencionadas posiciones, esta esfera de poder controla organismos que, más allá de actas oficiales o peleas partidistas, si tienen un impacto directo en la economía catalana.

La palanca internacional de la economía catalana

La Agència per a la Competitivitat de l’Empresa es el organismo que apadrina las empresas catalanas en el exterior, con una red de 40 oficinas que tienen un ámbito de actuación en 100 países. Según datos de la Generalitat, entre los años 2015 y 2021, ACCIÓ ha movilizado 83,6 millones de euros en ayudas.

Inversiones empresariales de alto impacto, asesoramiento en el ámbito de las empresas emergentes, iniciativas de financiación alternativa, clústeres o redes de inversores privados son algunas de las iniciativas donde toman parte las firmas o entidades beneficiarias de las ayudas procedentes de la Agencia.

En el amplio listado de ayudas concedidas se pueden detectar desde grandes instituciones como la Fundació Eurecat o Fira de Barcelona hasta un taller mecánico de Navarcles, población situada en la comarca del Bages. Hay que tener en cuenta que, a pesar de que una de las misiones principales de ACCIÓ es el escenario internacional de la economía catalana, el organismo público también prioriza las acciones de mejora de la competitividad para las empresas locales.

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Exterior de la sede del Institut Català de Finances | Generalitat

El Institut Català de Finances, el banco en la sombra


Pese a la negativa de las autoridades competentes a entregar la acreditación para tener la condición de banco, al menos en la sombra, el Institut Català de Finances es considerado una entidad bancaria. Como organismo público, su finalidad es facilitar financiación al tejido económico y empresarial como una herramienta complementaria de los mercados privados.

Empresas emergentes, pymes o trabajadores y trabajadoras por cuenta propia son algunos de los principales ámbitos de actuación del ICF. Desde hace ocho años, la entidad ha movilizado más de 10.000 millones de euros en préstamos y avales. A modo de ejemplo, en 2021, la acción directa del ICF contribuyó a crear o mantener 24.176 puestos de trabajo.

La operativa del Institut Català de Finances se configura a partir de tres escenarios. Los dos primeros son los préstamos y avales, mientras que el tercero es el capital riesgo. Un segmento de negocio con el cual se busca la consolidación de empresas existentes o bien la creación de proyectos transformadores, especialmente vinculados al mundo digital, los servicios, la salud y las TIC.

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