10 apuntes para el primer presupuesto

El proyecto de cuentas de la Generalitat tiene que pasar la primera criba, las enmiendas a la totalidad, y después conseguir la aprobación definitiva

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la mesa del Consell Executiu | ACN El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la mesa del Consell Executiu | ACN

En sentido estricto, tendríamos que hablar de proyecto de presupuesto. Para no alargar más el título, nos hemos comido el proyecto pero de momento no sabemos si este pasará la primera criba, el de las enmiendas a la totalidad, ni qué eventuales cambios sufrirá para superarlo y, después, para conseguir la aprobación definitiva.

Aun así, he aquí unas primeras impresiones de este primer presupuesto del gobierno de coalición ERC-JxCat, que necesita al menos la abstención de la CUP o de otro grupo parlamentario para seguir adelante.

1. Una euforia poco eductiva

Se han hecho públicos los primeros presupuestos del Govern actual. Aun así, mensajes como "los presupuestos más expansivos de la historia" son complicados de tragar. Parece como si nos quisieran decir que esto es jauja y nos lloverán del cielo las longanizas gracias a la nuestra, la del Govern, capacidad de prestidigitación. Un mensaje basado en el gasto que, como aquel que dice, habrá ahora para todos. Y sin ningún elemento sobre los ingresos ni sobre el endeudamiento. Ni sobre qué necesidades concretas queremos cubrir. Seguramente habría sido más educativo decir algo como por ejemplo: "Para modernizar nuestros aparatos y equipamientos sanitarios, que se han quedado envejecidos después de 10 años de no invertir, destinaremos X millones de euros". A veces parece que se desprecia la capacidad de coger mensajes mínimamente complejos por parte de la ciudadanía.

Si tuviéramos un concierto económico como los vascos, nuestro presupuesto podría llegar a los 50.000 millones de euros

2. 50.000 millones de euros en vez de 38.000 con una financiación como la vasco

Aunque durante el proceso de discusión interna hubo alguna declaración pública al respecto, en el momento de presentar las grandes cifras se podía complementar el mensaje que los presupuestos crecen un 17,3% con algo como por ejemplo: "Si los catalanes dispusiéramos de todos nuestros recursos, los presupuestos podrían haber crecido un 42% adicional", gracias a los 16.000 millones de euros de déficit fiscal. Es decir, pasaríamos de los 38.000 millones previstos para 2022 a los 54.000 millones. Si tuviéramos un concierto económico como los vascos, nuestro presupuesto podría llegar a los 50.000 millones de euros. Parece extraño que un gobierno independentista desaproveche la ocasión para fijar en el imaginario colectivo un par de cifras o de porcentajes básicos y actúe como si la situación financiera de Catalunya fuera la de un país normal.

3. Más sanitarios y docentes

Hay que ir con cuidado con los juegos de manos y los discursos triunfalistas. Como algunos analistas se apresuraron a remarcar, una cosa es comparar los presupuestos actuales con los anteriores, los de 2020, y la otra con el gasto efectivamente comprometido. Así, en el caso del gasto sanitario, los presupuestos comparados indican un aumento del 15%. Pero si la comparación lo efectuamos con el gasto real, aumentada de forma extraordinaria debido a la covid-19, el incremento es solo del 4,3%. Todo y con esto, Salut se lleva el principal aumento de plantilla entre todos los departamentos, más de 17.000 nuevas personas. A continuación, se sitúa Educació, con 4.500 plazas nuevas. En total, la Generalitat contratará o consolidará 28.000 nuevos puestos de trabajo.

4. Presupuestos anticíclicos

Por eso mismo, haría falta poner en valor que después de los estragos económicos de la pandemia, que no hacen prever que llegamos al nivel de producción de 2019 hasta 2023, el gasto presupuestado para 2022 crezca ya significativamente, aunque no tanto como se quiere hacer parecer. Por ejemplo, es remarcable que en Educació también se prevea mantener las medidas de refuerzo implementadas en el periodo más intenso de la covid. Se trata, pues, de unos presupuestos anticíclicos, que crecen cuando empezamos a salir de la crisis, en la más pura política keynesiana, por otro lado, hegemónica ahora en Europa.

Cultura había perdido una tercera parte de su presupuesto a raíz de los recortes de hace 10 años

5. Cultura, la Cenicienta, pero menos

El Govern remarca que tres cuartas partes (74,6%) del presupuesto irán a gasto social, nueve décimas más que en 2020. En este gasto social se contabilizan los recursos destinados a vivienda de protección oficial y parece bastante adecuada. El aumento de momento no llega a lograr el importe demandado por la CUP, pero se doblan los recursos destinados a esta partida. Aun así, sorprende que no se incluya el gasto destinado a cultura, y más después de la declaración solemne del Parlament de que la cultura es un bien de primera necesidad. La cuarta pata del estado del bienestar, vaya. Además, el presupuesto de Cultura se recupera significativamente, a pesar de que no tanto como preveía inicialmente la consellera. Como la CUP también lo había pedido, quizás darle cumplimiento será una forma de congraciarse con los anticapitalistas. En todo caso, hay que recordar que Cultura había perdido una tercera parte de su presupuesto a raíz de los recortes de hace 10 años. Veremos si a este paso llegan al 2% del presupuesto total comprometido por el presidente Aragonès. En 2022 está previsto que se llegue al 1,3%.

6. La inflación amenaza con un retorno a la ortodoxia presupuestaria

Una parte significativa del crecimiento presupuestario previsto proviene de la relajación de las medidas de austeridad presupuestaria implantadas desde 2010. La Europa de Merkel se ha dado cuenta de que la obsesión por el rigor presupuestario que caracterizó la respuesta a la crisis financiera de hace una década fue una cura de caballo que dejó al enfermo todavía más debilitado que a comienzos de la enfermedad. Veremos si con los nuevos líderes alemanes se mantendrá esta manga ancha a la hora de afrontar déficits presupuestarios y endeudamiento o pronto volveremos a una ortodoxia financiera que podría acabar de estrangularnos. La inflación de los últimos meses, considerada solo coyuntural por las autoridades monetarias europeas e internacionales, podría hacer entrar en pánico los mercados y los reguladores bancarios si persiste más allá del verano próximo.

7. El gobierno español no suelta el mango de la sartén

El gobierno español, sea cual sea, siempre actúa igual. Se reserva toda o la mayor parte de flexibilidad financiera pactada en Europa y deja, como mucho, las migajas al resto de niveles administrativos, empezando por las comunidades autónomas. La Generalitat había solicitado llegar a un déficit presupuestario para 2022 hasta el 1,1% del PIB, lo que habría supuesto disponer de 2.720 millones de euros más a través del endeudamiento. Se ha tenido que conformar con el 0,6% de déficit y solo 1.487 millones por esta vía. Esto no quiere decir que el Estado, que ahora va sobrado, no pueda continuar manteniendo el gasto extraordinario logrado a raíz de la pandemia y que parte de estos recursos no se canalicen a través de las comunidades autónomas. Con eso sí cuenta el nuevo presupuesto catalán para 2022 -550 millones de un eventual gasto sanitario añadido-, pero siempre condicionado por la voluntad -política y económica- última del Estado.

La previsión de recursos europeos explica el enorme aumento de la inversión prevista, que pasaría entre 2020 y 2022 de 2.012 a 3.951 millones de euros

8. Cómo revertir la inconstitucionalidad de las medidas fiscales para los desfavorecidos recorridas por PSOE y Podemos

Durante la elaboración de los presupuestos, alguien lanzó el globo sonda de una eventual subida de impuestos para contribuir a financiar el aumento del gasto previsto. El globo sonda funcionó perfectamente: las patronales y los medios del establishment clamaron a coro contra esta eventual subida y el proyecto de presupuestos no comporta ningún incremento. Es cierto que ahora empezamos a pagar el nuevo impuesto sobre el CO2 de nuestros vehículos, pero es una decisión ya tomada anteriormente que empieza a implantarse de forma muy gradual para hacerla poco indolora. Mientras tanto, se dice que se buscará la manera de mantener la rebaja del IRPF que el gobierno Torra-Aragonès pactó con los comunes para los 205.000 contribuyentes con rentas más bajas. Y es que precisamente estos días hemos sabido que el TC, a instancia del gobierno PSOE-UP, ha declarado inconstitucional la medida inicialmente prevista

9. La inversión se duplica por los fondos Next Generation, al albedrío del reparto por parte del gobierno español

De los 5.600 millones de euros presupuestados adicionalmente respecto a 2020, cerca de un 40% -2.142 millones- corresponden a fondos europeos. De estos, 600 corresponden a recursos que se recibirán directamente de Europa. El resto, cerca de 1.500 millones, son la parte estimada que se recibirá de los fondos Next Generation. Estimada porque dependen directamente del gobierno español y hasta ahora no se ha conseguido ningún compromiso concreto. De forma que quedan sujetas a sus criterios de distribución y de discrecionalidad. Esperemos que las previsiones presupuestarias no hayan sido demasiado optimistas. En todo caso, esta previsión de recursos europeos es la que explica el enorme aumento de la inversión prevista, que pasaría entre 2020 y 2022 de 2.012 a 3.951 millones.

10. Mejorar la ejecución de la inversión

Como es debido recordar, sin embargo, una cosa es lo que se presupuesta y la otra lo que efectivamente se gasta. Habitualmente, la primera es una cifra más elevada que la segunda. Cuanto mayor sea la diferencia, señal de peores previsiones y/o de peor calidad en la ejecución presupuestaria. En Catalunya ya sabemos un poco sobre esto, porque la inversión del Estado realmente ejecutada es siempre muy inferior a la presupuestada inicialmente. Un 30% o 40% menos, según los años. En Madrid, hay que recordarlo, siempre pasa lo contrario y gastan más de lo que habían presupuestado. La eficiencia de la Generalitat es bastante más elevada, del 80%. Pero esto mismo quiere decir que todavía hay un notable margen de mejora. Veremos qué pasa con la ejecución de estos presupuestos de 2022 y este será un elemento determinante de su bondad, a pesar de que siempre a posteriori. El aumento extraordinario de los recursos derivados de los fondos europeos obligará a la administración catalana a ser más eficiente que nunca.

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