La autocrítica del motorista barcelonés

Según un estudio del Racc, la nota que los motoristas ponen a su propio civismo a la hora de circular es de 6,21 puntos sobre 10

 Los desplazamientos en moto en Barcelona representan el 6,2% de los trayectos de la ciudad | iStock Los desplazamientos en moto en Barcelona representan el 6,2% de los trayectos de la ciudad | iStock

El RACC ha presentado el Estudio RACC del uso de la motocicleta en Barcelona, un informe que analiza en profundidad los hábitos y comportamientos de las personas que se desplazan en motocicleta y ciclomotor por la ciudad, y también evalúa su perfil y su percepción del entorno. En Barcelona, cada día se producen alrededor de 450.000 desplazamientos en moto en los cuales el origen o el destino están en la ciudad, y representan un 6,2% del total de trayectos, pero su implicación en accidentes tiene un porcentaje mucho más alto: de todos los vehículos implicados en accidentes de tráfico en Barcelona en los últimos diez años (2010-2020), un 36% han sido motos o ciclomotores

En Barcelona, respecto a otras ciudades del mundo, la presencia de la moto es muy elevada. En el año 2020, en la ciudad había censadas 271.090 motocicletas y ciclomotores, que representaban el 33% del parque de vehículos, un porcentaje bastante superior a los equivalentes catalán (20%) y español (15,4%). De hecho, el número de motos en el censo municipal ha aumentado un 6,7% en la última década; es la única modalidad de transporte que ha crecido, además de las furgonetas. Si comparamos Barcelona con ciudades europeas de su entorno, es la metrópoli con mayor ratio de motos por habitante, con 0,17, por delante de Roma (0,13), Milán (0,13), Valencia (0,12) o Madrid (0,08). En el ranking de motos por km² de superficie, Barcelona también es la ciudad líder destacada, con 2.660 motos/km².

El elevado uso de la moto va acompañado de una alta siniestralidad: entre el 2010 y el 2020, más de la mitad de las víctimas mortales en accidentes de tráfico a Barcelona fueron motoristas, y en 2021, ocho de los doce muertos en siniestros circulaban en moto. Ante esta problemática, el RACC ha estudiado la situación desde el punto de vista del motorista en clave estratégica, para recomendar acciones que mejoren la ensambladura de la moto en la movilidad futura de la ciudad

¿Qué autocrítica hacen los motoristas?

Según una encuesta que ha realizado el RACC a 600 conductores de moto, la nota que los motoristas ponen a su propio civismo a la hora de circular en motocicleta por la ciudad es de 6,21 puntos sobre 10. Entre aquellos que han respondido con un seis o menos, las razones principales que dan para justificarlo son el poco civismo en el conjunto de los usuarios de la vía pública en Barcelona y el querer ir lo más rápido posible (42%) y los malos hábitos para reducir el tiempo de espera en las congestiones (36%)

La medida del Ayuntamiento en materia de movilidad que menos popular resulta entre los usuarios de motocicletas y ciclomotores es sacar carriles de circulación, por su impacto en la fluidez del tráfico; un 59% está en contra, con un 34% que lo ve poco acertado y un 25% genes acertado. Tampoco son muy recibidas las sanciones económicas para estacionar motos en la acera (un 54% está en contra) y las políticas de seguridad a la vía pública con elementos como los pilones o las cojines berlineses (un 53 % de rechazo). La nota media que los motoristas ponen al Ayuntamiento de Barcelona respecto a la moto es un 5,6.

Percepción de seguridad

Según el informe del RACC, uno de cada dos motoristas cree que es peligroso circular con la moto por Barcelona. Esta percepción de peligrosidad se acentúa en los giros que tienen cruces con carriles bici de doble sentido. Opinan que es el elemento más peligroso de la ciudad para la circulación en moto, y el 54% de los encuestados creen que este tipo de cruces también son peligrosos para las bicicletas y los vehículos de movilidad privada. Los cojines berlineses para reducir la velocidad y la pintura en el asfalto son los siguientes elementos que más inseguridad generan entre los motoristas: un 52% los consideran peligrosos. Un 50% también opinan que los bloques de hormigón tipo New Jersey son inseguros, seguidos de las pilones para separar el carril bus (47%) y el estado del pavimento (45%).

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