Hace un año que el Banco Central Europeo decidió realizar un viraje en su política monetaria y empezara a subir los tipos de interés. Han sido meses de aumentos consecutivos y actualmente está en el 4,25%. La presidenta del Eurobanco, Christine Lagarde, ha advertido ya que el objetivo no es aflojar y es mantener esta agenda y apretar así a una inflación persistente que se mantiene por encima del 5% en la eurozona. Esto, sin duda, tiene un impacto en el bolsillo de los ciudadanos, especialmente en las hipotecas.
La decisión del BCE tiene ya consecuencias en el mercado inmobiliario, la gente que pensaba comprarse una casa ha preferido esperar. Tras la pandemia, en el 2022, la compraventa de pisos se incrementó, el mercado empezó a tener cambios: muchas familias se dieron cuenta de que a su casa le faltaba un balcón, o un jardín, o que el comedor era demasiado pequeño. Después de estar 24 horas encerrados en casa durante tiempo, muchos se dieron cuenta de que su hogar no estaba preparado por pandemias. Gracias al ahorro que muchas familias consiguieron, se produjo el cambio, con una subida durante dos años nunca vista desde antes de que explotara la burbuja inmobiliaria en el 2007.
Pero este incremento ya ha terminado. Las hipotecas son caras y los pisos también. En la ciudad de Barcelona, actualmente el precio medio por un piso es de 339.000 euros; en Bruselas es de 345.000 por un piso de obra nueva y de 271.000 por uno antiguo. Un precio mucho más asequible en la capital europea que en la ciudad catalana, teniendo en cuenta también la diferencia que existen entre los sueldos.
Los residentes en la ciudad de Barcelona tienen un sueldo medio de 32.300 euros brutos anuales, en Bruselas el salario bruto anual es de 43.800 euros. El dinero que debe destinarse a un alquiler o una hipoteca de media en Barcelona es mucho más amplio que los residentes en Bélgica por una razón muy clara: los sueldos son más altos.
Sin embargo, en Bélgica, igual que en Barcelona, también hay diferencias entre los barrios. Pero también en los oficios. Bruselas tiene una particularidad que no se vive en la capital catalana. La ciudad belga es la sede principal de las instituciones europeas, se encuentra la Comisión Europea, el Consejo de la UE, el Parlamento Europeo, el Comité Económico y Social y el Comité de las Regiones. Es también la sede de cientos de empresas y grandes lobbies; además también se encuentran las sedes de grandes bufetes de abogados europeos e internacionales.
El dinero que debe destinarse a un alquiler o una hipoteca en Barcelona es mucho más amplio que en Bélgica por una razón muy clara: los sueldos son más altos
Los sueldos que cobran estos trabajadores también son significativamente mayores que el resto de residentes en Bélgica. Es una ciudad con una amplia brecha entre aquella capa de la población que cobra sueldos muy altos y otros no tanto: una alta posición en un puesto de trabajo en la Comisión Europea puede superar los 20.000 euros al mes (aunque el sueldo solo está alrededor de entre 3.000 y 5.000, dependiendo de la posición o antigüedad).
El gran número de funcionarios y personas que trabajan en torno a las instituciones europeas aumenta el salario medio en la capital, pero esto ha tensionado también el mercado inmobiliario, especialmente en barrios como el europeo —el que se encuentra en las inmediaciones del Parlamento y la Comisión—. Antiguamente, era un barrio mucho más asequible, en torno a los años 80, cuentan varios vecinos, donde había un importante número de casas antiguas, conocidas como Maîsons de Maitre, casas altas con un jardincillo y que ahora pueden llegar a rondar los 700.000 euros. Un precio mucho más adecuado para los bolsillos de funcionarios y no para trabajadores ajenos a las instituciones. Sin embargo, Bélgica no se la considera un país con una gran desigualdad. Según Eurostat tiene una distribución de la riqueza, de media, mucho más igualitaria que otros países, como España.
Por otra parte, el mercado inmobiliario en estos momentos en España ha mantenido apretados los precios, y se han incrementado durante los primeros meses del año. Por el contrario, en Bélgica han disminuido ligeramente con un 0,3% y según un reciente barómetro se cree que disminuirá un 3%.
El gran número de funcionarios y personas que trabajan en torno a las instituciones europeas aumenta el salario medio en la capital, pero esto ha tensionado también el mercado inmobiliario
Aún así, el mercado inmobiliario belga es uno de los más estables de la OCDE. Según cifras de Eurostat, con bajadas que alcanzan entre el 9 y casi el 2% entre los países de su alrededor, los precios en Bélgica no varían en gran medida con un equilibrio entre la oferta y la demanda que se mantiene. En un país donde no el paro está por debajo de la media de la UE (5,5%) así como el juvenil (5%) hay más posibilidades de pensar en ser propietarios de un piso en más de un sueldo medio en la ciudad de Bruselas que ronda los 3.600 euros de media. Los belgas, por lo general, siempre han apostado por ser propietarios de piso como una convicción de que se trata de una inversión segura. Esto explica, según un reciente informe de la entidad ING, que el mercado mantenga esa estabilidad.
En España también esta idea ha estado muy arraigada, aunque cada vez menos, especialmente después de la burbuja inmobiliaria, pero también a causa de un paro persistente que doble el belga (en el 11%) y el segundo paro juvenil más alto de la Unión Europea (también superior al 11%). Ser propietarios en el estado no está al alcance de todos.