El partido y el procés de la burguesía catalana

Un café largo con Manel Pérez y Miquel Macià: "No es legítimo no decir la verdad"

Los periodistas Miquel Macià y Manel Pérez en un encuentro organizado por VIA Empresa. | Marc Llibre Los periodistas Miquel Macià y Manel Pérez en un encuentro organizado por VIA Empresa. | Marc Llibre

Manel Pérez y Miquel Macià son dos periodistas de renombre, premiados y de largo recorrido, influencia y tirada. Se seguían la pista y se han leído, pero no se conocían. Al menos, en persona. Pérez es subdirector de La Vanguardia y Macià es fundador de Nació Digital -y propietario hasta hace poco-. Pérez es el autor de La Burguesía catalana. Retrato de la élite que perdió la partida (Península, 2022) y Macià es coautor junto con Pep Martí d'Els que manen. Vida i miracles de les 50 famílies que mouen els fils de Catalunya (Saldonar, 2022). Dos libros que merece la pena tener muy a mano para entender de donde venimos y hacia donde vamos, entre pasillos del laberinto de poder empresarial. VIA Empresa se encuentra con los dos periodistas en la oficina de Intermedia situada en medio de la Diagonal para hablar de la burguesía catalana. Mejor lugar, imposible, para afinar puntería: la burguesía pujolista, el procés, la revuelta a la Cambra, el traslado de sedes sociales, el poder de La Caixa, el Puente Aéreo y "un ministro en Pedralbes", La Vanguardia, la democracia o la Revolución Francesa. Los dos autores han venido a hablar de su libro, están de acuerdo en "casi" todo, pero cadauno vive y predica su periodismo, experiencia y visión. Juntos construyen un auténtico relato coral en exclusiva para este diario que no dejará indiferente a los lectores: "Catalunya es una creación burguesa y su nación no es flor de un día. No hablamos de un fantasma".

Un primer titular de la burguesía catalana.

Miquel Macià: Tendríamos que hablar de las burguesías catalanas. La burguesía catalana no es un cuerpo único ni homogéneo en pleno siglo XXI.

Manel Pérez: En Catalunya todos entendemos qué quiere decir la burguesía catalana, aunque hay sensibilidades y papeles económicos diferentes. A la gente le sugiere la idea de los que tienen el poder económico del país. No es homogéneo, pero desde el retorno de la democracia ha habido una hegemonía política y social de esta élite económica.

La burguesía pujolista

Félix Millet hablaba de 400 grandes familias en Catalunya pero el abuelo de Ana Patricia Botín hablaba de 400 grandes familias en toda España. Pocos o muchos, la burguesía catalana hizo vía con la política.

Miquel Macià: Tuvieron que vehicular esta hegemonía -no con entusiasmo- a través de Jordi Pujol y Convergencia. A finales de los 70 entrevisté algún industrial importante que me decía que su hombre era Adolfo Suárez. Así se vio en las primeras elecciones, pero Pujol tenía una cosa inapelable que era la fuerza de los votos. Después hubo la incapacidad del PP para ser un partido sólido en Catalunya. Quizás el más exitoso fue Josep Piqué, a pesar de que el récord de diputados lo hizo Alícia Sánchez-Camacho. El PP hacía más votos en el cinturón metropolitano con la clase trabajadora que con los sectores adinerados de Catalunya.

Manel Pérez: La burguesía pujolista o pujoliana agrupa de forma taxonómica un sector que es nacionalista catalán y que acompaña a Pujol desde el principio. Cuando la situación política va evolucionando también acompañan a Artur Mas con la definición más soberanista. Algunos de ellos acaban siendo independentistas, que no quiere decir unilateralistes. Son gente de orden y conservadora y esto de la ruptura unilateral con el Estado no les acaba de gustar y es justo el límite donde se quedan. El pujolismo les viene por ideología y por la administración de nueva planta que crea poder económico, político y una fuerza tractora. El ejemplo más paradigmático es Mediapro de Tatxo Benet y Jaume Roures. Si les preguntamos a ellos si se sienten pujolistas, dirían que no y que menuda sandez. Ahora bien, ellos surgen del aparato que crea Pujol y son una externalización creciente de TV3.

Manel Pérez

Fotografía de Marco Llibre

El procés

Pérez explica en su libro cómo el expresidente del Cercle d'Economia Antón Costas se preguntaba de forma casi retórica en La Vanguardia: "¿Por qué la burguesía catalana no frenó la deriva independentista del nacionalismo catalán y consintió, cuando no alentó, el procés?" Esta era su respuesta ipso facto: "Había perdido la influencia política que había tenido en el pasado".

¿El procés fue alentado por la burguesía catalana?

Manel Pérez (M.P): En Madrid se dice que el procés es una criatura directa de esta burguesía que lo crea y lo conduce cada día. El independentismo habla mucho de un solo pueblo como si todo el mundo pensara y quisiera lo mismo. No es así. Pujol es un burgués y vicepresidente de Banca Catalana, pero la clase burguesa no está detrás de Convergencia ni de lo que después acaba haciendo Mas. Cuando el Cercle d'Economia se quiere convertir en un partido y ganar unas elecciones no va a ninguna parte y es entonces cuando llegan a un pacto de convivencia con el pujolismo. La burguesía se olvida de la reivindicación de un proyecto nacional catalán cuando pierde la hegemonía en los años 30. Francesc Cambó sí que tenía la clase burguesa detrás.

Macià: "Los medios de Madrid señalaban que el motor del procés era la burguesía catalana, supongo que por sorpresa de ella misma"

Miquel Macià (M.M): Los medios de Madrid señalaban que el motor del procés era la burguesía catalana, supongo que por sorpresa de ella misma.

M.P: Efectivamente. [Ríe].

M.M: Para que el relato triunfara entre las clases populares españolas se tenía que presentar como una cosa de privilegio y de ricos. El discurso que se hizo desde algunas tribunas y medios de Madrid para estigmatizar la burguesía catalana tenía muchos puntos parecidos a cómo se estigmatizaron los judíos.

M.P: El boicot a los productos catalanes empezó con los nazis durante los años 30.

Pérez: "El boicot a los productos catalanes empezó con los nazis durante los años 30"

M.M: Era la idea de que los burgueses daban un golpe bajo y la puñalada por la espalda dentro del Estado. Ahora bien, la burguesía catalana no lee qué está pasando para que emerja el procés.

¿Por qué razón?

M.M: ¡Por muchas razones! Estaban concentrados en una zona de Barcelona y todo lo que pasara a nivel político, municipal o social ni lo sabían ni les interesaba. El descontento fue creciente, José Montilla ya avisó pero no se le hizo caso. Nos encontramos con un movimiento independentista sin alternativa política. Claro que la burguesía habría podido tener un partido que pusiera una alternativa política sobre la mesa y no unas gestiones de pasillos y de presiones.

¿Qué tipo de presiones?

M.M: Que si Iñigo Urkullu, que si vamos a ver a Carles Puigdemont y que si Puigdemont nos echa con cajas destempladas... Era la agonía del sector burgués. Lo correcto hubiera sido tener un partido de centroderecha que hubiera puesto la conciencia ganadora y las reivindicaciones de la primera década de siglo cómo la filosofía del Puente Aéreo sobre la mesa. Y hacerlo ganador. Si el PP gana en Andalucía que era el feudo del proleteriado agrario y del clientelismo, ¿por qué no podía ganar una alternativa de centroderecha sólida? Hubo un abandono en Catalunya, seguramente porque ya había mucho absentismo entre la generación actual.

Miquel Macià

Fotografía de Marco Llibre

La agonía y la decadencia

Manel Pérez (M.P): Ya se venía de una decadencia... Los burgueses hacen una delegación política total en Pujol y se desentienden hasta que se hace balance del Pacto del Majestic. Es cuando el Cercle d'Economia hace aquel documento en 2001 donde dice ojo, aquí nos hemos despistado. José María Aznar tiene un proyecto estratégico que es convertir Madrid en el gran Madrid y nosotros no nos hemos enterado. Esto es sobre todo una crítica política con Pujol que les decía que la economía iba de cine.

Miquel Macià (M.M): ¡Los cuatro motores!

M.P: ¿Qué pasa Catalunya? Confluye la ofensiva recentralizadora del PP de Aznar, la globalización crece a una escala formidable y se produce la desindustrialización en Catalunya. No prestamos mucha atención desde los medios, a mí me ayudaron mucho los trabajos de Josep Oliver cuando documenta hasta qué punto se cierran empresas, se pierden puestos de trabajo y dice aquella frase tan categórica: "Acabamos el siglo XX entre los motores de Europa y empezamos el siglo XXI siendo decorativos". La crisis financiera es muy corrosiva y debilita esta élite catalana que era una economía industrial muy potente. Eran empresas familiares industriales y esto se hunde restándole autoridad social, prestigio, fuerza interna y cohesión. Mucha gente se pregunta: ¿Y ahora, a que se dedican? Tenían empresas y no las tienen. Lo pierden todo. Antes de la crisis financiera, tenían autoridad social, cultural, económica y política. Cuando llega el procés, solo se los queda la autoridad económica. Todavía son ricos, pero no tienen un papel claro en la sociedad que al final queda desarticulado con el procés.

Pérez: "Antes de la crisis, la burguesía catalana tenía autoridad social, cultural, económica y política. Cuando llega el procés, solo le queda la autoridad económica y después queda desarticulada"

La revuelta de la Cambra

Pérez habla en el capítulo de "la batalla de la representación" de Josep Sánchez Libre, Fira de Barcelona, Pimec, el cava, Puigdemont y el rey Felip VI o de las elecciones en la Cambra de Comerç de Barcelona. Macià abre el libro y cita textualmente: "La ANC convirtió la campaña en un choque de intereses entre el comerciante, el autónomo o el empresario casi individual, partidario del independentismo y de la gran empresa, pendiente de obtener pingües beneficios gracias a sus contactos con el poder y opuesta a la versión del procés desarrollada en los últimos años. La lógica de la revolución del pequeño contra el grande había quemado etapas a la velocidad de la luz y se trataba de derribar el obstáculo que el poder económico representaba para el objetivo de la independencia."

M.M: Las elecciones en la Cambra de Comerç de Barcelona me hicieron pensar en una conversación que tuvo Pasqual Maragall con empresarios durante las elecciones de 1999: "Tenemos que conseguir contar con vosotros". Defendía que si la gran empresa catalana estaba con ellos, esto arrastraría los pequeños empresarios, la industria auxiliar o los proveedores que a la vez arrastrarían los autónomos para acabar siendo así la fuerza hegemónica de Catalunya.

¿Grandes empresarios y pymes con un objetivo común?

M.M: La profecía no funcionó. Cuando estalla la crisis económica, el pequeño empresario y comerciante ve que el gran empresario va a lo suyo y no tiene un proyecto nacional. Esto hinchó el procés junto con el apoyo de una masa muy grande de trabajadores de la educación, la sanidad y de lo que queda de campesinos y mundo rural que es poco. No se tuvieron tampoco en cuenta los 800 ayuntamientos que no se ven desde Barcelona pero tienen un proceso determinante para salir adelante.

M.P: Las elecciones en la Cambra son complicadas porque hay un lío legal y discusiones sobre si el voto fue o no manipulado. Para mí es muy importante el traslado de sedes después del 1 de octubre. No hay nada comparable en el resto del mundo. Toda una aportación del país a la historia de la humanidad.

M.M: Una aportación paralela a la expropiación de CaixaBank. Una generación que es propietaria de CaixaBank y a la que se le impide controlar la propiedad del banco. Otra aportación histórica a la Europa capitalista.

Miquel Macià, Manel Pérez i Víctor Costa

Fotografía de Marc Llibre

El traslado de sedes sociales

Manel Pérez (M.P): El traslado de sedes tiene una doble lectura: la reacción política de esta clase y esto me hace pensar que todavía existe. Para mover la sede de una empresa, tienes que ser propietario y ser una clase social más o menos fuerte y más o menos organizada, pero en definitiva ser una clase y tener una relación con la economía. Por lo tanto, la clase burguesa. El traslado de sedes es una reacción política y un rechazo al procés, así como un apoyo al 155 y al Estado para que tome medidas drásticas pero a la vez es una derrota de la clase burguesa. Es cómo cuando Pompeyo se enfrenta a las tropas del César y le dice que se va de Roma, pero que ya volverá. Roma se la queda César y Pompeyo ya no volverá. Lo que volverá será su cabeza sin el cuerpo. No lo quiere reconocer, pero la burguesía es derrotada y tiene que abandonar el territorio en el que había sido la clase dirigente de forma indiscutible.

Pérez: "El traslado de sedes es una reacción política y un rechazo al procés; un apoyo al 155 y al Estado para que tome medidas drásticas pero a la vez una derrota de la clase burguesa"

¿Qué dice la burguesía entre pasillos?

M.P: Todos lo reconocen en conversaciones personales. Es una decisión política tomada con dolor y a regañadientes. Esto pesa durante las elecciones en la Cambra. Están tan acostumbrados a estar por encima del resto de la sociedad, que no se dan cuenta pero presentan una candidatura a la Cambra de las empresas que ya se han ido. Esto tiene un punto frívolo y de no darse cuenta del mundo donde están. La derrota en la Cambra es también la de los que decidieron que se iban aquellos días de octubre.

¿Volverán las sedes sociales de estas empresas a Catalunya?

M.P: Tiene que haber un cambio de clima político. Igual que se fueron, no volverán hasta que no vean un clima adecuado. Y si te vas hacia un lugar, toca también explicar por qué te vas de allí donde estás. Los bancos tendrían que ir al Palau de la Generalitat de Valencia y decirle a Ximo Puig que ha estado muy bien, pero que se van. A Ximo Puig no le gustará y para el resto de España ya es una explicación de porque vuelven a Barcelona. Solo volverán con un pacto muy sólido y claro que se pueda vender en toda España entre el Estado y la Generalitat y por lo tanto, no suponga un ataque frontal por parte del PP u otros partidos. Mientras esto no pase y lo veo todavía lejos, yo lo descarto. Alguna puede volver cómo el caso de Aguas de Barcelona, a pesar de que Aguas movió el hòlding y cuando volvió, lo hizo solo la operadora del agua de Barcelona y el Area Metropolitana. En el caso de los bancos, la hipótesis de vuelta es todavía más difícil porque Barcelona no es una plaza financiera y cuando se muevan será para ir a Madrid.

Macià: "Los que se fueron a Madrid ya están en la capital del Estado que va por delante de Barcelona en términos económicos y financieros. ¿Por qué tendrían que volver? ¿Por motivos patrióticos? Difícil"

Miquel Macià (M.M): Los que se fueron a Madrid ya están en la capital del Estado que va por delante de Barcelona en términos económicos y financieros. ¿Por qué tendrían que volver? ¿Por motivos patrióticos? Difícil. La Fundación "La Caixa" todavía, que se fue a Mallorca. También tiene gracia que empresas que movían una miseria, se domiciliaban en Alcalà de Henares o Getafe como si fueran empresas que mueven medio millón de cerdos. ¿Por qué? Por fidelidad al Estado y para mostrarlo.

M.P: La Fundación "La Caixa" se fue a Mallorca, pero el banco no pudo a pesar de que era su proyecto inicial. Los delegados territoriales sentían la presión de los clientes que retiraban fondos y transmitieron a la ejecutiva del banco que ir a Mallorca era cómo seguir a Barcelona de cara al resto de España donde sí que no había dude de que Valencia no estaba sometida al "virus nacionalista catalán".

El poder de La Caixa y el reinado de Fainé

Miquel Macià (M.M): Pep y yo hablamos de Isidre Fainé y Manel habla de La Caixa y dice que sigue siendo el primer factor de política económica de Catalunya sin que el tejido empresarial clásico catalán esté especialmente adaptado a estas exigencias. Esto es dramático y ya te dice que CaixaBank juega en otra liga financiera internacional.

Manel Pérez (M.P): Naturgy es una apuesta de La Caixa que empieza con la Catalana de Gas y Pere Duran-Farell. Una apuesta estratégica de Josep Vilarasau y Fainé. Polémica de peajes aparte, el caso de Abertis es el mismo. O VidaCaixa. Incluso, se plantea tener la primera inmobiliaria de España con Colonial y Metrovacesa. La Caixa era la única con la capacidad de crear grandes corporaciones catalanas de alcance estatal y grandes dimensiones operativas y jugaba a hacerlo así.

También hay otros grandes empresas catalanas.

M.P: Puig, Grífols, GM Foods, Cobega son grandes compañías que dan muchos beneficios, pero no llegan a la escala de capital para constituir nuevas grandes corporaciones. La Caixa no puede contar con ellas para hacer un movimiento como el de la creación de Naturgy o Agbar. Solo La Caixa puede continuar jugando, a pesar de que no cómo antes porque el mundo ha cambiado y la normativa bancaria es diferente. Es muy importante lo que pase en un futuro con la fundación y su estrategia. Durante unos años intentó hacer inversiones más pequeñas en empresas nuevas que estaban a punto de crecer y ahora ha habido un proceso de revisión para recuperar apuestas más estratégicas.

El Puente Aéreo y "un ministro en Pedralbes"

Vicens Vives ya hablaba de la dificultad de los catalanes a la hora de ejercer el poder. Así pues, merece la pena preguntarse en un momento como el actual por el poder de la burguesía catalana en Madrid cogiendo el Puente Aéreo como símbolo que va mucho más allá de las infraestructuras.

Miquel Macià (M.M): Ahora es una de aquellas épocas donde la burguesía catalana tiene menos poder.

Macià: "Ahora es una de aquellas épocas donde la burguesía catalana tiene menos poder. La reivindicación más importante de la época de Franco era el "necesitamos un ministro en Pedralbes"

Manel Pérez (M.P): Después de la guerra, la burguesía pierde todo el poder y agradece a Franco que le devuelva la fábrica y el dinero y se dedica a no hacer nada con la política a la vez que intentar hacer negocios dentro de las condiciones impuestas por el régimen. Desde el estraperlo y el contrabando, hasta las divisas en Tánger. La burguesía hace todos los papeles del Auca del Senyor Esteve porque se siente protegida por el franquismo.

M.M: La reivindicación más importante de la época era el "necesitamos un ministro en Pedralbes" porque representaba que así habría un puente para influir.

M.P: Hay un momento muy relevante que es el plan de estabilización del año 1959. Se creó tanto en Madrid cómo aquí una leyenda donde las élites económicas y académicas parieron el plan de estabilización para salir del agujero y creado las bases de la modernización de la economía española y la creación de clases medias con la llegada de la democracia.

¿En qué consistía este plan de estabilización?

M.P: Es un proyecto norteamericano impuesto a Franco a regañadientes. Un plan en el que la burguesía catalana ya no pinta nada y donde se pone de manifiesto que ya no forma parte del núcleo de poder del que se rodea el franquismo. Hay algunos personajes cómo Joan Sardà Dexeus que era un técnico absoluto, pero no un burgués. La burguesía catalana no juega ningún papel en la banca, no está vinculada al IMI que es el gran activo económico español que da de comer al ejército y a la cúpula franquista. Las grandes multinacionales hacen negocio con la banca madrileña y vasca, pero no con la catalana. Menciono un documento del Cercle d'Economia de 1968 que me hace mucha gracia porque piensan que todavía están en los años 20 cómo si la misión de Catalunya todavía fuera que la burguesía catalana reformara y cambiara España. Vicens Vives se lo dice y se lo creen. Ahora bien, a España la estaba cambiando la presión norteamericana y la propia banca vasca y madrileña pero la burguesía catalana ya no era la locomotora, a pesar de que tenía cierta influencia, prestigio, cultura y formación. Barcelona continuaba siendo la ciudad más ilustrada de España y emitía luz.

M.M: Foment del Treball hizo un famoso mitin en el Palacio de Deportes durante la Transición donde no exponía un proyecto nacional para Catalunya sino una serie de medidas reaccionarías y de defensa gremial frente al miedo que hubiera un cambio social excesivo.

Pérez: "La burguesía catalana compró el proyecto de Suárez y después compró el proyecto de Pujol, pero nunca tuvo un proyecto propio"

M.P: Compró el proyecto de Suárez y después compró el proyecto de Pujol. La burguesía nunca tuvo un proyecto propio.

M.M: ¿El voto más útil de la burguesía de hoy es el PSC?

M.P: Hay un sector que vota a Junts porque se siente nacionalista y cree que el problema todavía está abierto y se tiene que poner de manifiesto. El PSC consigue más simpatías, también es cierto que han probado Unió, Manuel Valls, Ciudadanos...

M.M: El PSC ahora es el PSOE que es quien manda en España. Es una apuesta seria y con la memoria de los Juegos Olímpicos que es un aval. Después del fracaso de Unió, esta burguesía no está fructuosa de tener un partido político.

M.P: Es de los momentos donde la burguesía catalana tiene menos poder, tanto aquí como en Madrid.

Miquel Macià i Manel Pérez

La Vanguardia y el papel de los medios

Macià recuerda un artículo de Gaziel datado del 1 de enero de 1926 en el capítulo de Los Godó de su libro, donde describre La Vanguardia como una "institución local" y el reflejo del "espíritu de la burguesía catalana". Y añade que Godó se define en una entrevista con Pilar Rahola como "liberal en las ideas, tradicional en las costumbres, trascendente en religión, catalán, monárquico y leal al rey". Uno de los principios que propugnaba Ramon Godó es que "nuestra influencia es saber connectar con la centralidad del país". 

Miquel Macià (M.M): Si tenemos que mirarlo por los resultados que sacó Josep Antoni Duran i Lleida en las elecciones... No debe de tener demasiada influencia. Los lectores de La Vanguardia vieron cómo aquella noche electoral salía la CUP que no sabían ni que existía. La Vanguardia interpreta los deseos de los catalanes, pero sobre todo dice cada día a las clases medias qué motivos tienen para sufrir, ya sean políticos, económicos, seguridad, limpieza o Ada Colau.

Macià: "La Vanguardia interpreta los deseos de los catalanes, pero sobre todo dice cada día a las clases medias qué motivos tienen para sufrir"

Manel Pérez (M.P): ¡Una definición magnífica! Es un diario de las clases medias catalanas que miran la realidad del mundo a través de la óptica que se les presenta en La Vanguardia. Tiene una influencia muy grande y ocupa una posición destacadísima en Catalunya, pero tampoco se tiene que exagerar. Los medios tienen mucha influencia, pero cuándo llegan grandes crisis sociales van más bien a remolque que no diciendo a la sociedad por donde tiene que ir.

¿Por ejemplo?

M.P: Las elecciones autonómicas de Catalunya de 2012 cuando El Mundo publicó aquel dosier falso sobre las supuestas cuentas de Mas y Pujol en Suiza. Un sector de Convergencia y el mismo Mas tuvieron la tentación de explicar la bajada electoral de los 12 diputados por el efecto de este dosier. Siempre he sido muy escéptico con esto, El Mundo vendía poco en Catalunya y dudo mucho que algún votante fuera lector. La influencia que tuvo aquello durante la campaña electoral fue mínima y buscar explicaciones así es engañarse.

Pérez: "Los medios tienen mucha influencia, pero cuándo llegan grandes crisis sociales van más bien a remolque que no diciendo a la sociedad por donde tiene que ir"

M.M: Veníamos de dos elecciones donde Mas había ganado siendo la lista más votada y se movía entre los 46 y los 48 diputados. Saltó a 62 diputados porque ERC perdió la mitad pagando el Tripartit y arrastró el voto de autónomos del Área Metropolitana. Gente que seguramente no habría votado nunca a Convergencia pero que lo hizo para acabar con el Tripartit. De 62 bajó a 50 diputados.

M.P: A comienzos del procés había sectores independentistas que querían atribuir lo que acabara pasando en los medios de comunicación y en concreto, en La Vanguardia. Cómo si los medios tuviéramos una clave social que en verdad no tenemos. Lo tienen mucho más los políticos que son los que toman las decisiones, orientan y tienen opciones políticas determinadas que conducen a la sociedad. ¡La influencia de La Vanguardia es mucha y que dure! Pero no se tiene que exagerar.

Fantasmas, negocio e ideología

Roger Vinton aparece en sociedad en abril de 2012, cuando se publica el artículo inicial de su blog. Desde aquella fecha, ha publicado una serie de artículos donde se habla de finanzas de Catalunya, del Barça, del mundo de la empresa y también del poder en Catalunya. Es colaborador habitual de VIA Empresa donde asegura que "criticar la banca o las multinacionales es perseguir fantasmas" y que "si las grandes fortunas ven negocio no se frenan por una cuestión ideológica".

¿Estáis de acuerdo?

Miquel Macià (M.M): ¡Y tanto! Solo faltaría. El trabajo de la empresa es ganar dinero.

Manel Pérez (M.P): Efectivamente, el sistema capitalista opera a través de bancos, multinacionales, empresas... Es la estructura operativa. Otra cosa es cuestionar el sistema porque no te gusta. Es imposible que el sistema capitalista funcione sin empresas.

M.M: ¡Y el pez grande se come el pequeño!

M.P: Este es uno de los dramas del país. Cuesta crear peces grandes y tiene que ver con la crisis industrial, la pérdida de poder por la relación con Madrid y que el Estado español nunca ha considerado el crecimiento económico de Catalunya como una prioridad porque siempre lo ha visto ambivalente. Me gusta, pero me da disgustos. Ha optado siempre por Madrid como ciudad de referencia del país. También hay problemas endógenos como esta dificultad de la burguesía catalana para hacerse grande.

M.M: Solo hay que ver la atomización de medios de comunicación en Catalunya, dejando Grupo Godó aparte porque es una estructura.

M.P: Tampoco es un grupo enorme...

M.M: No ha ido nunca al extranjero.

Pérez: "Lara decía y tenía razón que el empresariado catalán prefiere ser cabeza de ratón que cola de león"

M.P: José Manuel Lara decía y tenía razón que el empresariado catalán prefiere ser cabeza de ratón que cola de león y opta siempre por la empresa individual y para no hacer fusiones ni enseñar el dinero al vecino. Una serie de autolimitacions que hacen que cuando el mundo es muy globalizado acabe por venir una multinacional y comprar la compañía con cash-flow. El empresario catalán se queda muy feliz y ya puede ir con el yate, pero no aporta nada desde el punto de vista de país.

Manel Pérez

Fotografía de Marc Llibre

El poder de mañana

Llegados a este punto, toca preguntarnos: ¿vivimos la metamorfosis kafkiana o la decadencia de las élites? ¿Qué poder real tiene hoy la burguesía catalana ante el auge y la entrada en el capital de fondos de inversión cómo Vanguard, Blackstone o Blackrock?

Manel Pérez (M.P): La burguesía se ha financiarizado mucho, no en el sentido de operador financiero sino que entiende su actividad económica como una actividad financiera. Tener dinero para que este dinero genere más dinero como la compra de inmuebles, invertir en bolsa o hacer operaciones a través de family office que ahora triunfan tantísimo. Vender la empresa sirve para hacer negocio pero no para construir sociedades organizadas con proyectos singulares que era el papel que la burguesía se había atribuído décadas atrás.

¿Ofertas irresistibles?

M.P: Antes de cada 100 empresas medianas o grandes con más de 500 trabajadores solo una era de capital familiar catalán y por lo tanto, el 90% restante eran empresas compradas por bancos, grandes empresas españolas, multinacionales o empresas públicas. El peso económico de la burguesía ha bajado y esto determina la capacidad de influencia, la acción y es una tendencia que se agrava a cada día que pasa. Los fondos manegan una cantidad de dinero tan grande que hacen ofertas irresistibles para el empresario.

M.M: Un peso de la deuda que arrastra Grífols por haber fundamentado su crecimiento en compras, ahora hay que ver qué pasa con la caída de valores de las acciones y la subida del tipo de interés. Los chinos han añadido 600 o 700 millones de euros a Mediapro cómo aquel que mata una mosca. La deuda de Grífols es más grande. ¿Es viable Mediapro? Sí, le falta dinero porque ha pasado la covid pero es un proyecto que merece la pena y los chinos añaden dinero.

M.P: El mundo se ha hecho más grande y nosotros más pequeños. Ponemos émfasis en el deber y no en el haber. Tenemos un gran capital y un gran activo que es Barcelona como ciudad creativa, atractiva, que genera muchas startups y conocida en el mundo pero hay que ver cómo se le saca provecho y se activa de verdad. Esto está muy limitado por la falta de capital. Gran parte de lo que se ha creado aquí volará a otro lugar. Este es el gran reto que tiene Barcelona que es diferente al que tenía 100 años atrás de cambiar España desde Catalunya. España si cambia ahora será desde toda España y tendrá Catalunya la parte que le corresponde pero ya no es un proyecto diferencial con su élite económica.

¿Y la democracia?

Miquel Macià (M.M): Una conclusión de tu libro es que la idea de democracia no aparece por ninguna parte dentro de la acción pública de esta burguesía. Las presiones, los contactos, las amenazas, las coacciones, el miedo, los gritos a Puigdemont...

Macià: "La idea de democracia no aparece por ninguna parte dentro de la acción pública de esta burguesía. Veo difícil volver a una pax pujoliana"

Manel Pérez (M.P): Están acostumbrados a la influencia por detrás.

M.M: Veo difícil volver a una pax pujoliana. Todas las fases de crisis sociales tienen altibajos. La demasiada social que apoyó al procés ha recibido golpes muy duros, pero se rehará. 

M.P: Y la situación económica se complicará... Me llamaba mucho la atención la inconciencia con la que el independentismo afrontaba la cuestión económica. No quería hablar y defendía que los poderes económicos preferirían una Catalunya solvente que una España quebrada. Sus esquemas no tenían nada que ver con la realidad. No es legítimo no decir la verdad.

¿Cuál era la verdad?

M.P: Decían que el poder económico no era neutral y que no tenían ningún problema con el procés ni con la independencia. Esto no es verdad. El poder económico desconfió desde un buen principio porque prefiere una relación estable y controlada con el Estado que es un mercado más grande. Recuerdo aquel mitin de Mas que dijo: "¿Cómo se irán los bancos si somos el 20% del PIB?" ¿Y el otro 80 %? Estaban advertidos por Fainé, por Josep Oliu y otros empresarios. Pero decían a la gente que no pasaría nada y hay un momento donde esto ya no se puede esconder con el pánico bancario a partir del 1 de Octubre cuando las clases medias barcelonesas y catalanas tienen miedo a quedarse sin ahorros.

¿Qué ha cambiado y que hemos aprendido?

M.P: La lección fundamental es que si alguien vuelve a plantearse algo parecido al procés, el referéndum o la decisión unilateral ya no podrá decir que no tendrá consecuencias económicas. Tendrá que tener una respuesta. Es un tema que ha quedado marcado en la conciencia de las clases medias catalanas.

M.M: La idea que no pasaría nada se sustentaba, de forma consciente o inconsciente, con la idea de democracia y fuerza de voto. Es decir, que el voto popular tenía que prevalecer y que la democracia tenía que prevalecer más allá de presiones o pánico bancario. Si la democracia no podía prevalecer, entonces tenemos un problema muy gordo y esto sigue en pie. Por eso, el grueso del votante independentista sigue desorientado porque sacó como lección del 1 de Octubre que el voto no prevalece.

Macià: "El procés tenía aires de Revolución Francesa"

M.P: Y muchos de ellos dicen que si me vuelven a llamar para hacer una cosa así, ya sé qué pasará después.

M.M: Recuerdo unas declaraciones de Mas de 2014 diciendo a los banqueros que solo tenían un voto y que había el voto del pueblo. El procés tenía aires de Revolución Francesa.

M.P: Y los líderes independentistas actuaban cómo si no fuera un proceso revolucionario.

M.M: Porque no lo sabían.

M.P: Políticamente es muy irresponsable. Hay irresponsabilidad y pensamiento antidemocrático por parte del Estado y del Gobierno central de Mariano Rajoy con una actitud reprobable, pero también hay aventurismo y no pensar en las consecuencias de lo qué se hace por el otro lado. Animar la gente a votar, la policía les rompe la cabeza y no has pensado nada. Prometes estructuras de Estado y no has creado nada.

M.M: Se abrió la lámpara y se escapó el genio.

M.P: Decían que Europa nos protegería o nos ayudaría y era todo aventurismo político. No se tomaron enserio lo que la gente sí se estaba tomando seriamente. Por eso, el 1 de Octubre acabó cómo acabó...

Miquel Macià i Manel Pérez

Fotografía de Marc Llibre

Catalunya, la creación burguesa

Asegura Xavier Roig en un artículo de opinión en VIA Empresa que "Catalunya nunca ha tenido burguesía. Lo ha intentado. A veces de manera desesperada. Pero no ha existido nunca una burguesía catalana con el correspondiente sentimiento de clase, con la evidente sensación de pertenecer a un grupo con una misión social." Y añade que no tenemos cocina burguesa, sino popular como reflejo de ello. 

¿Estáis de acuerdo?

Miquel Macià (M.M): ¡Claro que ha existido!

Manel Pérez (M.P): Catalunya es una creación burguesa y su nación no es flor de un día. Tiene orígenes históricos que empieza comercial y acaba siendo industrial. Toda historia tiene un principio y un final. Estamos en una fase muy crepuscular de esta burguesía, pero tenemos muy visible la cultura, la historia o la arquitectura... No hablamos de un fantasma. Podemos discutir la fuerza, la vitalidad o el empujón de este protagonista.

Pérez: "Catalunya es una creación burguesa y su nación no es flor de un día. No hablamos de un fantasma"

M.M: La burguesía habría sido otra si hubiera un Estado a finales del siglo XIX.

M.P: No haber tenido un Estado también es prueba de debilidad y debilidad. Quiso y no pudo.

M.M: No pudo porque había un pueblo muy rebelde. La frase aquella de Cambó que decía que lo que tenía que hacer España es dar autonomía y enviar guardias civiles para mantener el orden...

M.P: Vicens Vives hizo aquel recuento del número de revoluciones... Si lo sumamos todo, somos líderes mundiales.

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