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Desde Londres: los catalanes judíos, un referente mundial (I)

Los catalanes judíos fueron claves en el desarrollo de Catalunya y también del judaísmo

Hasta el siglo XIII, la ciudad de Girona era llamada "la madre de Israel" | iStock
Hasta el siglo XIII, la ciudad de Girona era llamada "la madre de Israel" | iStock
Xavier Solano | VIA Empresa
Politólogo
Londres
20 de Agosto de 2023
Act. 20 de Agosto de 2023

Hace poco leía que el Reino Unido tiene la quinta comunidad de judíos más extensa del mundo después de Israel, Estados Unidos, Francia y Canadá, con cerca de 300.000 judíos. El Reino Unido ha visto cómo los judíos han contribuido de manera importante a su economía con la creación de empresas tan importantes como Shell, Marks & Spencer, River Island o Tesco, entre otras muchas. Para entender las dimensiones de esta actividad, solo diré que Tesco, quizás la empresa menos conocida de estas cuatro en Catalunya, es una cadena internacional de supermercados que ahora ya dispone también de un banco y de una compañía de telefonía móvil, con un total de cerca de cinco mil establecimientos, 350.000 trabajadores y con unos ingresos anuales por encima de los 70.000 millones de euros.

 

Curiosamente, Inglaterra echó a sus judíos en 1290, mucho antes que Catalunya. La diferencia es que Inglaterra permitió volver a los judíos en el siglo XVII mientras que, en nuestro caso, los judíos -aparte de los que se quedaron- ya no regresaron a Cataluña hasta el siglo XX, cuando Catalunya ya hacía más de 200 años que no era soberana. Ahora bien, si echamos un vistazo a la aportación histórica de los catalanes judíos a la economía de nuestro país, sobre todo en fechas anteriores al fatídico 1391, veremos que la contribución fue tan importante o más que la que vemos que ejerce este colectivo hoy en día en Reino Unido.

Reino Unido ha visto como los judíos han contribuido de manera importante a su economía con la creación de empresas tan importantes como Shell, Marks & Spencer, River Islando o Tesco

El historiador medievalista Yom Tov Assis, de la Universidad de Jerusalén, nos aseguraba que en el siglo XIII, amparados por la figura del rey Jaume I, los catalanes judíos prosperaban y eran muy valiosos por el país. En este sentido, ejercieron una importante tarea como colonos de los nuevos territorios conquistados, ya fuera como traductores, como intérpretes, como diplomáticos o como financieros. Nuestros monarcas requirieron préstamos de los catalanes judíos tanto en la época de la conquista e institución del Reino de Mallorca como en la consecución del Reino de Valencia, además de los tiempos de la hegemónica expansión catalana imperial por el Mediterráneo.

 

De hecho, es en el desarrollo del comercio marítimo del siglo XIII en el que los catalanes de religión judía hicieron una contribución más relevante a nuestra nación. El Atlas catalán (1375), el mapa cartográfico catalán más importante de la edad media, atribuido al judío mallorquín Cresques Abraham (1325-1387), es una prueba evidente. Como ya expliqué en otro artículou, los catalanes judíos disponían de capital y del contacto de sus correligionarios en Creta, Chipre, Alejandría y otros lugares estratégicos en el ámbito del Mediterráneo. Los gobernantes de la Catalunya histórica y soberana se dieron cuenta enseguida de las inmensas ventajas que esta red de judíos locales ofrecía a nuestro comercio y pronto se organizaron para aprovecharla, estableciendo enseguida el célebre entramado de Consolats de Mar y fundando en el Mediterráneo oriental numerosas colonias comerciales.

Además, ya en el siglo XIII, los judíos catalanes consolidaron modalidades de financiación vigentes como, por ejemplo, el crowfunding. Hubo muchos judíos particulares que prestaban dinero, ocasionalmente, una o dos veces al año. Estos no eran prestamistas profesionales, pero sí utilizaban su capital para permitir a otros catalanes poder acceder al capital necesario para sus negocios. Así es como se construye un imperio comercial.

 Es en el desarrollo del comercio marítimo del siglo XIII donde los catalanes de religión judía hicieron una contribución más relevante a nuestra nación

Pero quizás la aportación más desconocida por los actuales catalanes es la que nuestros judíos hicieron en el ámbito del judaísmo. Manuel Forcano nos lo explica en su libro titulado Els jueus catalans (Angle Editorial, 2014), un libro que recomiendo como lectura para este verano y donde se dice, por ejemplo, que en Catalunya hay ciento cincuenta lugares considerados genuinamente judíos. Esta cifra es muy alta para un país geográficamente tan reducido como el nuestro. Forcano también nos apunta que hasta el siglo XIII, la ciudad de Girona era llamada "la madre de Israel". Y, precisamente, es en Girona y también en Barcelona, donde el conocimiento cabalístico de este colectivo se organiza en escuelas en el siglo XIII. La cábala, la tradición mística del judaísmo, basada en la interpretación de la Torá que se afana por encontrar la parte mística y esotérica de las escrituras sagradas, nace en la Narbona provenzal catalana y es cuando atraviesa los Pirineos y llega a Girona que se difunde en su máximo esplendor.

Pero la contribución de los catalanes al judaísmo y la lengua y cultura hebrea va mucho más allá. En Menahem bien Saruq de la Tortosa del siglo X, ha pasado a la historia principalmente por ser el primer codificador de la lengua hebrea. Fue el autor del primer diccionario de la lengua hebrea elaborado a partir de términos bíblicos y conocido como Mahberet. Es decir, el primer estudio léxico completo del vocabulario bíblico formado en hebreo se elaboró en nuestro rincón de mundo por un tortosino que, además, creó las siete conjugaciones verbales que todavía hoy aprenden los judíos cuando estudian la lengua hebrea. Un personaje importantísimo que la mayoría de catalanes actuales no conoce y un dato que no se enseña en nuestras escuelas.

 Los catalanes judíos fueron claves en el desarrollo de Catalunya y también del judaísmo

Otra gran eminencia, el catalán Abraham bar Hiyya al-Bargeloní de Barcelona, por su parte, fue el sabio judío más importante de la Europa del siglo XII. Su magna obra, el Yessodé ha-tebuná|u-migdal ha-emuná, establece lo que la comunidad judía considera "los fundamentos de la inteligencia y la torre de la fe", por el hecho de recoger todo el saber científico judío del su momento en catorce volúmenes. Fue un hombre avanzado en el renacimiento, dado que vivió en el siglo XI. También fue el primer autor judío en emplear el hebreo para escribir la totalidad de su obra. Tampoco se explica a los jóvenes en nuestras escuelas.

Jafudá ben Barzilay de Barcelona fue una eminencia jurídica, autor del Séfer ha-Dinin, el "Libro de las leyes", el compendio de setenta y tres formularios legales comerciales más antiguo de Europa. Este catalán permitió a los judíos europeos redactar documentos legales y formalizar notarialmente transacciones económicas y acuerdos. Otro catalán poco conocido hoy.

El rabino catalán Mossé ben Nahman, también conocido como Nahmanides, o como Bonastruc ça Porta de Girona, es un personaje todavía muy conocido y querido en todo el mundo judío. Hizo un comentario en la Torá donde describe a los personajes de la Biblia. Todas las sinagogas del mundo tienen su obra en primera línea. Desgraciadamente, y que yo sepa, todavía no existe ninguna versión en catalán de su obra. Soy de los que cree que debería hacerse algo en este sentido. No podemos tener olvidados a autores históricos catalanes tan importantes.

 Hay que recuperar el legado de los catalanes judíos y aprovecharlo para estrechar lazos en el futuro

En el ámbito de la jurisprudencia, fue el rabino catalán Salomó ben Adret de Barcelona, discípulo de Nahmanides, el jurista que reguló la aplicación de la ley judía a la vida cotidiana en una obra recogida en cinco volúmenes, que pasará a ser considerada ley por el judaísmo. No hay sinagoga en el mundo que no tenga esta obra catalana considerada todavía hoy texto revelado, es decir, palabra sagrada.

Finalmente, también cabe destacar la figura del catalán Isaac ben Reuben albargeloni. Este fue un poeta de la Barcelona del siglo X. Su obra forma parte del Sidhur, es decir, de la liturgia hebrea.

En definitiva, los catalanes judíos fueron claves en el desarrollo de Catalunya y también del judaísmo. Su aportación es, por tanto, clave para entender nuestro pasado y para entender la religión más antigua de las tres monoteístas mayoritarias. Es necesario recuperar el legado de los catalanes judíos y aprovecharla para estrechar lazos en el futuro con este colectivo catalán así como con la comunidad judía de fuera de nuestras fronteras por el beneficio de todos. Muchos países con conexiones históricas menos relevantes ya lo hacen.