La Cambra reclama "con urgencia" la interconexión hídrica del Ebre con el sistema Ter-Llobregat

La entidad lamenta "una década perdida" en cuanto a inversiones: "Estamos donde estamos porque no se ha invertido lo suficiente"

Más del 80% del Valor Agregado Bruto catalán está expuesto a los efectos de la sequía | Cedida Más del 80% del Valor Agregado Bruto catalán está expuesto a los efectos de la sequía | Cedida

"Sin el agua no hay economía y tampoco hay sociedad". Con esta afirmación, Joan Ramon Rovira, director del Gabinete de Estudios Económicos de la Cambra de Barcelona, ha encabezado el último informe de Indicadores de Progreso y Bienestar (IPB), elaborado por la Cambra, que este año ha tenido un principal protagonista: la sequía y su impacto en la economía catalana. Previendo que más del 80% del Valor Añadido Bruto catalán está expuesto a los efectos de la sequía y que en el 2025 el Área Metropolitana de Barcelona no será capaz de afrontar su déficit hídrico si continúa el actual episodio de sequía, la Cambra propone una serie de medidas, a medio y largo plazo, para hacer frente a la emergencia actual y para llevar a cabo la transición hídrica. ¿La más urgente y necesaria de todas? La interconexión del Consorcio de Aguas de Tarragona con el sistema Ter-Llobregat.

El proyecto de la interconexión no tiene actualmente consenso (la Cambra de Tortosa está en contra), ni tiene el apoyo del actual Gobierno de la Generalitat, pero para Eloi Planes, vicepresidente de la Cambra de Barcelona y presidente ejecutivo de Fluidra, es "indispensable", teniendo en cuenta "la situación de extrema gravedad, sin precedente, que está causando una gran incertidumbre a corto plazo en cuanto a los recursos hídricos". De hecho, Planes ha apuntado que esta medida, técnicamente, se podría aprobar a pesar de las elecciones, mediante un decreto, hecho por el cual ha pedido a las esferas políticas "sentido común".

Eloi Planes, president executiu de Fluidra i vicepresident primer de la Cambra, a la presentació de l'informe | ACN
Eloi Planes, presidente ejecutivo de Fluidra y vicepresidente primero de la Cambra, en la presentación del informe | ACN

La interconexión de las redes del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y Aguas Ter-Llobregat (ATL) representaría "la opción más práctica", detalla la Cambra, "tanto por la factibilidad de ejecución, como por la contribución que representaría de cara a la constitución de un verdadero sistema en la red". Eso sí, la entidad remarca que este sería "un recurso puntual" basado en el excedente disponible que hay en Tarragona, y que la interconexión tendría que ser bidireccional, para posibles situaciones futuras.

La interconexión permitiría, por lo tanto, que el Área Metropolitana de Barcelona pueda afrontar su déficit hídrico a corto plazo, pero Planes asegura que "tenemos que actuar con una visión a largo plazo", que no dependa de trasvases, sino de desalinizadoras y regeneradoras. De hecho, la Cambra estima que, para el 2040, se tendrían que hacer unas inversiones próximas a los 5.200 millones de euros.

En un plazo más corto de tiempo, hasta el 2030, el ente cameral ha precisado que esta inversión tendría que ser de 3.200 millones de euros, correspondientes a las actuaciones previstas por la ACA para el periodo 2022-2027 (2.438 millones), junto con las actualizaciones de las inversiones de las desalinizadoras Tordera-II i Foix (más de 245 millones) y las inversiones que se destinarían al Besòs (550 millones). A estas actuaciones, habría que sumarle los 1.950 millones de euros previstos en el Plan Estratégico del Ciclo Integral del agua, previsto para el 2050, pero que la Cambra quiere que esté a punto por el 2040, y que incluye una nueva ETAP en el Besòs y una ERA también en el Besòs.

¿Cómo hemos llegado a la situación actual?

La actual sequía que vive Catalunya no es la primera que ha vivido a lo largo de los años. De hecho, la última, la del 2007, comportó una inversión considerable por parte de la Generalitat, entre los años 2007 y 2009. Pero una vez volvieron las lluvias y los embalses se volvieron a llenar, "las inversiones cayeron en picado", ha denunciado Alicia Casart, directora del Gabinete de Estudios de la Cambra. Después de este primer ciclo ambicioso, se inició un segundo ciclo de inversiones "influenciado por la crisis económica, las precipitaciones y las restricciones presupuestarias". ¿El resultado? Las inversiones se redujeron y algunos proyectos de desalinizadoras proyectados en el primer ciclo no se contemplaron en el segundo.

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De hecho, entre el 2013 y el 2021 se han ejecutado de media 24 millones de euros anuales en proyectos vinculados al ciclo del agua, cifra muy inferior a los 385,6 millones de euros del periodo 2007–2011. Con estas cifras, la Cambra lamenta "una década perdida" en cuanto a inversiones: "Estamos donde estamos porque no se ha invertido lo suficiente", ha criticado Planes. Y ha añadido: "No tendríamos que estar en el punto de escasez de recursos hídricos en el que nos encontramos". A esta carencia de inversiones, además, hay que sumar una "falta de acciones y apoyo a los diferentes sectores productivos" para ser más eficientes, ha apuntado la entidad, teniendo en cuenta el déficit hídrico, pero también, la actual transición hídrica que tiene que llevar a cabo la economía catalana.

Planes: "No tendríamos que estar en el punto de escasez de recursos hídricos en el que nos encontramos"

La entidad también ha señalado las actuaciones en el ámbito municipal: "No se ha invertido bastante en la mejora de las redes de distribución del agua", ha criticado Casart. Y, a pesar de que la eficiencia del sistema no es muy preocupante (con un rendimiento medio del 78,5 %), en Catalunya hay municipios donde los escapes de agua y consumos no registrados sí que requieren un plan de actuación urgente, como es el caso del gran escape de agua de Badalona, que pierde dos litros cada segundo.

En la vertiente positiva: ya hemos revertido el modelo de captación de agua

Más allá de tapar los agujeros actuales que surgen de la emergencia de la sequía, Catalunya tiene por delante el gran reto de construir un nuevo modelo hídrico. Esta transición hídrica, que Planes ha comparado con la revolución industrial, tiene que mirar al medio y largo plazo, y actuar en infraestructuras, en planes sectoriales de eficiencia y planes reguladores en positivo, para conseguir que la economía catalana ya no dependa casi de los recursos "tradicionales", como los embalses, y lo haga más del agua regenerada o desalinizada.

De hecho, en este sentido, Casart ha celebrado que Catalunya se encuentra "inmersa en un cambio de modelo" en cuanto a la captación del agua. Si antes de la sequía, el agua consumida dentro de la Barcelona metropolitana era, de media, un 95% de procedencia superficial y subterránea y un 5% desalinizada, durante el actual episodio de sequía, el agua consumida ha llegado a proceder un 33% de agua desalinizada y un 25% de agua regenerada, con un 19% de origen superficial y un 23% subterránea. "No hemos invertido, pero hemos cambiado mucho el perfil de regeneración de los recursos hídricos", ha afirmado Casart. Ahora bien, no son todo flors i violes: "El camino que hay que hacer ya lo hemos iniciado, pero nos queda todavía un largo camino por recorrer".

El agua consumida en la Barcelona metropolitana procede un 33% de agua desalinizada y un 25% de agua regenerada

En este camino por recorrer, la reutilización del agua tiene que ser un elemento clave en los municipios. El agua residual de uso urbano, según la Cambra, se tendría que poder regenerar para que vuelva al mismo sistema, sea urbano o para la industria.

En este sentido, la Cambra insiste en un plan de actuaciones, que ayuden a llevar a cabo la transición hídrica para el 2024. Este plan incluye, por un lado, la ejecución de todas las actuaciones de infraestructura pendientes (con una inversión de cerca de 5.200 millones de euros), pero también, un plan de actuaciones que tenga en cuenta la demanda, especialmente la industria y el sector primario. Entre la batería de propuestas anunciadas por la entidad, destacan: planes sectoriales para el ahorro en el consumo de agua que ayuden los sectores a hacer la transición, acompañamiento e incentivos a las empresas por parte de las administraciones, planes de actuación específicos a nivel del consumo residencial y comercial, con el fomento de la implantación de tecnologías, y una regulación positiva, que establezca obligatoriedad y sanciones a la vez que de cabida a ayudas y compensaciones a aquellos que la cumplen.

La creación del Observatorio de la transición hídrica

La Cambra de Barcelona, más allá de publicar este informe y hacer una tarea de asesoramiento e interlocución para el tejido empresarial en esta coyuntura de sequía, ha decidido contribuir en la transición creando el Observatorio de la transición hídrica. Nace con el objetivo de hacer seguimiento de las tramitaciones de los proyectos propuestos y de la continuidad y ecución de las líneas de ayuda de la administración a las empresas para su transformación hídrica. También quiere aportar análisis y propuestas en el terreno de la gobernanza del ciclo del agua y en el ámbito legislativo.

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