La pasada semana, el Ministerio de Trabajo actualizó la estadística de convenioscolectivos, mostrando que los salarios subieron un 3,26% hasta junio, por encima de la tasa de inflación adelantada para ese mes que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), fue de un 1,9%. Esto significa que, de media, los trabajadores cubiertos por las negociaciones colectivas han comenzado a recuperar parte del poder adquisitivo perdido en los últimos meses y que se aprecia una contención de la inflación por la bajada del precio de los alimentos, los carburantes y la electricidad, aunque la subyacente (5,9%) sigue por encima del IPC general.
Más allá de este dato, la recuperación de los ingresos también tiene que ver con otra cuestión que merece un análisis: la economía sumergida. En un mercado de trabajo con una tasa de paro del 10,4% en Catalunya, los últimos datos sobre salarios en B de InfoJobs, plataforma de empleo líder en España, indican que un 27% de los trabajadores catalanes estaría dispuesto a recibir su sueldo en B, dos puntos porcentuales más que en 2021 (25%).
Los jóvenes de entre 16 y 24 años son los más predispuestos
Una mayor predisposición por parte de los jóvenes
Los jóvenes de entre 16 y 24 años son los más predispuestos, con un 48% de las menciones. En contraposición, solo lo harían un 20% de los mayores de 54 años. Por nivel de ingresos, lo aceptarían un 42% de los que ganan menos de 1.000 euros, frente al 25% que cobran más de 2.000 euros.
Esta predisposición está además alineada con la realidad, puesto que del informe se desprende que el 10% de los catalanes declara haber recibido su salario en B los últimos dos años, sea de manera total o parcial, un resultado muy similar al estatal (11 %). Además, el rango de edad que más ha llevado a cabo esta práctica ha sido el más joven (16 a 24 años).
Las consecuencias de cobrar en B
Teniendo en cuenta la ilegalidad que supone esta práctica, otras consecuencias importantes para los trabajadores y trabajadoras que cobran parte de su sueldo en B es que, al no cotizar, pierden las prestaciones de la Seguridad Social e, incluso, pueden ver perjudicada su jubilación. En este sentido, según recoge la encuesta, hay dos condicionantes claves para el cobro en B: los salarios bajos, que obligan a los empleados a buscar alternativas en la economía sumergida y que las empresas no dan otra opción.
"Es muy probable que la situación económica del último año, caracterizado por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, haya acentuado esta práctica" apunta Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs, quienes añade que "en este sentido, la calidad del empleo, la formación y el desarrollo de políticas públicas que beneficien a los colectivos con mayor precariedad son claves para acabar con los salarios en B y consolidar nuestra economía".