Cataluña puede ser la Dinamarca del sur?
Cataluña puede ser la Dinamarca del sur?

Cataluña ante el espejo de Dinamarca

El país nórdico es el modelo económico y social en el cual muchos políticos y economistas creen que el país se tiene que inspirar, pero no está claro que se den las condiciones para replicar su realidad

Los líderes del Proceso todavía no se ponen de acuerdo sobre en qué nacionalidad hay que mudar para llevar a cabo la independencia. A veces Escocia, otros Kosovo y, últimamente, Eslovenia. El que genera consenso es que, un golpe independientes, hay que hacer un viaje al norte para copiar el modelo económico de Dinamarca . Pero se puede comparar Cataluña con un país con un 4,9% de paro, un gasto social del 46% sobre el PIB y una presión impositiva 10 puntos por encima de la que soportamos aquí? Esta es la pregunta planteada en el debate Podemos ser la Dinamarca del sur?, celebrado al Ateneo Barcelonès y organizado por el Nación Digital y Catalanes Libres. Una discusión centrada en el análisis del mercado laboral, el contexto empresarial, la fiscalidad y las pensiones de los dos países.

Un mercado laboral precario

Los conferenciantes han coincidido al apuntar a la precariedad y la dualidad del mercado laboral como los principales problemas del mercado laboral en Cataluña. "El origen del paro estructural y los salarios bajos es el modelo de crecimiento adoptado, que se ha basado en la promoción de la mano de obra poco cualificada. Desde el 1985, todas las reformas laborales han apostado por la temporalidad para flexibilizar el mercado, creando así dos regímenes de trabajadores: los indefinidos y los temporales, y esto precaritza y desincentiva la formación", ha apuntado el presidente de Ferrocarriles de la Generalitat, Ricard Font.

Font: "El origen del paro estructural y los salarios bajos es el modelo de crecimiento adoptado basado en la promoción de la mano de obra poco cualificada"

Precisamente la formación de los trabajadores es el otro factor a que apuntan los expertos para entender la precariedad del actual mercado laboral catalán. "Durante años hemos potenciado la educación universitaria y despreciado la profesional. Ahora tenemos gente muy preparada, pero también subocupada", indica el economista Mercè Jou. Font completa el análisis remarcando que "la mitad de los 500.000 parados que tenemos apenas tiene la ESO, por el que difícilmente podrán acceder a trabajos que permitan incrementar la productividad del país ni tendrán un buen salario". Para el economista, tener una buena oferta formativa "es la garantía para ofrecer un ascensor social".

Para los expertos, el santo grial que ofrece el modelo danés para mejorar la economía catalana es la flexiseguridad. Para el economista de la Universitat de Barcelona, Germano Belio, este concepto es sinónimo de flexibilidad, "pero aquí nos da miedo utilizar esta palabra". Así pues, parte de las soluciones vendrían para dar facilidades a las empresas a la hora de contratar, despedir y promocionar sus trabajadores. Claro que la flexibilidad en Dinamarca también es para los trabajadores. "Allá, si te quedas sin trabajo, en dos meses vuelves a estar activo, y esto también forma parte de la flexiseguridad", apunta Yugo.

La pesadilla administrativa de las empresas

Una de los datos que dan perspectiva sobre las facilidades que pone un territorio a la hora de fomentar la actividad es la de los días necesarios para activar una sociedad. En Dinamarca sólo hacen falta 3, mientras que en España son necesarios un mínimo de 13. Y esta sólo es la punta del iceberg del entramado administrativo en que se enreda muchos golpes la economía. Belio ilustra la situación con una anécdota. "Un golpe hice cuatro gestiones administrativas para justificar un gasto de 0,84 euros".

Belio: "La maquinaria administrativa y reguladora que tenemos es insoportable para las empresas"

El economista considera que "la maquinaria administrativa y reguladora que tenemos es insoportable para las empresas" y considera que esto va en contra de la flexibilidad y de las necesidades del país. "Si eres un territorio pequeño, no tienes capacidad de decidir nada, sino que te tienes que adaptar al mercado, y esto sólo es posible con una normativa flexible".

Coincide en el análisis el secretario general del Departamento de la Vicepresidencia y de Economía y Hacienda, Albert Castellanos, que considera que la hiperregulació del país se explica porque "aquí la política se hace a través de las leyes". Font considera que este sistema pone complicaciones a los empresarios, pero también a los funcionarios, "que ya no quieren firmar nada para no asumir riesgos". Por el contrario, el modelo escandinavo es ligero en normativa. "Ellos basan su sociedad en la confianza de la ciudadanía hacia la Administración".

Para Belio, este es el modelo a seguir, pero desconfía de la capacidad para adoptarlo en nuestra sociedad. "Sin hiperregulació el que hay son muchos más impuestos. Después hay que generar más mecanismos de evaluación para saber como se han gastado", advierte.

Más impuestos por mejores políticas públicas

Precisamente la presión fiscal es una de las claves para entender el amplio abanico de políticas sociales de los nórdicos. "El que no podemos tener es un Estado del Bienestar como el de Dinamarca con fiscalidad latina", advierte Castellanos. Traducido en cifras, los daneses tienen una presión impositiva del 46% sobre el PIB, mientras que los ingresos por impuestos en España apenas representan el 34% del PIB. "Antes de subir el nivel de impuestos, pero, tenemos que conseguir las mismas condiciones de partida, como un mejor mercado laboral, mejores salarios y educación".

Yugo todavía apunta dos pecados de partida más de la economía local, como los gastos innecesarios y el fraude fiscal. "No nos podemos permitir gastos tan bestiales en ineficiencias como el alta Velocidad que tenemos ni tener un tax gap sobre el IVA del 20%. Para tener una mejor sanidad, educación y servicios sociales hace falta más esfuerzo impositivo, pero también un mejor control", indica.

Para los expertos, el incremento de impuestos no sólo es una cuestión numérica, sino también ideológica. En este sentido, defienden tributos polémicos como el de sucesiones como necesarios en un sistema liberal como el danés. "Es un impuesto sobre un importe que recae en una persona por una simple herencia, por el que no hay ninguno otro tributo más liberal que este. En Suecia hacen pagar hasta el 15% a partir de los 30.000 euros, y en Dinamarca, el 13% a partir de los 20.000", expone Belio.

El rompecabezas de las pensiones

En el caso de las pensiones, la comparación con el sistema garantista de los daneses no tiene cabida. En Cataluña el debate es, directamente, si habrá pensiones al futuro. "Dicen que este problema se solucionará mejorando la productividad, pero esto no se ha dado nunca, y quizás los futuros trabajadores estarán más preparados, pero los que generen valor seguirán marchando a países más competitivos", apunta Belio.

Para el investigador de Catalanes Libres, Roger Medina, hay una "irresponsabilidad política" en la actualización del sistema de pensiones por el hecho de "poner parches en lugar de hacer cambios estructurales". El economista también apunta a las desigualdades que puede generar utilizar los impuestos generales para alimentar el sistema. Coincide en este análisis Font, que vuelve a mirar a la precariedad para entender el estado de las pensiones. "Una persona que cobra 1.500 euros no contribuye a las pensiones ni en el Estado del Bienestar, por el que la solución pasa porque las familias tengan uno o dos hijos que superen la ESO y porque las empresas paguen salarios más altos, que es el que hacen los países a los cuales nos queremos asemejar".

Hoy, Cataluña se mira en el espejo de Dinamarca y no se reconoce.

Hoy Destacamos
Lo más leido