La Fundació Bofill ha calculado que Catalunya necesitaría sumar 702 integradores sociales y 357 educadores sociales adicionales en los 329 centros educativos de máxima complejidad y los 401 de alta complejidad.
La entidad estima que, para el curso 2025-26, hay un educador social por cada 4.590 alumnos con necesidades socioeconómicas o socioculturales, y un integrador social -con una titulación distinta pero tareas similares- por cada 1.147 alumnos en esta situación, informa la fundación en un comunicado de este lunes.
Para los 275.400 alumnos con necesidades socioeconómicas o socioculturales (2024-25), para este curso y el siguiente, solo hay 60 educadores y 240 integradores. Sumar los nuevos profesionales permitiría garantizar dos educadores por cada centro de máxima complejidad de secundaria y dos integradores para los de primaria, y uno para los de alta complejidad.
Para el curso 2025-26, hay un educador social por cada 4.590 alumnos con necesidades socioeconómicas o socioculturales
La medida tendría un coste total de 32 millones de euros, teniendo en cuenta el programa temporal que financia los 300 profesionales actuales.
"Caída drástica de profesionales"
La Fundació ha alertado de que la desaparición de la financiación europea y del Plan de Mejora de Oportunidades Educativas (PMOE-PROA+) ha comportado "una caída drástica de profesionales" -de unos 415 a 300- cuando uno de cada tres alumnos tiene alguna necesidad específica, el 35% del alumnado es pobre, la matrícula viva se ha duplicado en una década y el estrés docente se ha disparado. Para la Bofill, esta "explosiva" combinación impide atender correctamente la creciente diversidad del alumnado catalán y consolidar un sistema inclusivo.
Para la Bofill, esta "explosiva" combinación impide atender correctamente la creciente diversidad del alumnado catalán y consolidar un sistema inclusivo
La entidad ha advertido de que el Plan de acción contra el abandono escolar prematuro presentado en noviembre "no concreta ampliaciones de estos perfiles", pese a recoger que son una medida recomendada por la Comisión Europea, ni fija objetivos para el personal orientador en los servicios educativos o territoriales.
En el último Anuario de la Educación, la Fundació Bofill propone, además de la integración de la atención social a los centros de mayor complejidad, definir mapas de recursos y personal no docente externo por zona educativa, así como tender a unificar horarios y condiciones laborales de profesionales docentes y no docentes, a regular y a clarificar funciones y responsabilidades en la atención socioeducativa del alumnado.