Con el objetivo de analizar los factores estructurales que determinan el día a día de los catalanes y las catalanas, esta semana, la Cambra de Comerç de Barcelona ha organizado una nueva sesión del Club Cambra para dar a conocer las perspectivas económicas del 2024. "Hablamos de todo aquello que puede afectar al potencial crecimiento económico de Catalunya", describe Jaume Martí, miembro del Gabinete de Estudios Económicos de la Cambra. Frente a este escenario, Elena Bruguera, responsable del Club Cambra, ha querido recordar como desde este proyecto se quiere ejercer como "nexo de unión empresarial". El Club Cambra aspira a ser una plataforma que integre empresarios y autónomos con un claro propósito de compartir alianzas para crecer.
Volviendo estrictamente a los datos económicos, Martí destaca que para llevar a cabo cualquier previsión "se tienen que tener en cuenta los riesgos y las oportunidades". Recientemente, la Cambra de Barcelona ha elevado hasta el 2,4% la previsión de crecimiento para el año pasado y mantiene un 1,8% para este 2024. La organización justifica un cambio de opinión al alza por el impacto positivo del sector turístico y el comportamiento de los precios de la energía.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, durante el 2023, Catalunya fue el territorio del Estado que recibió un mayor número de turistas internacionales (18 millones) con un gasto de casi 21.000 millones de euros. Sin dejar el contexto macroeconómico, el economista considera que la economía catalana irá "de menos a más" a medida que avance el año. "Para poner en valor nuestras cifras tenemos que tener en cuenta que la previsión para la zona euro es de un crecimiento de un 0,6%", sostiene Jaume Martí. Ahora bien, en algunos de sus documentos, la Cambra también ha analizado a la baja la previsión de inflación anual en Catalunya para el 2024 del 3,9% al 3,1%.
El vínculo entre la inflación subyacente y la rebaja de los tipos de interés
Dentro del cuadro macroeconómico, los expertos de la Cambra no quieren minimizar un factor destacado como es la inflación subyacente. "Nos sirve para observar la tendencia de fondo de los precios y si este índice se va moderando de una forma sostenida, entonces el Banco Central Europeo podrá justificar una rebaja de los tipos de interés", argumenta Martí. El consumo de los hogares y las inversiones públicas serán las principales "palancas" para impulsar la actividad de los próximos trimestres. Precisamente los movimientos de la administración son capitales para los economistas. En este sentido, desde el Gabinete de Estudios de la Cambra de Barcelona se insiste a reforzar la ejecución de los fondos Next Generation con un "efecto colateral para impulsar la actividad privada" y dar cobertura a sectores como la rehabilitación de viviendas.
A finales del pasado mes de noviembre, la Generalitat publicó que había movilizado 2.666,7 millones de euros de los fondos Next Generation. La cifra equivale al 84,3% de los recursos que habían llegado a las arcas catalanas hasta el 31 de octubre. Desde que la Comisión Europea aprobó el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, España ha asignado a la Generalitat un total de 3.484,3 millones de los Next Generation, a través de las conferencias sectoriales. La media mensual del importe movilizado por la administración catalana, entre enero y octubre, ha sido de 143 millones de euros al mes. Barcelona concentra más de 742 millones de euros, es decir, más de una tercera parte del total. Entre los beneficiarios destacan el Ayuntamiento (74,9 millones), el Área Metropolitana (40 millones), la empresa especializada en movilidad eléctrica QEV Technologies (24 millones), el proyecto de reindustrialización de Nissan Hub Tech Factory (18 millones) y la ferroviaria Captrain (18 millones).
Riesgos y oportunidades
A la hora de consolidar las buenas perspectivas, Jaume Martí no ha obviado riesgos de carácter geopolítico (conflicto bélico Israel-Gaza), el incremento de los costes laborales por hora trabajada o la crisis climática de la sequía. Hace pocos días, la Generalitat decretó la entrada en fase de emergencia en el sistema Ter-Llobregat, del cual dependen 202 municipios y cerca de 6 millones de personas. Entre las medidas que han entrado en vigor con la nueva fase hay la reducción de la dotación de agua por habitante y día a 200 litros, la restricción de un 80% en los usos agrícolas, de un 25% en los usos industriales y de un 25% en los recreativos.
Las administraciones locales, a través de sus planes de emergencia, pueden establecer limitaciones o prohibiciones adicionales en el uso del agua en instalaciones deportivas, públicas o privadas y en espacios lúdicos. Las entidades prestamistas del servicio de abastecimiento de agua aplicarán las medidas de sus planes de emergencia, que pueden incluir reducciones de presión e incluso la suspensión temporal en la prestación del servicio de abastecimiento. Asimismo, el Govern podrá establecer excepciones puntuales en las limitaciones o prohibiciones por razones de interés público. Más allá de la alarma climática y en clave positiva, Martí ha instado a percibir, de forma positiva, "la resiliencia del mercado laboral".