
El Baix Llobregat, el Garraf y el Solsonès son las tres comarcas catalanas que más han crecido en 2018. Lo han hecho un 4% del valor añadido bruto (el PIB a precios de mercado), mucho por encima del 2,6% de media, y por diferentes motivos, según el Anuario Económico Comercial de BBVA.
El Baix Llobregat se ha mantenido en la línea del área metropolitana y ha crecido por el impulso de los servicios privados a las empresas, ha explicado Josep Oliver, catedrático de economía de la UAB y director del estudio. En el Garraf, por su parte, se ha producido una combinación de varios factores: el sector hotelero ha subido con fuerza y la construcción y algunas actividades industriales se han mantenido con buena salud. En cuanto al Solsonès, la industria metalúrgica y el material eléctrico han tirado de la economía.
El conjunto de Catalunya ha registrado un crecimiento del 2,6%. Han sido sobre todo el sector servicios y la construcción que han tenido un buen comportamiento, en detrimento de la industria. Esta "había sido el motor de la recuperación hasta 2017", mientras que el año pasado sólo avanzó un 1,1%. Los servicios aumentaron un 2,9% y la construcción, un 4,7%.
Pero la actividad menos prolífica no ha sido la industria, sino el sector primario, que ha caído un 0,4%. Las comarcas que peores cifras han registrado han sido la Terra Alta (-0,3%) y el Baix Camp (-0,3%). Por otro lado, Oliver ha destacado la "extraordinaria" capacidad de generar empleo que ha tenido Catalunya en 2018. "Se crearon 90.000 puestos de trabajo, un 2.8% más; unas cifras que no se veían desde mediados de 2000".