Cómo nos afecta la inflación?

El IPC ha escalado hasta el 2,6% al mes de junio. Analizamos con expertos las consecuencias de las subidas o bajadas de precios para consumidores, empresas y los propios estados

Mes detrás mes, las administraciones públicas cifran la evolución de la inflación. Nos dicen que los precios han subido un X% respeto el mes anterior, o que han bajado un Y% en comparación el año pasado. Porcentajes objetivos que tienen una importancia muy significativa en el día a día de las personas, las empresas y los propios países.

Por qué varía el IPC?
Los datos que este viernes ha publicado del Instituto Nacional de Estadística (INE) han determinado que la inflación interanual catalana se ha ensartado hasta el 2,6% con un incremento de los precios del 0,4% en comparación el mes anterior. El profesor del Departamento de Economía de la Universitat de Girona (UdG) Josep Anguera lo atribuye al incipiente cambio de clima económico que se empieza a divisar: "Se van dando síntomas que se ha tocado fondos por parte de las autoridades económicas y políticas, los índices de confianza van a la alza y parece que se confirma el final de la época más dura de la crisis. Como consecuencia, los empresarios confían que la demanda interna se puede recuperar y empiezan a remontar precios".

El decano del Colegio de Economistas de Cataluña, Joan B. Casas, añade más argumentos a la tendencia alcista del IPC: "La inflación se produce por un incremento del precio de la energía y porque la producción no da respuesta a un aumento de la demanda de bienes y productos, un hecho que llega cuando aparecen mejores expectativas económicas y mayor circulación monetaria". Casas, además, asegura que "la inflación siempre viene dada por un mal funcionamiento del mercado, que impide que la producción y la demanda se encuentren rápidamente".

A todo esto, hay que añadir que el verano siempre es una época propicia por la pujança del IPC. Cómo describe Josep Anguera, "el precio de los carburantes a casa nuestra crece cada año a partir del mes de mayo, de cara a todos los extranjeros que visitan el país y la cantidad de desplazamientos internos que se producen. El proceso de distribución encarece el producto".

A quien perjudica que suban los precios?
De entrada, el decano del Colegio de Economistas deja un mensaje muy claro: "La inflación es algo negativo en el conjunto de la economía". Joan B. Casas lo argumenta con un par de razones: "Perjudica la competitividad, puesto que se incrementa el precio de los factores de producción y encarece el producto; y perjudica también a la población, en cuanto que las personas que mantienen el mismo salario ven perder parte de su poder adquisitivo".

Josep Anguera insiste en el mismo hecho: "Por aquel consumidor pensionista o que tiene una renta fija la inflación es fatal, puesto que por cada décima que sube el IPC, su capacidad de compra se reduce". Actualmente esto pasa no sólo con los pensionistas, el contexto actual ha conduit ha una "tendencia a la congelación o reducción del valor nominal de los salarios en general", el que hace "que los consumidores puedan comprar menos", según el profesor de la UdG.
 

A quien beneficia?
Hay otros agentes económicos a quienes los beneficia el encarecimiento de la cesta de la compra. Anguera comenta que "todos aquellas personas propietarias de bienes salen beneficiados de la inflación". Esto se explica porque "si hay un aumento de precios, la persona que dispone de bienes para vender será automáticamente más rica, su inventario habrá ganado valor nominal". Las empresas son los agentes que tienen más capacidad para revertir el aumento de precios de la inflación, apunta, a su vez, Joan B. Casas.

Del mismo modo, el profesor Josep Anguera detalla que las administraciones públicas también salen beneficiadas: "Los estados son los grandes demandantes de crédito a medio-largo plazo. Un crédito que está tasado en dinero, por lo cual, si aquel dinero valen menos querrá decir que el esfuerzo para volverlos será menor".

El miedo a la deflación
En todo caso, el decano del Colegio de Economistas, Joan B. Casas, defiende que "una inflación moderada incentiva o mantiene el consumo y es una vacuna contra la deflación , que es muy mala y acaba derivando en depresión económica".

Un mensaje con el cual no congrega del todo Josep Anguera, quien no ve tanto mal a la deflación: "La deflación no es buena, pero como en el caso de la inflación, unos ganan y otras pierden. Hace que toda la gente que tenga activos sea más pobre puesto que sus bienes valen menos, pero, por ejemplo, si los salarios no bajan tanto como la deflación, entonces aumenta el poder adquisitivo de las personas".

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