Sin ningún tipo de duda, el 2022 es el año de la "criptolocura". Monedas digitales cómo Bitcoin, Monero, Ethereum o Dogecoin ya son a Internet y su popularidad está al alza. Los valores no paran de crecer y de prometer grandes ganancias para quienes inviertan, siempre que los precios de las monedas no se desplomen. Y, como contrapartida, los estafadors sacan provecho de esta "criptobogeria", cómo también sucede con los ciberataques, que nos han hecho temer lo peor durante el último año.
Esta nueva tendencia viene acompañada de un mundo sin ley y sin regulación. Por ejemplo, la empresa catalana Belobaba lanzó hace unos meses un fondo de inversión en criptomonedes en Gibraltar porque, según los emprendedores, hay el "marco legal idóneo" para crear y administrar un fondo de inversión mediante tokens y la tecnología blockchain. Es uno de los primeros fondos en criptomonedes que existen en el ámbito mundial.
La empresa catalana Belobaba ha instalado un fondo de inversión en criptomonedes en Gibraltar porque, según ellos, hay un "marco legal idóneo"
Una revolución, pero con precauciones
Como cualquier nueva tendencia o moda, los interesados en criptomonedas corren un gran riesgo de fraude si no disponen de la formación pertinente en el sector o no toman precauciones. Para concienciar: miles de usuarios del Reino Unido perdieron más de 146 millones de libras (172 millones de euros) en los primeros nuevo meses del 2021. En los Estados Unidos más de 80 millones de dólares (71 millones de euros). Y no es ninguna broma.
¿Por qué han aumentado las estafas con las criptomonedes? ¿Cómo las podemos detectar? ESET, compañía pionera en antivirus y experta en ciberseguridad, desvela los principales motivos.
Las 'fake news', el avalador del fraude
Las estafas crecen por la falta de regulación, por el interés mediático, por la subida de precios y las promesas de hacerse ricos rápidamente y, sobre todo, por los rumores y noticias ficticias que se distribuyen en las redes sociales.
Entre las estafas más comunes destacan la suplantación de identidad y las opiniones falsas de famosos, así como el intercambio de falsos correos electrónicos o aplicaciones impostoras, que te pueden implantar software malicioso al dispositivo. Pero, sobre todo, apunta dos nombres: la Estafa Ponzi y el 'Pump and dump'.
La Estafa Ponzi y el 'Pump and dump' son los fraudes que cuestan más de detectar en la actualidad
La primera, la Estafa Ponzi es un tipo de estafa piramidal con la promesa de ser rico rápidamente. Se habla de una tecnología puntera, disruptiva y que está contando con un gran número de inversores. Con el capital de los nuevos inversores se paga los intereses de los inversores anteriores y, por lo tanto, se necesita nuevos inversores que entren constantemente. Cómo una rueda. La trampa: el impulsor puede cancelar el proyecto, desaparecer y dejar tirados los últimos que han entrado.
En cuanto al 'Pump and dump', el estafador anima a los usuarios a invertir comprando una criptomoneda en concreto, normalmente poco conocida o con una capitalización residual, usando información falsa que promete que se disparará en poco tiempo. El estafador, mientras tanto, vende obteniendo un buen beneficio y dejando la víctima con acciones sin valor, porque al destaparse la estafa todos intentan desprenderse de las carteras. Incluso, para impulsar los precios han llegado a emitir falsos comunicados de prensa que han acabado en los medios de comunicación.
Por lo tanto, los expertos recomiendan no dar los datos personales a una entidad que se pose en contacto sin haberlo solicitado. Si lo que prometen es muy bueno para ser verdad, ojos muy abiertos. Activar la autenticación de dos factores para cualquier cuenta de criptomoneda que se disponga, siempre que sea posible. También vigilar con los pagos por avanzado y nunca utilizar aplicaciones no oficiales o no validadas. Bienvenidos a la "criptolocura", un mundo con deberes pendientes que, con una regulación concreta, evitaría, y mucho, los fraudes.