Cervezas y cultura unidas para impulsar la economía

Con la desescalada cultural que arranca este lunes ya se podrán activar propuestas como la de Las Contrabandistas, infraestructura de barras para festivales y acontecimientos culturales

El equipo que hace posible Contrabandistas | Cedida El equipo que hace posible Contrabandistas | Cedida

La pandemia del Covid-19 ha impedido que Txarango pueda celebrar su última gira, que se tenía que iniciar el pasado mes de junio, pero curiosamente ha dado el empujón necesario para poner en marcha Les Contrabandistes. Se trata de una cooperativa formada por seis cerveceras y cuatro promotoras culturales, nacida con el objetivo de ofrecer la infraestructura de barras en festivales y acontecimientos culturales y sociales. Según explica Mandi Domingo, presidenta de Les Contrabandistes, entre sus objetivos también está la voluntad de apoyar a los pequeños productores y apelar, al mismo tiempo, al consumo consciente. Aunque pueda parecer que el proyecto nace en un momento poco propicio, sus impulsores consideran que precisamente ahora es el momento de replantearse los modelos de gestión. Aseguran que la pandemia está incrementando la conciencia por un consumo diferente y el interés por un producto que una la calidad y la proximidad, así como aspectos sociales y de mayor sostenibilidad con el territorio.

De hecho, las iniciativas de economía social y solidaria van llegando poco a poco al mundo de la cultura: La conversión del grupo Txarango en una cooperativa de músicos, el proyecto TickEtic impulsada por Ticket coop o las propuestas de merchandising solidario que llevan a cabo desde la cooperativa Festival Esperanzah van en esta línea. Pero en el sector había una carencia endémica que se había convertido en una reivindicación creciente. "Desde hace mucho tiempo que en las ferias de economía social y solidaria se hablaba de la necesidad de una unión de colectivos proveedores de infraestructura", explica Òscar Rando, del festival Esperanzah. Básicamente, lo que esto significa es que los promotores culturales no dependan de las grandes marcas que hoy en día tienen el control de la infraestructura de las barras y lo que esto comporta: uso de tiradores, neveras y también, las cervezas que se ponen a la venta.

Paralelamente, las pequeñas cerveceras cooperativas del territorio tenían la necesidad de unir esfuerzos, conocimientos y aprendizajes para dotarse de unas infraestructuras y ofrecer unos servicios a los cuales difícilmente podrían acceder por separado. "Ya hace años que varias cooperativas artesanas empezaron a trabajar juntas con el objetivo de no competir, sino de cooperar, para llegar allí dónde, por separado, les sería muy difícil de llegar", explica Mandi Domingo. Es por eso que hace poco más de un año estas dos necesidades confluyeron en este proyecto que ahora ve la luz.

Una gira aplazada

En la semilla de Les Contrabandistes, Txarango, sin duda, juega un papel destacado. Hace un año y medio, la banda se planteó la que tenía que ser su última gira. "Después de 10 años en el sector musical, nos habíamos encontrado con muchas contradicciones, y nos habíamos imaginado una gira donde nos sintiéramos cómodas, una gira autogestionada", explica Àlex Colinas, de Txarango. Por eso empezaron a buscar apoyo en varios proyectos de la economía solidaria, desde iniciativas gastronómicas hasta unos lavabos secos que se reaprovecharan para un proyecto de permacultura.

Les Contrabandistes venía a cubrir una necesidad importante, puesto que permitía dotarse de la infraestructura de barras y bebidas "rompiendo la lógica capitalista de cliente y proveedor, para responsabilizarnos con el proyecto, pero también por el apoyo mutuo entre cervezas y acontecimientos que representa" , dice Colinas.

Y así como en algunos sectores este cambio de mentalidad ha avanzado mucho en los últimos años, en el de la cerveza consideran que todavía no se ha acabado de hacer el cambio. "Todavía es muy fácil encontrar neveras con muchos productos frescos y de proximidad junto a una cerveza industrial de una gran marca", comenta Quiònia Pujol, de la cooperativa Lo Vilot. Esta cooperativa cervecera de Almacelles es una de las que forma parte de Les Contrabandistes, junto a las de Capfoguer, de Santa Coloma de Gramenet; Cornèlia, de Cornellà de Llobregat; Rosa de Foc, de Vallbona d'Anoia; La Bordeta, de Barcelona; Júpiter, del Puente de Armentera. Todas ellas cuentan con fábrica u obrador de cerveza artesana.

Junto a estas seis cerveceras, cuatro promotoras culturales se han sumado a Les Contrabandistes. És el cas de la Fundació Esperanzah o les cooperatives Cal Cases, Frescoop, Txarango o Dies d’agost, las misma que en 2019 presentaron en el Programa Singulares impulsado por el Departamento de Trabajo de la Generalitat un proyecto para unir esfuerzos y apoyarse.

El feliz encuentro entre las cooperativas cervezas y las promotoras culturales también ha dado como resultado su primer producto, la cerveza La Tribu. La cooperativa nace para eliminar la dependencia de grandes marcas que tienen actualmente, no sólo festivales y fiestas mayores, sino incluso algunas fiestas alternativas. "Nos unimos para ser más fuertes", explica Quiònia Pujol, que también señala que de este modo pueden servir a un tipo de acontecimientos que por separado no lo podrían hacer. "Por separado no tenemos la capacidad de asumir la inversión que supone llevar la infraestructura de las barras de los festivales", añade Enric Barba, de la cooperativa cervecera Rosa de Foc.

Barba: "Por separado no tenemos la capacidad de asumir la inversión que supone traer la infraestructura de las barras de los festivales"

Desde Txarango confían que el proyecto interese a otros promotores musicales. "Ojalá los nuevos grupos que vengan detrás nuestro puedan encontrar este tipo de proyectos alternativos y no los que nosotros nos encontramos», afirma Colinas.

Una cerveza y una tienda propias

A la espera de superar la pandemia y poder recuperar la normalidad que permita volver a organizar conciertos y acontecimientos culturales, Les Contrabandistes se ha puesto de largo presentando su producto estrella. La Tribu es una cerveza concebida para gustar a todo tipo de públicos. Esta elaborada con ingredientes locales, de proximidad y km0, con materia prima producida, que quiere convertirse con la cerveza oficial de los acontecimientos. Sin embargo, las diferentes cooperativas también ofrecerán las cervezas que ya elaboran actualmente. Entre las seis, abarcan más de 20 estilos o variedades de cerveza diferente.

Por otro lado, Les Contrabandistes también acaban de estrenar un espacio propio en el barrio de Gràcia. La tienda, ubicada en la calle Siracusa, en el cruce con Torrent de L'Olla, quiere convertirse en punto de encuentro de la cultura cervecera artesana, pero también de información del proyecto. En este comercio se podrá comprar La Tribu y el resto de cervezas artesanas producidas por las socias de Les Contrabandistes.

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