Desde este jueves hasta el próximo 27 de octubre, Barcelona se convierte en la capital de la competición náutica más importante del mundo con la celebración de la 37ª edición de la Copa América de Vela. Considerado la “Fórmula 1 del mar”, el evento se inauguró hace 173 años, y este año da el pistoletazo de salida con los cuatro días de Regata Preliminar en el PortVell y el largo de la playa, hasta el PortOlímpic, como escenario principal. Si bien se prevé que la Copa América deje un impacto económico multimillonario al ser, según fuentes expertas, el tercer evento deportivo con mayor repercusión económica después de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol, también despierta el recelo de los vecinos, que tildan el encuentro de "elitista, opaco y especulativo, con un elevado coste ambiental". A continuación, cinco cifras para comprender un poco más esta 37ª Copa América:
Una celebración con origen en 1851
La historia de la Copa América nació con un reto lanzado en el año 1851 por la reina Victoria del Reino Unido de Gran Bretaña, convencida de disponer de la flota tecnológicamente más avanzada de su tiempo. La ilusión le duró hasta que la goleta América ganó a catorce otros barcos del Royal Yacht Squadron de Londres en una regata celebrada alrededor de la isla de Wight el día 22 de agosto de 1851. El América, que había tardado 21 días en atravesar el Atlántico, fue el único barco no británico que participó y, además, no era un barco de competición deportiva, sino un barco utilizado por los prácticos del puerto para ayudar a los grandes transatlánticos a maniobrar.
En aquel momento, Inglaterra celebraba en Hyde Park la exposición The Great Exhibition of the Works of Industry of all Nations donde la regata debía ser el gran evento internacional que proyectara la grandeza marítima del país anfitrión. El ganador recibiría la jarra de un lavamanos de plata, obra del joyero oficial de la Casa Real Británica, que estaba valorada en cien guineas de oro. De ahí viene que la regata también reciba el nombre de la Copa de las Cien Guineas.
2,5 millones de visitantes en 2 meses
El inicio de la competición náutica en la capital catalana supone también todo un reto para la organización, los espacios y el plan de movilidad diseñados para recibir más de 2,5 millones de visitantes, según un informe ex-ante de la UniversidadPompeuFabra encargado por Barcelona Capital Náutica. En cuanto a los competidores, participarán seis equipos compuestos por unas 150 personas: EmiratesTeamNewZealand, INEOSBritannia, AlinghiRedBullRacing, LunaRossaPradaPirelli, New YorkYachtClub AmericanMagic y Orient Express Racing Team.
Se prevé una asistencia de 2,5 millones de visitantes
Ahora bien, ¿cuándo se movilizarán los 2,5 millones de visitantes? Pues está previsto que las regatas se disputen mayoritariamente dos días entre semana y los fines de semana, entre las 14 y las 16 horas. Aun así, la competición está sujeta al viento y las condiciones climatológicas y por este motivo la zona y los días de competición pueden verse modificados. Según AlbertVilumara, director corporativo de America's Cup Event Barcelona -la entidad que organiza la prueba deportiva-, la idea es que la Barceloneta "tenga una buena experiencia" y se beneficie en mejora de infraestructuras y equipamientos.
Un impacto económico equivalente al 0,5% del PIB catalán
Según el informe mencionado anteriormente elaborado por la UPF, la Copa América generará un impacto económico de 1.239 millones de euros, cifra que representa alrededor del 0,5% del PIB catalán, y creará casi 19.000 puestos de trabajo, además de los 2.300 voluntarios previstos. Con más detalle, el mismo estudio asegura que cada euro invertido en la competición se traducirá en 6,35 euros de PIB en la economía catalana. Ahora bien, los gastos con impacto asociados a la celebración de la Copa América alcanzan los 1.115 millones de euros. Del total, se estima que 195 millones de euros corresponden a inversiones y organización, 231 millones de euros a los gastos de los equipos participantes y 689 millones son los gastos derivados de los 2,5 millones de visitantes previstos.
La Copa América generará un impacto económico de 1.239 millones de euros y creará casi 19.000 puestos de trabajo
25.000 metros cuadrados para seguir la Copa América
La organización de la competición ha habilitado en el Moll de la Fusta el Race Village, el punto neurálgico con aforo para 9.500 personas y más de 25.000 metros cuadrados para seguir el evento. Cuenta con pantallas gigantes, y oferta de ocio y restauración, entre las cuales el Ayuntamiento de Barcelona ha programado actuaciones musicales en el escenario principal a partir del 30 de agosto. En la zona de playas también hay fan zones en la plaza del Mar y en los alrededores del Bogatell. La prueba deportiva también se puede ver en directo desde el dique de abrigo del Port Olímpic, así como la plaza Rosa dels Vents y el nuevo paseo del Trencaones, que sirven como miradores ciudadanos, sobre todo para ver las salidas y llegadas de las regatas.
Unas sesenta entidades en contra de la Copa América
Tanto los espacios habilitados, como el impacto de la llegada de los 2,5 millones de visitantes previstos, han generado un cierto recelo entre los vecinos de la Barceloneta. De hecho, ManelMartínez, portavoz de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta, pide que la afectación para el barrio sea mínima, ya que es un territorio "castigado", y espera que la Copa América sirva de "altavoz" de los valores y legado del territorio. Además, Martínez reclama una movilidad controlada, tanto de entrada como de salida del barrio: "Es un cuello de botella, es un triángulo de un kilómetro cuadrado difícil", apunta.
Las principales críticas del resto de vecinos, así como de la sesentena de entidades agrupadas bajo la Plataforma No a la Copa América tildan el evento de "macroevento absolutamente elitista" y de ser una competición "sin ninguna tradición y con un elevado coste ambiental". Además de recordar el negativo impacto que tuvo el mismo evento en 2007 en Valencia, con unas pérdidas de 370 millones de euros, algunos de los vecinos ya comenzaron a denunciar hace un año el aumento de precios de productos de primera necesidad, la aparición de comercios de lujo, el incremento de los alquileres y una avalancha de ofertas para comprar pisos con la intención de luego alquilarlos durante la prueba.