Barcelona coronavirus Sant Jordi
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Nueva normalidad y economía sin contacto

Javier Faus, Teresa Garcia-Milà, David Garrofé y Àurea Rodríguez defienden un proyecto de país

Cuando se supere la crisis sanitaria y se haya parado el primer golpe económico de la covid-19 se abrirá una nueva etapa: la economía sin contacto. Hay que pensar en este periodo como un regreso a una nueva normalidad. Nada será como antes y empresas, autónomos y trabajadores tendrán que actuar de manera diferente en todos y cada uno de los ámbitos económicos.

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Catalunya y España se tienen que anticipar para hacer frente e intentar que esta nueva economía tenga los fundamentos en aquello que genere más valor en el país y avenirse a recuperar los niveles de competitividad sino conseguir incrementarlos. Esta es la receta que ha salido del debate sobre Catalunya y las consecuencias económicas de la covid-19, organizado por la entidad El país de demà pocas horas antes de un Sant Jordi inédito. Con la participación de Javier Faus, presidente del Círculo de Economía, Teresa Garcia-Milà, directora de Barcelona Graduate School of Economics, David Garrofé, secretario general de Cecot y Àurea Rodríguez, directora de innovación de Acció, y moderado por Jaume Ríos, consultor en 19N Strategies.

Faus: "Si la economía no reacciona habrá que tomar medidas para reactivarla entre todos"

A pesar de la incertidumbre que hay sobre la evolución de la economía en los próximos meses porque estará supeditada a cómo se gestione y se ponga fin a la crisis sanitaria y a cómo reaccione la demanda –"y si no reacciona habrá que tomar medidas para reactivarla entre todos", puntualiza Javier Faus-, los esfuerzos tienen que confluir para crear una nueva economía más competitiva y más productiva.

Apuntar con el gasto público

El incremento del gasto público que están asumiendo los gobiernos español y catalán –en su medida- no se tiene que focalizar únicamente en resolver los impactos económicos inmediatos de la covid-19, sino que se tiene que encaminar a "construir la nueva normalidad", explica Teresa Garcia-Milà. Desde Cecot, David Garrofé, apunta a la necesidad de devolver el papel fundamental de la colaboración público-privada. "Se tienen que tomar medidas para la inversión productiva a medio y largo plazo y abordar las reformas estructurales que llevamos años arrastrando –educación y sanidad, entre otras-, y diseñar una política industrial y de innovación que nos permita definir los sectores de actividad que tendríamos que tener de aquí a 10 años, dentro de esta nueva realidad económica, para ser un país competitivo", añade Javier Faus.

La directora de innovación de Acció, Àurea Rodríguez, también coincide e insiste en el hecho de que si una cosa favorable ha tenido la crisis que ha generado la covid-19 ha sido que "ha acelerado lo que hacía muchos años perseguía: la tan esperada revolución tecnológica". "Veíamos cómo determinados sectores y una parte de la industria y los servicios estaban perdiendo competitividad porque no habían hecho suya la digitalización y la innovación", expone y admite que "hay empresas y emprendedores que han reaccionado rápido y se han cogido esta crisis como una oportunidad". Pero a la vez insta a la creación de nuevas empresas que se adapten a las necesidades de una demanda diferente que será la que surgirá después de esta crisis, una demanda más concienciada que priorizará la producción local y por lo tanto "necesitamos empresas más arraigadas al territorio".

"En la nueva normalidad, el teletrabajo será una herramienta más tendido... Ha llegado para quedarse"

Especialmente "la pyme y el 'retail'" podemos jugar fuerte en este aspecto, concreta David Garrofé desde la perspectiva de la patronal Cecot que ha detectado también como el teletrabajo se ha instaurado en un 40% de las empresas. "En la nueva normalidad, el teletrabajo será una herramienta más tendido porque en algunas empresas ha llegado para quedarse por una parte de la plantilla, por aquellas personas que estarán dispuestas a renunciar a un 20-25% del salario a cambio de conciliar vida laboral y familiar", manifiesta Garrofé.

La nueva normalidad

En definitiva, una nueva normalidad que incorporará la economía sin contacto que ha venido para quedarse en una parte de los sectores económicos más tradicionales como el turismo o la automoción. La nueva economía comportará "un cambio espectacular en las relaciones laborales tanto desde el punto de la revolución digital, el teletrabajo, el fomento del trabajo autónomo... y tendremos que afrontarlo", explica el representante de Cecot.

Según la directora de Barcelona Graduate School of Economics, Teresa García-Milà, en paralelo a este conjunto de cambio laborales habría que abordar una asignatura pendiente: la reordenación del mercado laboral. "Necesitamos que se ponga en valor y se fomente la contratación fijo –expone- por ante la temporal porque es una manera de incrementar la productividad y de tener una mejor base laboral para encarar las crisis".

Rodríguez: "La crisis de covid-19 ha acelerado la tan esperada revolución tecnológica"

Todas las economías del sur de Europa se tendrán que adaptar a unos hábitos muy diferentes donde el contacto entre las personas –cuando menos en el medio plazo- variará en unas sociedades en que la proximidad física es una cosa muy habitual. El sector turístico y de la restauración será uno de los más afectados por esta circunstancia y se tendrá que buscar nuevas fórmulas para atraer una demanda de proximidad y de más valor añadido con un cambio de modelo porque se tendrá que priorizar la calidad por encima de la cantidad.

"En el fondo es abandonar un modelo que ya cuestionábamos para ir hacia un turismo de calidad que, además, ahora estará muy vinculado a la seguridad de país", indica Àurea Rodríguez. En este sentido, Javier Faus menciona que "necesitamos un proyecto de país" porque si bien el turismo de largo recorrido igual no se recupera hasta de aquí un año, lo hará de manera muy selectiva eligiendo aquellos territorios que tengan una alta reputación sanitaria porque se buscará seguridad y "hay que decir que España ha sido uno de los países con más casos de covid-19 y hemos perdido parte de la reputación sanitaria que teníamos y esto se tiene que revertir porque nos jugamos el 12% del PIB estatal que es lo que nos aporta el negocio del turismo".

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