La singularidad de Barcelona como puerto base de cruceros

A través de un estudio de la UB, la patronal CLIA niega ningún vínculo entre la llegada de cruceristas y la saturación de la ciudad

Imagen de un crucero en el Port de Barcelona | ACN - Laura Fíguls Imagen de un crucero en el Port de Barcelona | ACN - Laura Fíguls

A las puertas del inicio de la campaña electoral del 28 de mayo, la Cruise Lines International Association ha actualizado los datos sobre el impacto de la actividad crucerista en Barcelona. Más allá de los datos de facturación (1.083 millones de euros en 2016 y 9000 puestos de trabajo), la patronal celebra como la capital catalana se ha consolidado en el mercado de los puertos base.

Bajo esta última condición se agrupan todos los viajeros que inician o finalizan su trayecto en la capital catalana. Según palabras de Alfredo Serrano, director general de CLIA en España, el estudio encargado a la Universitat de Barcelona también determina que "no hay ninguna relación entre la llegada de cruceristas y la saturación de la ciudad".

Durante el periodo 2010-2019, el negocio ha experimentado un crecimiento de un 3,1% anual

En clave estrictamente de datos, la previsión de CLIA, de cara al 2023, es que la actividad de cruceros represente una contribución de 10,4 millones al impuesto turístico, cifra que llega a los 11,4 millones el próximo año. Unión Europea y Estados Unidos-Canadá son las principales zonas de donde proceden los pasajeros. En cuanto a los picos de movimiento, el informe describe que el 65% de los movimientos de cruceros se producen fuera de la temporada de verano.

Durante el periodo 2010-2019, el negocio ha experimentado un crecimiento de un 3,1% anual. Cómo se ha encargado de visibilizar recientemente Lluís Salvadó, presidente del Port de Barcelona, el registro del 2022 se cerró con 1,7 millones de cruceristas. Una cifra ligeramente por debajo de los 2,2 millones del 2022, la fecha de referencia previa al estallido de la pandemia.

El perfil de los cruceristas

"Hablamos de un tipo de visitante muy interesante, porque distribuye su estancia y gasto durante más días", apunta Jordi Suriñach, economista de la UB y autor del estudio. El perfil general son personas que, aproximadamente, tienen unos 50 años y llegan a Barcelona en pareja. El 94% de esta tipología duermen en hoteles y tienen un alto poder adquisitivo. "La gente de los Estados Unidos y Canadá acostumbra a gastar unos 187 euros diarios, frente a los 138 del turista general", puntualiza Suriñach. En este sentido, los datos aportados recogen que la estancia del crucerista, contabilizando antes y después del itinerario con el barco, es de dos o tres días.

Los principales puntos de atracción de los cruceristas son las Ramblas, la Sagrada Família, el barrio del Gòtic, el Parc Güell, la zona de Montjuic y el Camp Nou. Unos recorridos que se complementan con compras en zonas comerciales, visitas a los museos, gastronomía y ocio nocturno para las personas que duermen en la ciudad. El taxi es el principal medio de transporte de los cruceristas, seguido de otras opciones públicas como el bus y el metro.

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Imagen de Jordi Suriñach, economista y autor del estudio | Aleix Ramirez

CLIA niega responsabilidad sobre la saturación y pide "rigor"

Con los datos en la mano, Alfredo Serrano corrobora que no "existe ninguna evidencia" entre la llegada de cruceros y la saturación de la ciudad. El análisis de la Universitat de Barcelona reconoce un incremento de movimiento alrededor de Drassanes, Parc Güell y la estación de Sagrada Família. Para reforzar su tesis, la patronal de los cruceros dice que, de media, Barcelona recibe unos 6.500 cruceristas, de un total de 158.610. "En 10 años, solo cinco veces han aparecido más de 30.000 cruceristas en un día en la ciudad", plantea Jordi Suriñach.

Ante las críticas de los colectivos contrarios a la llegada de cruceros a Barcelona, Serrano pide posicionamientos "con rigor". CLIA no ha desaprovechado la presentación de los datos para exponer que los cruceros "solo son responsables del 0,7 %" de la contaminación general. Sin dejar la sostenibilidad, el dirigente patronal reivindica que el 35% de los turistas de cruceros que llegarán a Barcelona, este año 2023, ya lo harán con barcos de gas natural licuado. En paralelo, el Port de Barcelona ha situado el 2026 como fecha de fin de las obras para conectar los cruceros a la red eléctrica.

Ir más allá de Barcelona y descubrir Catalunya

En su carta de deseos para reforzar los vínculos de la patronal con las administraciones y otros actores del ecosistema empresarial, Alfredo Serrano ve necesario dibujar un plan estratégico para vender destinos más allá de Barcelona, "porque Catalunya tiene mucho más de lo que se está ofreciendo". Actualmente, el 73 % del impacto económico de los cruceros se queda en la capital catalana.

Respecto del incremento de precios generalizados, CLIA observa con atención la situación del transporte aéreo. "Es un aspecto a tener en cuenta, gran parte de los cruceristas nos llegan en avión", reconoce Serrano. Además de mantener la puerta abierta para que las empresas locales desarrollen el papel de firmas proveedoras de servicios de los cruceros, el ejecutivo ha distinguido Barcelona "como un pilar del desarrollo de la industria en Europa y en todo el mundo".

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