Cuidados de la piel en invierno

En invierno, al abrigarnos más, tenemos menos a la vista la piel, y esto hace que nos olvidemos de cuidarla: en esta temporada la piel requiere un tratamiento especial.

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En invierno, al abrigarnos más, tenemos menos a la vista la piel, y esto hace que nos olvidemos de cuidarla. En esta temporada la piel requiere un tratamiento especial.

Tenemos que tener ciertos cuidados desde el momento de la ducha, la cual debería ser corta, entre 5 y 10 minutos máximo, y utilizar geles suaves o sustitutos de jabón (gel syndet) sin esponja, utilizando únicamente la mano para aplicarlo y aclararlo. Es importante regular la temperatura del agua de la ducha alrededor de los 30–35 grados centígrados, el agua a más de 38 grados puede contribuir a que la piel se reseque y empieces a notar picor y mayor facilidad de formar eczemas. Esto también ocurre con la temperatura ambiental, es importante regular la calefacción a 21 o como máximo 23 grados centígrados para mantener una humedad relativa de 40 a 50%. En ambientes más secos, que pueden encontrarse con la calefacción a temperaturas muy altas, podemos notar sequedad no solo de la piel, sino también de las mucosas sobretodo nariz y ojos.

"El mejor momento para hidratarse la piel es justo al salir de la ducha, después de secar la piel sin frotar, con suaves toques con una toalla"

El mejor momento para hidratarse la piel es justo al salir de la ducha, después de secar la piel sin frotar, con suaves toques con una toalla. Aplicar una crema hidratante en todo el cuerpo de forma diaria mantendrá la función de barrera de la piel, ayudándola a mantener y mejorar su hidratación y aspecto. Hidratar de forma diaria la piel evitará la formación de micro fisuras que pueden ser puerta de entrada para infecciones y evitar el molesto picor que se suele notar por tener la piel seca en invierno, sobretodo en las piernas. En caso de notar picor, mientras se va restableciendo la función de barrera de la piel, hidratándola cada día se debe intentar sustituir el hábito de rascado por la aplicación de una pequeña cantidad de crema hidratante masajeando con la yema de los dedos.

También es importante la hidratación de la cara. Se ha de elegir una crema hidratante en función a nuestro tipo de piel. Las pieles grasas suelen resistir mejor los cambios de temperatura y el frío, aun así, es importante su lavado con un gel suave dos veces al día e hidratarla con cremas o emulsiones libres de grasa. Las pieles normales a secas necesitaran cremas con texturas mas ricas, y su limpieza puede realizarse con leches limpiadoras o aguas micelares en las pieles más sensibles.

No debemos olvidar que durante los meses de invierno también la piel se ve afecta por la radiación ultravioleta, que no depende de la temperatura ambiente. Es muy importante tenerlo en cuento, sobre todo aquellas personas que practican deportes en la nieve, la cual refleja sobre un 80% de la radiación solar, incrementando notablemente la cantidad de rayos UV que se reciben. Se recomienda la utilización de un fotoprotector UVB y UVA SPF50+ y re aplicarlo cada 3 a 4 horas.

"Los primeros en resentir las bajas temperaturas son los labios, debido a su exposición directa a la intemperie y que se trata de un epitelio más sensible a los cambios de temperatura"

Los primeros en resentir las bajas temperaturas son los labios, debido a su exposición directa a la intemperie y que se trata de un epitelio más sensible a los cambios de temperatura. Aun sin notar sequedad en los mismos es importante hidratarlos varias veces al día con una barra o bálsamo labial y evitar el mal hábito de lamerlos constantemente.

La ropa que elegimos también es importante, elegir tejidos transpirables y no oclusivos. Es preferible vestirnos por capas e ir incrementando o retirando piezas de ropa en función a la temperatura que nos encontremos en exterior o interior. El exceso de ropa o ropa muy oclusiva promueve la sudoración excesiva, y puede causar problemas en la piel como la foliculitis en la espalda.

No debemos olvidarnos de cuidar nuestra alimentación e hidratación en ésta época del año, una dieta sana y balanceada como la dieta mediterránea, alimentos altos en Vitamina E y D y hidratarnos con dos litros de agua al día.

Finalmente recordar que también en invierno podemos revisar los lunares, y que, si no lo has hecho recientemente, debes de recordar que todos debemos de visitar al dermatólogo una vez al año a revisar los lunares y la piel en general. También merece la pena prestarle atención a algunas lesiones que pueden tratarse fácilmente en la consulta y en invierno es el mejor momento para hacerlo.

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