La edad media de los asalariados en España ha crecido en seis años desde principios de siglo, por lo que en 2000 era de 37,5 años y en 2022 fue de 43,5 años. Esta subida también se aprecia entre los ocupados no asalariados -como los autónomos-, cuya media ha pasado de 44 a 48 años.
Según un monográfico publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) sobre la economía y el reto demográfico, ese envejecimiento poblacional "modificará el mercado laboral y tendrá efectos sobre la productividad". "El cambio demográfico acabará configurando un mercado de trabajo muy distinto al que hemos tenido en décadas pasadas, con consecuencias socioeconómicas intensas", apunta Funcas.
La población ocupada de 16 a 29 años se ha reducido a la mitad
De acuerdo con el estudio, el envejecimiento de la población ocupada es "especialmente intenso" entre los no asalariados, los hombres, los empleados públicos, los trabajadores de empresas pequeñas y las comunidades autónomas del noroccidental. Además, Funcas señala una "desaceleración" en la entrada en el mercado laboral a partir de los 45 años y una "caída acusada" a partir de los 60, lo que los autores del estudio achacan a "una intensa disminución de la productividad en estos grupos edad".
El informe calcula que, en las últimas dos décadas, la población ocupada ha aumentado en torno al 18%. Sin embargo, en este contexto, mientras que la población ocupada de más de 50 años se ha multiplicado por dos, la población ocupada de 16 a 29 años se ha reducido a la mitad. "Este fenómeno, que complica la sustitución generacional de trabajadores en todos los segmentos del mercado de trabajo, afecta al crecimiento agregado de la productividad", concluyen desde Funcas, apuntando a la inmigración y la natalidad como "claves" para "frenar" y revertir "este proceso de envejecimiento".