Después de los millennials, llega la generación Z. Está representada por los nacidos después del 1994 y, por mucho que pueda sorprender, se asemeja muy poco a quienes nacieron entre medios de los 80 y los 90. Comparten el hecho de haber crecido con la tecnología más puntera a su alcance, el ser creativos, innovadores y flexibles, pero las nuevas inquietudes y hábitos de los centennials ya están empezando a revolucionar la sociedad.
Que ahora estén conviviendo tantas generaciones a la vez es una realidad difícil de gestionar. "Tenemos los baby boomers, la generación X, los millennials y ahora los de la Y", enumera el doctor en economía y director de Deusto Business School, Iñaki Ortega, "muchos grupos diferentes en poco tiempo". Y es que, afirma Ortega, hasta hace poco los saltos generacionales se hacían cada 25 o 30 años, pero la llegada de Internet ha hecho que los escalones se acorten y que en cuestión de 10 años se forme una nueva capa social más joven y con unos disparos característicos diferentes.
El problema actual se encuentra en que los más jóvenes llegan con un perfil plenamente digital, pero en un mundo que no lo es al 100%. Ante este contexto, tienen que elegir: renunciar a su identidad para adaptarse a una realidad formada por sus antecesores o ser ellos mismos sabiendo que corren el riesgo de no integrarse? Este es el gran dilema al cual se enfrenta la generación Z y que retrata el estudio Generación Z. El dilema, elaborado por la consultora Atrevía y Deusto Business School.
Hasta hace poco los saltos generacionales se hacían cada 25 o 30 años, pero la llegada de Internet ha hecho que los escalones se acorten
Cómo es y que quiere lo centennial?
Inmediatez, irreverencia, interconexión, innovación e inquietud son algunos de los adjetivos que identifican este grupo. "Lo encuentran todo en Internet, por el que no van buscan respuestas en sus padres, profesores o cabezas, tienen una gran capacidad para crear cosas y no tienen miedo al cambio, más bien lo agradecen y los gusta", señala la vicepresidenta de Atrevía, Isabel Lara, autora del estudio junto con Ortega.
Todo esto los hace chocar con sistemas establecidos como el educativo. Según el director de la escuela de negocios, "desprestigian el modelo porque no los proporciona las respuestas que necesitan", por eso el 64% de los más de 600 jóvenes encuestados consideran importando invertir en formación, pero en programas adecuados a los requerimientos del mercado. Dada la percepción, ven Youtube como una vía totalmente válida para desarrollar habilidades de manera autodidacta.
Ortega: "Quieren estar en la economía de los proyectos y del ocio conciliado"
Tampoco encajan en la estructura jerárquica en las organizaciones que encaja con su estilo. "Ellos quieren estar en la economía de los proyectos y del ocio conciliado, pero las empresas se emperran en contratos y rutinas antiguas", añade.
El cambio, pero, ya se está notando. Lara asegura que cada vez son más las empresas que buscan la fórmula para congregar las necesidades de los más sénior y de los trabajadores más jóvenes, y destaca que en las últimas elecciones un 78% acudieron a las urnas, el que considera un disparo distintivo de la voluntad de los centennials de participar en la sociedad y cambiar aquello establecido.
Los más jóvenes llegan con un perfil plenamente digital, en un mundo que no lo es al 100%
Luchar por la fidelidad de los Z
"Los típicos planes de marketing de las empresas a un año ver serán un problema", afirma Lara, "habrá que ser más dinámico y vivos porque los nuevos consumidores son más complejos y se tiene que estar al día para responder a sus necesidades de manera inmediata. Sólo el 31% de los participantes en el estudio afirma ser fiel a una marca, una respuesta que la vicepresidenta de Atrevía atribuye a la crisis, la cual los ha hecho priorizar el precio. Otro 41% es fiel según el tipo de producto y un 27% mira otros elementos antes de que el nombre.
Así pues, el coste del producto es el criterio que más en cuenta tienen a la hora de hacer la compra. Lo sigue la capacidad de la compañía a dar respuestas inmediatas –como una entrega de producto rápida, que haya stock o respondan en el momento las consultas-, la sostenibilidad y responsabilidad con el medio ambiente, y finalmente la calidad . Las recomendaciones de terceros son el quinto criterio más relevante y son los padres a quienes más escuchan los centennials.
Ante marcas de siempre, tampoco muestran una fidelidad extrema, aplican los mismos criterios que para cualquiera otro actor del mercado. Un paradigma que ha hecho que las compañías dirijan su estrategia hacia el diseño de nuevos productos pensados específicamente para las necesidades de los nuevos compradores.
Captar un talento temporal
La generación Z no se ve toda la vida trabajando en la misma empresa porque lo interpreta como un inmovilismo que no le permite progresar en su carrera profesional. Tampoco aspira a convertirse en la cabeza de nada, ni tiene la estabilidad o la seguridad como principales preocupaciones, destaca Lara, "sino que quiere vivir una experiencia y desarrollarse a escala laboral para asumir nuevos retos que puedan ser beneficiosos de cara a seguir construyendo su carrera". De aquí que la intraprenedoria se vaya tirando un lugar a las compañías.
La generación Z no se ve toda la vida trabajando en la misma empresa porque lo interpreta como un inmovilismo que no le permite progresar en su carrera profesional
Sus prioridades, por lo tanto, son encontrar buen ambiente, estructuras horizontales y la flexibilidad horaria. Si una pequeña empresa los ofrece todo esto, no tienen ningún tipo de duda y lo escogen antes de que una oferta con mejor sois en una empresa con notoriedad al mercado.
Los centennials son también los más emprendedores. El 36% de los jóvenes tiene como objetivo montar su propia empresa o trabajar por cuenta propia, un dato muy alejado del 20,8% que quiere ser funcionario o el 27,2% que opta por el trabajo por cuenta ajena.