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El Dragon Khan de la emprendeduría (8)

Después de siete entregas del Dietario, los emprendedores han tomado conciencia de su 'oficio': ya saben convivir con el riesgo

    Dragon Khan | R. Segura (ACN)
    Dragon Khan | R. Segura (ACN)
    Roser Solanas/Oriol Sanleandro
    03 de Julio de 2013 - 05:30
    Act. 04 de Agosto de 2013 - 12:10

    Hemos escuchado decir muchas veces a otros compañeros que emprender se aproxima a hacer un salto al vacío con la confianza que, antes de tocar tierra, pasará una avioneta que te llevará bien arriba. Nosotros -cosas de nuestra generación- nos imaginamos que tarde o temprano llegará una nube Kinton.

    Ahora mismo todavía nos encontramos al aire, pero con la experiencia que hemos ido adquiriendo hasta el momento podemos deciros que no es ni como una caída libre a plomo, ni como la bajada dulce y controlada que podría tener una pluma. Emprender es como subir al Dragon Khan o como entrar dentro de un tornado con todas las de la ley.

    Puedes empezar un día con una ducha de agua fría, que hace que estés arriba de haciendo tirabuzones; encontrarte con un problema o una mala noticia a mediodía, que te hace pensar que has tocado fondo; y de golpe, por la tarde conoces alguien que te mujer un golpe de mano. Y por la noche ya vuelves a estar a las nubes.

    Aprender a controlar
    Emprender es un trayecto lleno de turbulencias que al principio hacen respeto y son difíciles de dominar. Pero, con el tiempo, y sobre todo con el apoyo de tu equipo, vas aprendiendo a controlar.

    Sea como fuere, el que es importante es saltar. Es dar este primer paso hacia el vacío, este acto de fe ninguno el que tú cruces y te apasiona, y empezar a hacer que las ideas se conviertan en realidades.

    Cuando haces el salto y cruzas este punto de inflexión que hay entre el habla y el hacer, es cuando tu proyecto empieza a cobrar vida de verdad. En nuestro caso, a las pocas semanas de haber lanzado el MVP (minimum viable product) se puso en contacto con nosotros una de las empresas europeas más importantes dentro de nuestro sector para interesarse por el que estábamos haciendo.

    Justo acabábamos de empezar y no teníamos una base sólida, pero el solo hecho de estar "vivos" nos permitió empezar a establecer vínculos. Un golpe empiezas a hacer, por sencillo que sea tu prototipo, ya tienes un tangible y esto lo cambia todo. Has dejado de hablar de intenciones para pasar a mostrar resultados y has dejado de imaginar escenarios para empezar a palpar el "campo de batalla" y esto, te convierte en un jugador más.

    La semana que viene, último capítulo de Roser y Oriol en los EE.UU.. Recibe el alerta