El efecto colibrí de Sala-y-Martin (en colores)

El economista defiende que la innovación afecta todos los sectores y recomienda reaccionar con preguntas, flexibilidad y experimentación

El economista Xavier Sala-y-Martín al Foro Wolters Kluwer | José Irún El economista Xavier Sala-y-Martín al Foro Wolters Kluwer | José Irún

Xavier Sala-y-Martin es en pleno siglo XXI un auténtico fenómeno de masas. Muy pocos economistas tienen su querencia mediática a Twitter y a la vida real, en Cataluña y en el mundo. Tanto es así que es capaz de llenar de color y a tope tanto la sala grande como la sala pequeña del Teatro Nacional de Cataluña hablando del efecto colibrí de la tecnología (y sus consecuencias todavía desconocidas) durante el foro Wolters Kluwer. Al más puro estilo Frankenstein de Joel Joan y Àngel Llàcer.

Qué es el efecto colibrí? Así de fácil: "La innovación de una nueva idea en un sector acaba teniendo un impacto que nadie podía predecir en otro sector". La historia parece darle la razón: el saqueo de Constantinopla de 1204 es el origen no sólo del vidrio transparente sino también de la revolución de las ojeras, de los libros, del microscopio, de la salud, del bienestar o incluso de los clústeres. Quién lo diría. Todo está conectado.

Sala-y-Martin: "La innovación de una nueva idea en un sector acaba teniendo un impacto que nadie podía predecir en otro sector"

Cómo si de una clase a la Universidad de Columbia se tratara, Sala-y-Martin es capaz de hacer suyo el efecto elipsis de Stanley Kubrick a 2001: Una Odisea en el espacio y pasar, en un cerrar y abrir de ojos, del clúster medieval del vidrio de Murano al clúster del 22@ de Barcelona. Entremedias, deja caer algunos datos: el negocio de las ojeras mueve 90.000 millones de dólares en los Estados Unidos, el monarca francés Lluís XIII no se bañó nunca o la tasa de mortalidad infantil se ha reducido en seis incluso a los países más pobres.

La filosofía de Silicon Valley

Todo ello nos ha traído en pleno 2018 a hablar de robots, cloud computing, big data, inteligencia artificial o desintermediació. Según el asesor económico en ninguno del Foro de Davos, "la cuarta revolución industrial es la madre de todas las revoluciones al mundo real, digital y biológico". Y todavía añade: "Todo esto tendrá implicaciones. Qué? No lo sé". El efecto colibrí actúa al TNC y mientras tanto, Uber aterriza de nuevo en Barcelona.

"Uber ha puesto en pie de guerra a todo el sector de transportistas", apunta a guisa de estricta actualidad. La revolución colaborativa es para taxistas pero también para cualquier tipo de conductor. Así pues, el economista recuerda que el 95% del tiempo tenemos el coche sin utilizar y detalla que a partir de octubre ya habrá coches circulante sin conductor por algunas ciudades de los Estados Unidos. Punto final a la propiedad.

Sala-y-Martin: "Con los coches inteligentes tendremos que programar los accidentes"

Teniendo en cuenta que el 90% de los accidentes son por errores humanos, augura que "con los coches inteligentes tendremos que programar los accidentes". Seguramente por eso, filosofía es la carrera que está más de moda a Silicon Valley.

Antes de que tú

A la espera de presentar su nuevo libro La invasión de los robots y otros relatos de Economía en colores (Rosa de los Vientos, 2018) en sociedad, este es el titular: "Los cambios tecnológicos están plegados de efecto colibrí". De esta fuente picaflor beben todos los casos de éxito que han abrazado la tecnología. Desde Amazon que es el gran superviviente de la burbuja de los .cómo hasta la música de Napster, la impresión 3D de Boeing o el boom de la economía colaborativa con Airbnb o Uber.

"La intermediación está desapareciendo y es consecuencia de los años 60 cuando nos enseñaron a bajarnos canciones de José Luís Rodríguez El Puma", recuerda Sala-y-Martin. Las risas del público van in crescendo cuando explica que el número de horas que estamos sentados al wáter ha aumentado desencadenando una plaga de hemorroides por "la adición al móvil" como sustituto del diario. Más efecto colibrí.

Sala-y-Martin: "La próxima revolución industrial no será de máquinas sino de seres humanos"

A los minutos finales, el economista enseña fotografías de gatos para ilustrar el machine learning y aprender así a reconocer la esencia felina. Todo avanza tan deprisa que las máquinas sabrán antes (y quizás mejor) que la propia persona que quiere o quién es. El ejemplo es bastante claro: "Sabrán si eres gay o heterosexual antes de que tú". Y la conclusión, también: "La próxima revolución industrial no será de máquinas sino de seres humanos".

La gran lección

A su parecer, el mundo se dividirá entre humanos con y sin inteligencia artificial. Los filósofos serán claves, educar con empatía también. Ya lo decían Aleix Valls y Marc Vidal en una conversació de backstage antes del MWC: Humanos más humanos y robots más robots. "La gran lección del efecto colibrí es que existe un gran cambio tecnológico pero no tenemos ninguna idea de las consecuencias", añade el economista.

Cómo será el futuro no se sabe ni a Davos pero, pase el que pase, Sala-y-Martin tiene muy claro como se tendría que reaccionar: cambiar la manera como vivimos como sociedad, cuestionarlo todo, flexibilidad, observación y experimentación. En una boda, conoció Amancio Ortega y lo define como "el máster de las preguntas" capaz de poner en entredicho todos los fundamentos de un sector para acabar creando un auténtico imperio de la moda.

El TNC baja el telón de los colores, entre aplausos. Y el economista que luce una americana verde que encaja perfectamente con el logo de Wolters Kluwer, se despide diciendo que "el gran enemigo del cambio y la innovación somos nosotros mismos" y que "por primera vez a la historia tenemos la oportunidad de ser humanos". Aprovechémoslo.

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