Energía: la transición imposible

La derogación del impuesto al sol no ayudará a la expansión del mercado de las energías renovables, frenado por intereses políticos, empresariales y burocracia

La regulació y la gestió política és uno de los principales obstáculos de este sector La regulació y la gestió política és uno de los principales obstáculos de este sector

El gobierno español derogará el impuesto al solo antes de que acabe el año, pero... servirá esta medida para avanzar en la transición energética? Según los expertos, parece ser que la revocación de estos peajes al autoconsum no será la solución mágica para entrar al mercado de las energías renovables: los intereses políticos y empresariales continúan eclipsando esta cuestión. Mientras tanto, la Feria de Barcelona pone la directa en este terreno con la inauguración del Global Power & Energy Exhibition (GPEX), el primer salón internacional dedicado a la transición energética. El acontecimiento reunirá a empresas, entidades y administraciones para abordar esta cuestión tanto desde un punto de vista legal como comercial, técnico y geopolítico.

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La consejera Àngels Chacón ha inaugurado el salón y ha visitado el estand del Instituto Catalán de la Energía (Icaen), que acoge, también, el Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña y empresas catalanas que impulsan la transición energética. Chacón ha subrayado que "queremos tener un papel activo en la transformación del modelo energético de Cataluña" porque "somos conscientes que formamos parte de un marco mundial preocupado por la excesiva dependencia de recursos energéticos de origen fósil y el impacto del actual modelo energético en el medio ambiente".

La consellera Àngels Chacón inaugura el saló GPEX 2018

Diferentes foros europeos han utilizado como ejemplo las medidas del Gobierno para fomentar el autoconsum fotovoltaico, así como su apuesta de compartir en pequeñas comunidades la energía de origen renovable o el impulso del vehículo eléctrico. Precisamente por eso, Cataluña se establece "como una ubicación atractiva para un sector en pleno auge y con un elevado potencial de crecimiento" y, gracias a esto, y según asegura la Generalitat en un comunicado, el GPEX ha elegido Barcelona como sede inaugural.

La transición energética no tiene marcha atrás y la supresión del impuesto al sol es un primer paso para avanzar. Ahora bien, según el profesor de la Universitat de Barcelona (UB) del máster de Energías Renovables y Sostenibilidad Energética Jordi Andreu, suprimirlo no es la única solución. A pesar de que sí reconoce que estos peajes "son un desastre" y que, además, "van en contra de la legislación europea", Andreu se lamenta que ahora mismo "la confianza que realmente se pueda mejorar el mercado eléctrico es muy baja".

La buena regulación del mercado

Tanto él como el socio-director de SUR Renovables, Alfred Puig, están de acuerdo con que la supresión del impuesto al sol es una "buena noticia", pero saben que no solucionará los problemas de base. A parecer suyo, estos residen en la regulación y en todos los trámites que hay que hacer para entrar en el mercado de las energías renovables porque, a pesar de admitir que "es un paso", Andreu considera que "hay tanta disfunción que [con la derogación del impuesto] no se arreglará".

Alfred Puig: "A pesar del impuesto al solo, el mercado ya nos permite trabajar porque los precios se han abaratado mucho"

De su banda, Puig va un paso más allá y añade que, "a pesar de que haya el impuesto al solo, el mercado ya nos permite trabajar" porque "el precio de la instalació fotovoltaica ya se ha abaritat tanto, que ya somos capaces de generar un quilovat hora más barato que el que compra la gente habitualmente". "Esto ya nos permite competir", asegura. Por eso, según los dos expertos, la cuestión de fondo es llevar a cabo una buena regulación del mercado.

Insistiendo en la idea que "desde el sector, estamos tan quemados de las subvenciones, que el único que deseamos es que se regule el mercado", el director de SUR Renovables sostiene que el punto positivo de la supresión del impuesto al sol para el sector "será bueno a escala mediática" porque, asegura, esto "hará que tengamos un alud de clientes" que vendrán atraídos por los grandes titulares de los medios. Pero a escala interna, subraya, es importante que "revisen todo el tema administrativo, de tramitación y de posibilidad de conexión a la red de las instalaciones", entre otros.

Coste real o político?

La regulación, pues, y la gestión política son unos de los principales obstáculos de este sector. Por Andreu, "la dificultad es permitir unas condiciones de mercado que hagan que los costes sean reales porque está pleno de costes políticos que van con real decreto". Lo ejemplifica recordando que "cuando apenas se estaba desarrollando la tecnología, España era pionera en fotovoltaico, un ejemplo mundial", al mismo tiempo que pone de relevo que "a la que ha resultado que el solo que hay a la península es competitivo con las otras energías, todo han sido barreras".

Jordi Andreu: "Hasta que no se vea un sistema claro para monopolizarlo, no interesa avanzar en la transición energética"

De momento, pero, se lamenta que "hasta que no se vea un sistema claro para monopolizarlo, y por ahora los parámetros no cuadran, no interesa" avanzar en la transición energética. Precisamente en este sentido, advierte que "hay todo un sistema de condiciones que quiere frenar el tema del autoproducció".

La globalización, pero, no lo pone tan fácil a la hora de saciar estos intereses. "Las normativas europeas ayudan, pero llegan muy tarde porque, si tenemos que esperar seis o siete años que la implementen, seremos los últimos, pero al final las cosas acaban cayendo por su propio peso". "Se usan los sistemas regulatorios para dirigir la evolución y se está haciendo mal", sentencia.

Trámites y trabas

Puig, de su banda, añade un punto más a esta cuestión y asegura que estas dificultades regulatorias "nos afectan a todos por igual". De hecho, considera que, incluso, "perjudica más las empresas grandes que puedan hacer una instalación muy grande porque, a la que pasan de más de 100 quilovats, los trámites son más farragosos, que no una instalación mediana que, ahora mismo, son las más favorecidas, a pesar de que sufren trabas igualmente".

A su juicio, "el que echa atrás las empresas es la dificultad en las instalaciones y la incertidumbre de cómo será el trámite de conexión a la red eléctrica de esta instalación", motivo por el cual cree que, ante estos problemas, "suprimir el impuesto al sol que no tiene ningún sentido" porque el que realmente hace falta es "facilitar los trámites".

La realidad, hoy por hoy, es que tanto particulares como empresas (pequeñas, medias y grandes) se topan con muchas trabas a la hora de consumir energías renovables. Andreu considera que la solución es clara y que "hay que permitir un sistema en que haya un precio para la venta de la energía a la red con una instalación que ya están comprando" porque esto "abriría el mercado y sería así para cualquier dimensión del cliente".

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