Las nucleares, solución a la maldita ecuación?

La energía nuclear podría ser una de las vías para cambiar el modelo energético y superar el calentamiento global

La energía nuclear podría ser una de las vías para cambiar el modelo energético y superar el calentamiento global La energía nuclear podría ser una de las vías para cambiar el modelo energético y superar el calentamiento global

Crecimiento económico, más crecimiento de población, igual a crecimiento energético. Muy simplificada, esta es la maldita ecuación que hace prever un futuro medioambiental absolutamente complicado. Cuando se comparan los gráficos de aumento de población y de consumo de energía desde el año –por ejemplo– 1970 hasta el 2014, se observa un paralelismo total. Dos líneas totalmente diagonales y ascendientes. Si hace 45 años, había 3.400 millones de habitantes en la Tierra, cinco años atrás ya éramos 7.200 millones y, ahora, 7.600. El aumento del consumo energético es todavía más radical, puesto que se ha triplicado desde el 1970 (1.200 kWh per cápita) hasta nuestros días (3.132 kWh per cápita). En este contexto, sustituir las energías fósiles por renovables para mitigar el calentamiento global es una emergencia que, aunque parezca paradójica, cuenta con un potente aliado: la energía nuclear.

Més info: Desmintiendo tópicos sobre la agricultura y el cambio climático

El catedrático de la Universitat de Barcelona (UB) Mariano Marzo, en una conferencia en el Espacio Endesa enmarcada en las III Jornadas Energía y Educación en Catalunya, ha expuesto recientemente algunas de las soluciones que se pueden dar a la ecuación planteada en la primera línea del texto, pone todavía más el dedo en la llaga y asegura que: "El 2040, seremos 9.000 millones de personas en el planeta y el 80% viviremos en cascos urbanos". Las caras de los asistentes a la conferencia son de sorpresa... cómo diciendo: así que el gran éxodo campo-ciudad es de verdad? Mucho más allá de la anécdota, Marzo sentencia:

– Este 80% de la población querrá vivir bien, con las máximas comodidades. Querrán vivir como todos los que estamos aquí ahora mismo.

Y esto significa: más consumo energético. Este es, pues, el resultado de la operación y es, a la vez, imposible de asumir si las reglas del juego no cambian. Marzo lo explica de una forma muy sencilla y aporta dos soluciones posibles para el problema, al mismo tiempo que descarta una. Evidentemente, "no se puede obligar ninguna región del mundo, ni ningún extracto social, a no crecer económicamente". Por lo tanto, para hacer que haya menos consumo energético no se puede eliminar el crecimiento poblacional ni recortar el económico. Así, se abren dos vías para solucionar el problema por encima del resto: hacer que el crecimiento económico sea sostenible y crear hábitos para restar CO2 a la atmósfera.

No es cambio climático, es calentamiento global

Por fin aparece el dióxido de carbono (CO2). Marzo recuerda que este gas no siempre ha sido una preocupación para los humanos, más bien al contrario. De hecho, el descubrimiento que significa el comienzo de la emisión de CO2 a la atmósfera también es uno de los descubrimientos que más han hecho avanzar la tecnología y –consecuentemente– la economía. Se trata del momento preciso en que se descubrió que al subsuelo había una fuente de energía que se podía almacenar: petróleo, carbón y gas. Hasta este descubrimiento, sólo se contaba con la energía proveniente del sol y, esta, era muy difícil de acumular.

De esta forma, cuando los humanos se dan cuenta que el petróleo, el carbón y el gas (que no son otra cosa que organismos que han sufrido una descomposición bacteriana y han quedado enterrados rápidamente en el subsuelo, cosa que los ha hecho evolucionar a hidrocarburos) son tan útiles, se transforman en la principal fuente de energía del planeta. Desde el año 1950, la utilización de hidrocarburos crece a un ritmo vertiginoso hasta que, el 2018, el 81,1% de la energía del planeta Tierra proviene del petróleo y compañía.

Qué pasa? Que todo no podía ser tan bonito e idílico. Cuando los hidrocarburos salen a la superficie terrestre se oxidan y expulsan CO2, que perjudica directamente al efecto invernadero y acaba generando el calentamiento global.

Mariano Marzo insiste que la anomalía desastrosa que está sufriendo el planeta es precisamente esta: el calentamiento global. No el "cambio climático".

– De cambios climáticos ha habido siempre. El Homo sapiens es experto en superar cambios climáticos. Lo que estamos viviendo ahora, y casi con toda probabilidad es culpa de los humanos, es el calentamiento global.

Las nucleares, una solución al problema?

Todavía, según el catedrático de estratigrafía y profesor de recursos energéticos y geología del petróleo, Mariano Marzo, no está todo perdido... pero empezamos a estar en el tiempo de descuento. Una de las soluciones pasa para desatar el crecimiento poblacional y económico de la creación de CO2. Para conseguirlo hacen falta fuentes de energía que sustituyan los hidrocarburos (petróleo, carbón y gas), pero que sean tan potentes y eficaces como ellos. En este punto, las nucleares podrían ser, según ha explicado, un aliado.

A pesar de la mala prensa que han tenido históricamente, las centrales nucleares tienen la capacidad de generar grandes cantidades de energía sin expulsar CO2 a la atmósfera, cosa por la cual podrían ser unas candidatas muy muy posicionadas para liderar el cambio de modelo energético mundial. En Catalunya, hoy en día, un 25% de la energía que se consume es nuclear, mientras que en España la cifra es de un 20,4%. Si se comparan los datos con la energía nuclear que se genera en todo el mundo –un 11,5%– el 2018, se podría deducir que el Estado español es puntero en este campo, pero hay que apuntar que hay algunos países que, incluso, llegan al 50% (Bélgica o Eslovaquia) y otros que no suman ni siquiera un 5% (Países Bajos, Irán o Brasil), cosa por la cual, se puede situar España en un consumo nuclear medio.

La energía nuclear, pues, podría ser una solución para luchar contra el calentamiento global, pero Marzo da un peso fundamental a las energías renovables. La investigación y la innovación en este ámbito son fundamentales para invertir la tendencia climática que amenaza el orden energético, económico y social existente.

Més informació
Cambio climático: siempre nos quedará París
Hoy Destacamos
Lo más leido