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Eugenia Bieto: "El nivel de madurez de un país se demuestra por sus fundaciones"

La presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundaciones afronta "el reto" de aumentar la financiación privada

Eugenia Bieto, presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundacions | Mireia Comas
Eugenia Bieto, presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundacions | Mireia Comas
Barcelona
20 de Noviembre de 2022

Eugenia Bieto Caubet (Barcelona, ​​1950) preside la Coordinadora Catalana de Fundacions. En Catalunya existen 2.000 fundaciones que generan una actividad económica de más de 5.000 millones de euros anuales y emplean a cerca de 92.000 personas, el doble desde el inicio de la crisis de 2008. También ha sido la primera y, hasta ahora, única mujer que se ha situado en la dirección general de Esade (2010-2018). En esta entrevista habla de la financiación de las fundaciones –el gran reto, dice, es conseguir más fondos privados– y del papel de la mujer en el mundo de la empresa.

 

Las fundaciones catalanas generan una actividad económica que supera los 5.000 millones de euros anuales y emplean a casi 92.000 personas. Han duplicado el número de asalariados en apenas diez años. ¿Con las crisis crecen más?

¡92.000 asalariados y cerca de 40.000 voluntarios!. De entrada, esto se explica porque en veinte años se ha doblado el número de fundaciones. También se ha dado una creciente profesionalización: han incorporado personal con perfiles especializados en ámbitos como finanzas, captación de fondos o estrategia. Puede pensarse que las fundaciones son organizaciones pequeñas y no es verdad. Los hay con 400 años de historia. Pero, respondiendo a la pregunta de que ocurre en épocas de crisis, se ve claramente cuando se miran los gráficos de empleo en Catalunya que, cuando baja el empleo en general por las crisis, aumenta el de las fundaciones. Son anticíclicas. Hay muchas más necesidades a nivel social en tiempos de crisis.

 

De las más de 2.000 fundaciones existentes, el 49% se dedican a la cultura y el 39% al ámbito asistencial. Precisamente, no son los sectores más rentables...

Las fundaciones no buscan rentabilidad, esto está clarísimo. Evidentemente, buscan tener beneficios porque es la única forma de sobrevivir. Y deben demostrar ante el organismo de supervisión y control, el Protectorado, que aplican los beneficios obtenidos a su misión. ¿Por qué se concentran en el ámbito cultural y asistencial? Son ámbitos muy grandes. Pensemos que en el sanitario están las fundaciones de los hospitales, con miles de trabajadores. Las fundaciones no se mueven por una cuestión de rentabilidad sino de necesidad: aparecen allá donde existe una necesidad social.

Al aterrizar en el mundo fundacional, te das cuenta del significado de esta palabra que se usa tanto que es el "propósito"

¿Quién las crea?

Las fundaciones se crean por voluntad de un fundador que dice 'yo quiero crear esta fundación porque existe esa necesidad', sea la que sea. Si hablas con personas que han creado fundaciones siempre te dicen lo mismo: 'vi que había una necesidad no atendida'. Esta vocación de impacto social y de beneficio a la sociedad rezuma a todo su personal. Yo, que vengo del mundo privado, estaba acostumbrada a otras dinámicas y culturas. Al aterrizar en el mundo fundacional, te das cuenta del significado de esta palabra que se utiliza tanto que es el “propósito”. El fundador ha sido capaz de generar ese espíritu de trabajar por un propósito y esto es una ventaja para atraer a buenos empleados.

¿Cuál ha sido su vinculación con fundaciones?

Soy una antigua alumna de Esade. Luego fui profesora, tomé responsabilidades, primero como subdirectora y después como directora general y, como tal, formé parte del patronato de la Fundación Esade. Recuerdo muy bien las exigencias de transparencia, de las cosas bien hechas y la importancia de la misión. A veces la gente cree que las fundaciones hacen lo que quieren y no es así: hay una exigencia legal y de transparencia. En su momento, entré en la junta directiva de la Coordinadora Catalana de Fundaciones de la mano de Pere Fàbregas como representante de la Fundación Esade. Ahora formo parte también del patronato de la Universidad Loyola de Andalucía; Acción Solidaria contra el Paro, que se dedica a dar préstamos a personas que están en paro o en situaciones de trabajo precario; en la del Palau de la Música-Orfeó Català y en la Climent Guitart.

¿Por qué Catalunya dobla a Madrid en número de fundaciones? ¿Y el Barcelonès reúne casi la mitad de todas las fundaciones catalanas?

Hay una cuestión histórica, de siglos. Precisamente, en una reciente reunión en el Orfeó Català hablábamos del asociacionismo en Catalunya. Existe una larga tradición y un ejemplo son los hospitales que detrás tienen una fundación. Si hay tantas en Barcelona y en el área metropolitana es porque hay mucha población. Es cierto que el número de fundaciones está relacionado con el número de habitantes. Es una cuestión de capilaridad, de estar cerca de los colectivos que lo necesitan. Pero, seguramente, el tamaño de las fundaciones es menor en el territorio.

"Educar al donante, que entienda lo que está haciendo y qué le puede pedir a la fundación"

¿Las pequeñas tienen más dificultades de financiación?

En ocasiones, el tamaño puede ser una dificultad para afrontar según qué proyectos. Por ejemplo, para innovar o presentarse a programas de la UE. Debemos seguir ayudando a las fundaciones pequeñas y fomentar la capacidad de colaboración entre ellas. Tampoco debemos olvidar la colaboración público-privada. Las empresas privadas pueden ganar mucho. El gran reto es la captación de financiación. Cuando ves a fundaciones como la Josep Carreras o la Pasqual Maragall, capaces de recoger muchas donaciones, su impacto es mucho mayor. Es necesario hacer entender al donante individual que las fundaciones son necesarias. La administración pública no llega a todas partes y la empresa privada tampoco. Por tanto, las fundaciones son unos instrumentos absolutamente necesarios. El nivel de desarrollo, de madurez, de inteligencia de un país se demuestra por el nivel de sus fundaciones. Las fundaciones son unos actores fundamentales para que el país llegue a un desarrollo justo, sostenible e inclusivo. Esto implica también educar al donante, a que entienda lo que está haciendo y qué le puede pedir a la fundación: no tanto en una lógica de intercambio, sino de implicación en el proyecto. El donante no actúa sólo porque tendrá una rebaja fiscal.

Eugenia Bieto forma parte de los patronatos de la Universidad Loyola, Acció Solidària contra l'Atur, Palau de la Música-Orfeó Català y Climent Guitart | Mireia Comas

Eugenia Bieto forma parte de los patronatos de la Universidad Loyola, Acción Solidaria contra el Paro, Palau de la Música-Orfeó Català y Climent Guitart | Mireia Comas

Del total de aportaciones que reciben, un 27,1% son privadas y un 72,9% públicas. ¿Estos porcentajes son similares en otros países?

Depende de los países. Aquí tenemos el reto de aumentar la financiación privada porque la dependencia de la financiación pública es demasiado alta. De hecho, las fundaciones son conscientes de ello e intentan revertirlo, ya sea mediante donaciones o ingresos por sus propios servicios. Por lo que respecta a las donaciones (fundraising) estamos por debajo de la media europea. Clarísimamente por debajo. Uno de los programas de formación con más éxito que hacemos para los asociados trata de cómo captar donaciones privadas, cómo tener una sostenibilidad económica.

¿Han subido o bajado las donaciones privadas?

Bajaron durante la pandemia y ahora se han estabilizado.

"El tratamiento fiscal es absolutamente fundamental, tanto para las fundaciones como para los donantes"

¿Y cómo se conseguirían aumentar?

Con un tratamiento fiscal más favorable. Hablemos de Francia: cambiaron la ley de mecenazgo y consiguieron incrementar las donaciones. Quien dona lo hace para una causa. Recuerdo hace cincuenta años a un chico austríaco, amigo de casa, que explicaba que tenía prisa por realizar las donaciones antes de la declaración de renta. Yo no entendía nada de lo que me estaba contando. Me decía: tanto doy, tanto recupero después con la renta y, al mismo tiempo, ayudo a estas organizaciones. Por tanto, el tratamiento fiscal es absolutamente fundamental, tanto para las fundaciones como para los donantes.

Ahora se tramita en el Congreso de los Diputados una modificación de la Ley de régimen fiscal de las entidades sin ánimo de lucro y de los incentivos fiscales al mecenazgo. ¿Qué proponen?

Proponemos varias cuestiones. Que se pueda aumentar el máximo de donación sujeto a una desgravación, de los 150 euros actuales a los 300. También un tratamiento fiscal para el micromecenazgo, para las donaciones en especie –por ejemplo, para quien done unas obras de arte– o que se incluya la figura de los endowments. En Estados Unidos y en el mundo anglosajón se hace mucho: el donante aporta, por ejemplo, 10 millones de dólares pero no quiere que se los gasten sino que los rendimientos de este capital sirvan para los gastos de la fundación. Así se logra estabilidad para el futuro. Aquí se ha avanzado poco al respecto. Y también pedimos una mayor seguridad jurídica en algunos conceptos sobre los que existen lagunas legales. El proyecto de ley contempla ajustes que hacen el marco jurídico más seguro.

¿Seguridad jurídica?

Las donaciones en especies o servicios no están reguladas. Por ejemplo, que un despacho de abogados elabore un informe o un gabinete de comunicación haga una campaña publicitaria sin cobrarlo. En esto, hoy en día, se entra en una zona gris. Sólo se permite donar cosas más tangibles, pero no la donación de servicios.

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Eugenia Bieto ha sido la primera mujer y, hasta ahora, la única que ha llegado a la dirección general de Esade (2010-2018) | Mireia Comas

¿Está regulado en otros países europeos?

En Francia está totalmente regulada la donación de servicios. Otra cuestión sobre seguridad jurídica: por ejemplo, si eres donante de un teatro, quizás te podrían regalar, como muestra de agradecimiento, unas entradas para sus espectáculos. Esta pequeña contrapartida no está prevista en la ley y, en algunas ocasiones, se han dictado sentencias que consideran que este tipo de prácticas son prestaciones de servicios. Pues la ley debe regular que pueda haber estas pequeñas contraprestaciones.

¿El legislador lo tiene en mente?

Todos los partidos políticos lo tienen en la cabeza. Se plantea en la propuesta de ley que está en trámite. Está muy consensuada.

Entrando en otra cuestión, ¿por qué hay tantas mujeres en las fundaciones?

De esos 92.000 asalariados que trabajan para fundaciones catalanas, las mujeres representan cerca del 70%. A nivel de dirección general o gerencia, también estamos en un 70%. El problema es que, por lo que se refiere a los patronatos, estamos al 34%.

"A las mujeres no nos gustan las cuotas, pero, al final, hemos acabado reconociendo que aceleran los procesos"

¿Cómo es esto?

Los presidentes suelen ser varones y, normalmente, los patronatos se forman por cooptación. En la propuesta de ley se avanza hacia el objetivo de que, al menos, el 40% de los miembros de los patronatos sean mujeres. En los documentos de buen gobierno de la Coordinadora Catalana de Fundaciones ya se indica a las entidades que vayan hacia la paridad de género en los órganos de gobierno. A la pregunta de por qué hay tan pocas mujeres en los patronatos, creo que ocurre como en el mundo de la empresa. En estos momentos, las del Ibex cumplen ya el mínimo del 40% y las cotizadas se están acercando. A las mujeres no nos gustan las cuotas, pero al final hemos acabado reconociendo que aceleran los procesos. Ayuda que exista una ley que diga que el 40% debe ser del género menos representado, ya sean mujeres u hombres.

¿Cuesta más que se presenten mujeres para cargos directivos?

Algunas teorías dicen que ellas mismas se autoexcluyen, pero existen muchos factores como pueden ser los horarios o la dificultad para conciliar. Poder conciliar dentro del mundo fundacional es más fácil que en muchas empresas que te pasas el día viajando.

Eugenia Bieto, presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundacions | Mireia Comas
Eugenia Bieto en un momento de la entrevista | Mireia Comas

¿Y respecto a la presencia de las mujeres en cargos directivos de pymes? ¿Cómo están en otros países?

Depende del país. Los países nórdicos van por delante, pero si nos comparamos con Italia o Francia, estamos igual, o con Austria, donde el porcentaje de mujeres directivas es bajísimo. Hay un techo de cristal. En la empresa pequeña y en la familiar estamos peor que en la empresa grande, pero no mucho peor que en el resto de Europa.

Pero tienen mucha visibilidad ...

Por lo general, a la mujer no le gusta tanto salir en la prensa como a los hombres. Es un pez que se muerde la cola. Por ejemplo, en las aulas de las escuelas de negocio se invitan a directivos para que vengan a explicar su experiencia, normalmente el 80% de los invitados son hombres y sólo el 20% son mujeres. Después, en los casos que se utilizan en las aulas, quienes toma la decisión también son hombres en un 80%. Con esto ya creas en el aula el sesgo, inconsciente, de que quien toma las decisiones son hombres. Esto ocurre por diferentes razones. Estamos cansadas de ver debates públicos o mesas de congresos sin ninguna mujer, sólo hombres.

Cuando estaba en Esade introdujo programas de liderazgo femenino, ¿han funcionado?

El primer año fueron financiados por el gobierno de Noruega junto con la CEOE y el Ministerio de igualdad. La formación es un elemento crítico. Cuando tienes estas promociones de mujeres en el aula y después miras dónde están, al cabo de unos años, ves que han dado un salto.

Eugenia Bieto, presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundacions | Mireia Comas

Eugenia Bieto en la sede de la Coordinadora Catalana de Fundaciones | Mireia Comas

Pero la realidad es que en las instituciones económicas catalanas siempre salen más candidatos hombres que mujeres ...

A veces te preguntas qué está pasando. Pero cada vez existen más instituciones presididas por mujeres. Por ejemplo, en Barcelona Global llevamos ya dos presidentas seguidas. España, por lo que respecta a la presencia de mujeres en la política, está a la cabeza, con más ministras y consejeras. Quieras o no, la política va creando un role model. A mí me pasó que, cuando terminé la carrera, en un banco –que ya no existe– no me contrataron porque era una mujer, pero era quien tenía mejor currículum. Ahora se hace lo contrario. Cuando se busca la contratación de un directivo, las empresas de selección de personal tienen instrucciones por parte de las mismas empresas de que, entre los tres candidatos, al menos haya una mujer. En las fundaciones lo estamos haciendo a la inversa: como hay una mayoría de mujeres, incluimos a un hombre entre los candidatos. De todas formas deben cambiar muchas cosas, cuestiones de brecha salarial, horarios, cultural de conciliación, carga familiares repartidas,...