"Hay un exceso de temporalidad que no está justificado económicamente"

El economista Samuel Bentolila estudia el papel que adquiere la FP dual en la mejora de la calidad del mercado de trabajo para los jóvenes

El economista Samuel Bentolila | Cedida El economista Samuel Bentolila | Cedida

El mercado laboral español dificulta ser joven. La coordinación entre la academia y el mundo de la empresa nunca ha sido la mejor en el Estado, y las desinversiones en formación durante las sucesivas crisis, unidas a una economía terciarizada y a una legislación laboral permisiva con la temporalidad y la parcialidad del trabajo, han provocado que el puente entre periodo formativo y empleo de calidad para los últimos en incorporarse al mercado sea frágil y, en ocasiones, extremadamente largo. Tras años de diversas investigaciones en este ámbito, el economista Samuel Bentolila plantea la gran importancia que un modelo sólido de Formación Profesional dual en la construcción de un mejor acceso al mundo del trabajo. Tras una intervención en CaixaFòrum Macaya bajo título La Formació Professional Dual: L'estudiant que es converteix en aprenent, el economista y docente en el CEMFI discute con VIA Empresa la situación del modelo laboral español tras las reformas laboral y de la FP; los retos diversos y estructurales que el Estado debe enfrentar para mejorar la calidad de vida y trabajo de sus jóvenes y la posibilidad de un futuro de menor hostilidad para con los nuevos trabajadores. 

"El mercado laboral español es un ambiente hostil para los jóvenes". ¿Por qué?

En un reciente paper hay un resultado muy chocante. En las últimas tres décadas, la evolución de la renta salarial y de días de trabajo de los jóvenes sufre una reducción tendencial muy acuciada, mucho mayor que para los adultos. Esto se debe a aspectos como la altísima tasa de temporalidad, que no ha dado señales de caer, y la tasa de parcialidad, que explotó a partir de 2008 y siguió creciendo; además de salarios bajos. Hay una serie de estructuras en el mercado de trabajo español que están perjudicando a los jóvenes, y por eso decíamos que el mercado de trabajo es hostil.

¿Cuáles son estas estructuras?

Por un lado, está lo que tiene que ver con su inserción laboral. Somos un país con muy poca tradición de coexistencia de trabajo y estudio, estamos a la cola de la experiencia laboral mientras se estudia. Esto es un handicap, porque trabajar no parte solo de los conocimientos que tengas. Hay cosas que vas adquiriendo con la práctica, y que no se enseñan en un centro educativo.

Luego está el tema de las instituciones. Hay un exceso de temporalidad y de parcialidad, que esperemos que se reduzca con la nueva reforma laboral, que no tiene justificación económica; amparado por unas leyes que no solamente lo permiten sino que lo favorecen. También una serie de contratos de formación que no verifican suficientemente que de verdad se forme al trabajador frente a simplemente un uso de trabajadores baratos por bonificaciones en contratación; y que no están aprendiendo gran cosa.

¿Hay un déficit muy grande en cuanto a la implementación de los contratos formativos?

En cuanto a la temporalidad, hay dos modelos. Hay un modelo centroeuropeo, con una temporalidad muy infrecuente y muy orientada a estacionalidad. La temporalidad se da como proceso de aprendizaje y emparejamiento entre trabajador y empleador. En España se usa como falta de compromiso del empresario con el trabajador o trabajadora, y se utilizan para cubrir picos de demanda, y se evita que haya un gran poder de negociador del trabajador en relación con la empresa. Esto es lo que intenta atajar la reforma laboral, y ya veremos. De momento hay números alentadores, pero es demasiado pronto para verlo.

"El reto es implementar la FP dual con una mejor coordinación entre empresa y centros de formación"

Esta falta de compromiso de las empresas gracias a la disponibilidad de trabajo temporal también afecta a los trabajos formativos. Hay menos formación, y el trabajador joven está compitiendo con otros perfiles temporales de fácil acceso, de bajo compromiso de la empresa, de baja cualificación y de bajo salario. Eso es parte del problema, y por eso soy moderadamente optimista en la confluencia que tenemos de dos reformas: la laboral y la nueva reforma de la formación profesional.

¿Cuáles son las carencias de la FP en España que esta reforma ataja?

De cara a la inserción laboral, más tiempo en la empresa parece ser mejor. Hasta ahora el tiempo de los estudiantes en la empresa era del 20%, y quizá era poco. La nueva ley admite dos modalidades: una del 25% al 35% del tiempo formativo en la empresa –con lo que dan a entender que hay que subirlo– y un formato intensivo que contempla más del 35% del tiempo formativo en empresa. Este es uno de los principales aspectos que ataja la ley.

Otro hándicap que teníamos era la baja implantación en pymes de la FP dual. Con solo un 5% de matriculados en estos formatos, la dual era un asunto de empresas más grandes, más antiguas, más rentables, inversoras... Pero si esto se extiende a toda la FP, las empresas tendrán que hacer un esfuerzo por solicitarlo y los centros tendrán que hacer un esfuerzo por atraer a las empresas. El reto, pues, es implementar la FP dual con una mejor coordinación entre ellos.

¿La nueva norma abona el terreno para mejorar esa cooperación?

Lo hace porque sobre el papel da más protagonismo a las empresas. No solo ofrece a los estudiantes más tiempo en la empresa, sino que aumenta la proporción de las competencias que se puntúan de cara a la calificación final correspondiente al tutor profesional. Alumno y tutor sabrán que esta parte calibra más, y esto potencia la colaboración. Antes el énfasis era algo más académico; ahora esta evaluación por competencias por naturaleza es un enfoque más práctico, especialmente adecuado para la FP.

La nueva estructura está pensada para fomentar la participación de la empresa, pero lo que quizá falta son mecanismos de puente entre ella y el centro –un papel que en otros países hacen las cámaras de comercio–. Ahí es donde Catalunya es puntera en todo el Estado, porque viene de una participación muy intensa del Consell General de Cambres en la organización de las prácticas en empresa; con el papel de poner en contacto todos los actores. Pensamos que este puede ser un factor para que Catalunya salga muy bien valorada en la evaluación de la FP Dual.

¿De dónde viene esta mayor actividad de las Cambres en Catalunya?

A bote pronto, mi impresión es que Catalunya y el País Vasco fueron las dos regiones españolas donde la industria fue puntera en el siglo XIX, donde despegó más que en ningún otro territorio. La pujanza de las empresas desencadenó este movimiento asociativo via Cambres, un desarrollo virtuoso. Hacían falta mecanismos de cooperación en el tejido económico, y las Cambres vinieron a cubrir esta necesidad.

"El movimiento asociativo de las empresas en Catalunya via Cambres es un desarrollo virtuoso"

Por ejemplo, las Cambres hacen una encuesta de inserción laboral todos los años, en la que las mismas entidades buscan la forma de contactar a los alumnos, con una tasa de respuesta muy alta. Esto es muy útil, y yo no lo he visto en otras regiones. Además, preguntan por cosas que en un dato administrativo no puedes ver, y esto es único de Catalunya.

¿Influye el modelo productivo de cada territorio en el éxito de la FP?

A priori no tendría por qué, en el sentido que formar buenos peluqueros o cocineros es tan importante como formar buenos expertos en mecatrónica o en el sector aeroespacial. Sin embargo, en general el sector industrial –que, reconozcamos, es minoritario en España, con un 10 o 15% del empleo, no más– tradicionalmente ha puesto más hincapié en la formación de los trabajadores. Hay servicios que sí apuestan por la formación, no digo que no, pero la industria ha puesto más énfasis en los procesos de aprendizaje, y eso encaja bien con la FP.

Después hay sectores concretos por comunidad. En Madrid había un sector aeroespacial que demandaba que la formación fuera de tres años, y no de dos, porque entendían que los estudiantes debían estar al menos dos años en el centro educativo para construir una buena base de matemáticas, o de física. La nueva ley ha recogido también esta medida, creo que en positivo: por defecto la formación es de dos años, pero en los ciclos en los que hace falta más tiempo, adelante.

¿Cómo afecta la nueva demanda de perfiles digitales a la oferta de Formación Profesional?

No me gusta especular con conclusiones preliminares, pero es cierto que hemos visto buenos resultados de la FP dual en ciclos relacionados con nuevas tecnologías: programación, plataformas digitales... Todo lo que son nuevas tecnologías, tecnologías verdes, energía y digitalización; que son sectores además muy subsidiados por los fondos NGEU, son campos en los que siempre hemos tenido carencias. Estas nuevas tendencias nos pueden ayudar a rellenar la brecha que sufrimos en comparación con otros países.

¿Cómo se conjuga esta reforma de la FP con la reforma laboral en cuanto a la calidad del mercado laboral para los jóvenes?

Venimos de la concatenación de dos grandes recesiones, y ha llovido sobre mojado. España aún no ha recuperado el PIB previo a 2008. Estamos recuperándonos de una secuencia que los jóvenes han sufrido mucho más. La mayor temporalidad de los jóvenes ha provocado que perdieran más trabajos tanto en la Gran Recesión como en la pandemia. Incluso con las medidas actuales, los ERTE tienden a proteger más a los empleados fijos, porque en el caso de los temporales simplemente se ha dejado que el contrato venciera.

"Cuando se negocia a nivel de empresa hay más sensatez"

A futuro, hay que tener todas las cautelas, porque aún no tenemos una EPA. En la del primer trimestre del año todavía se permitía una temporalidad más libre que la de abril. ¿Los trabajadores estarán más protegidos? Es indudable. Ahora, todavía es muy pronto para cuantificarlo. Los contratos que han caído son los que ahora están prohibidos, como los de obra y servicio, que eran mayoritarios y realmente escandalosos; y se ha disparado el fijo discontinuo, que está pensado fundamentalmente para actividades estacionales, y están subiendo también los contratos a tiempo parcial. Estos son mecanismos de flexibilidad a los que se aferran las empresas ante la desaparición del temporal, que no estaba justificado, pero que no se inspeccionaba. Tenemos que ver cuál va a ser el equilibrio con estos mecanismos de sostenibilidad, y cómo afecta al trabajador en términos de días trabajados y de renta.

¿Qué retos estructurales quedan por resolver en el mercado laboral después de aplicar estas reformas?

Uno, más a medio plazo, es la mejora de la calidad de la educación. En PISA quedamos siempre alrededor de la media de la OCDE –que ya no es tan bueno–, pero si miras el porcentaje de estudiantes que quedan en el 20% superior de las calificaciones, ahí España queda mal, peor que si miras la media. No tenemos muchos estudiantes de excelencia, y este es un reto, porque salimos mal en la foto. Tenemos que mejorar la calidad de la enseñanza a base de más docentes, mejor formados, más reciclados. No se incentiva ni se financia bien la formación al docente durante su carrera.

En segundo lugar, ante la estructura de pymes del país, se está fomentando la creación de emprendedores. Leyes como la de Startups, o la Crea y Crece, eran muy necesarias para fomentar el emprendimiento. También para facilitar la quiebra, porque en España es muy difícil quebrar, es como una maldición bíblica. La nueva ley concursal era muy necesaria, y es una muy buena noticia.

Por otro lado, hay un área, que es la negociación colectiva, que creo que hemos echado marcha atrás. En la reforma laboral de 2012 se va hacia un modelo más descentralizado, con la prevalencia del convenio de empresa sobre el de sector. Los convenios de sector tienen algunas ventajas, pero están muy orientados hacia las preferencias de las cúpulas sindicales y patronales, que se guían por las demandas de grandes empresas y empleados indefinidos, y no tanto por las pymes y los temporales y los parados. Cuando se negocia a nivel de empresa hay más sensatez, algo que a veces en las cúpulas no se ve. Considero que este factor va a ser negativo para el empleo.

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