Casi la mitad de los niños y niñas en edad escolar acuden, en algún momento del año académico, a clases particulares fuera de su centro. Lo hacen para ampliar, perfeccionar, reforzar o recuperar conocimientos. Los idiomas –inglés y otros– son la prioridad número uno del gasto de las familias en esta educación no reglada, un sector que está empezando a ser gigante. Tanto que los expertos le califican de "educación en la sombra".
Las familias catalanas gastan de media 121 euros por alumno en clases particulares de materias curriculares, por encima de 94 euros de media estatal, según un estudio de Esade. Los datos corresponden al curso 2019-2020 y reflejan también un gasto de 107 alumnos por estudios no reglados de idiomas y 55 por estudios de enseñanzas artísticas no regladas. Con estas cifras Catalunya se sitúa en lo alto del gasto general, con unos 283 euros de media sumando las tres tipologías -270 en España-. En el conjunto del estado el gasto fue de 1.700 millones de euros.
El estudio concluye que es necesario aumentar la confianza pública en los centros educativos para evitar que la 'educación en la sombra' se imponga como norma social. Así, demanda políticas que aborden los factores que están acelerando la expansión de estos aprendizajes. Entre ellos sitúa los exámenes externos altamente competitivos y las tasas injustificadamente altas de fracaso y repetición. También apunta que se necesitan reformas en materia de certificación del aprendizaje, orientación personal y profesional y multiplicación de itinerarios formativos donde todos puedan encontrar su sitio.