"2020 ha sido un año extraordinariamente complicado", ha empezado su intervención el presidente de la Fira de Barcelona, Pau Relat. "No podemos estar ni contentos ni satisfechos del año", ha añadido el director general de la institución, Constantí Serrallonga. El balance de 2020 no es fácil de hacer para un organismo que ha tenido que parar casi completamente la actividad debido a la covid-19. Pero el mensaje que han transmitido los directivos de la Fira es que habría podido ser mucho peor y, sobre todo, que el optimismo los llena al poner los ojos en 2021. Llevan nueve meses aguantando la respiración y todavía les quedan tres más, según el director general: "Prevemos que a partir de la primavera empezaremos a celebrar eventos".
La facturación de este año -a falta de cerrar los números definitivos- ha sido de unos 82 millones de euros. Los 220 millones de euros del año pasado quedan muy lejos. Pero Serrallonga ha destacado el ebitda, que se ha situado en 100.000 euros. "No hemos generado recursos adicionales, pero tampoco hemos perdido: hemos logrado un cierto equilibrio", ha dicho. Ha sido en una rueda de prensa presencial en la que también han asistido la alcaldesa de Barcelona y presidenta del consejo general de la Fira, Ada Colau, y el consejero de Empresa i Coneixement, Ramon Tremosa.
Los dos políticos han destacado que la Fira tiene que jugar un papel relevante en la reactivación económica. Para demostrarlo, ha explicado Colau, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat han hecho "un esfuerzo suplementario al cierre de cuentas de 2020". Esta aportación extra en concepto de apoyo a acontecimientos concretos que sí se han celebrado, ha sido de 10 millones de euros, como ha detallado Serrallonga. El año pasado también hubo una partida con este mismo concepto, pero fue de 2,5 millones. La cifra de este año todavía tiene margen de crecimiento, puesto que el ente todavía se encuentra en conversaciones con el tercer miembro del consejo de gobierno, la Cambra de Comerç de Barcelona, para concretar la aportación que hará.
Todos han destacado que las limitaciones y dificultades para desarrollar la actividad no han parad a la Fira durante estos nueve meses desde el inicio de la pandemia. Se ha hecho lo que se ha podido. "No podíamos dejar los sectores huérfanos de ferias; son el lugar donde se generan contenidos, se hace networking y negocio", ha indicado Serrallonga. Y el presidente de la institución ha añadido que las prioridades de este 2020 han sido cuatro: "Apoyar las necesidades sanitarias y sociales, mantener el contacto con las administraciones y entidades económicas, prepararnos para volver con fuerza en 2021 y frenar el impacto de 2020 sobre nuestras finanzas".
Retomar la actividad y sacar el ERTE
De hecho, una de las principales consecuencias económicas del coronavirus sobre la Fira la viven sus 400 trabajadores, que todavía se encuentran en situación de ERTE. "Es flexible y lo vamos adaptando a la actividad que tenemos, pero esperamos terminarlo en 2021; ha sido esencial para mantenernos", ha explicado Serrallonga. Esto dependerá del momento en el que las condiciones sanitarias hagan posible la reanudación de la actividad ferial, que, como ya han expresado desde la institución en varias ocasiones, prevén que sea en primavera.
Las previsiones para 2021 es de facturar 125 millones de euros, teniendo en cuenta ferias con menos asistentes
Esta recuperación tiene que hacer alcanzar una facturación de 125 millones de euros. A pesar de que todavía es muy inferior a los más de 200 millones que lograron en el ejercicio pasado, supera el desastre de este 2020. ¿Por qué no se recuperará el nivel habitual de ingresos? Según Serrallonga, "por un lado, arrancaremos más tarde de lo que sería normal y, por el otro, la movilidad internacional quizás todavía no está normalizada". Así, los cálculos que aparecen en los presupuestos de 2021 están hechos sobre el escenario de salones con menos asistentes de los que habría en condiciones habituales.
"Enero, febrero y marzo serán una época de transición hacia la nueva etapa postcovid", ha dicho el director general. De hecho, en enero no tienen ningún acontecimiento previsto. En febrero y marzo sí esperan empezar a celebrar algunos actos de menor tamaño. Pero no es hasta abril que está agendada la primera gran cita: el Saló de l'Ensenyament. "Es nuestra primera apuesta; un acontecimiento local para empezar e ir recuperando progresivamente salones de mayor alcance", ha justificado Serrallonga.
Los otros retos de la Fira
El Saló de l'Automòbil y Alimentaria supondrán un paso más, dirigidos a un público también de otros territorios del Estado y países vecinos. El ISE a principios de junio será el primer contacto con asistentes europeos, mientras que el Mobile World Congress de finales del mismo mes tiene que suponer el salto a la escala global. Todo esto, con el condicionante siempre de la situación sanitaria.
En otoño será cuando se concentrará la gran mayoría de ferias anuales que se han cambiado de fecha para asegurar que se podrán celebrar: el IoT Solutions World Congress, el Smart City, el Construmat -que se une con el salón de Piscina y Wellness-, Hispack, la Valmont Barcelona Bridal Fashion Week... "Tenemos problemas de calendario por meter toda la actividad prevista para otoño!", ha afirmado Serrallonga. En total, más de 100 acontecimientos previstos para 2021.
"Tenemos problemas de calendario en otoño para meter toda la actividad que hay prevista; en todo 2021, más de 100 acontecimientos", según Serrallonga
Pero la reactivación de los salones no es el único reto de la Fira el año que viene. La ampliación del recinto de Gran Via avanza y mantiene el plazo de estar acabada en 2024. "Será el cuarto recinto de Europa que superará los 300.000 metros cuadrados, además de los de Hannover, Milán y Frankfurt", ha explicado el director general. También mantendrán cierta actividad internacional, con salones en México y China, entre otros. A partir de noviembre, se harán cargo de otro recinto, el CCIB (Centro de Convenciones Internacional de Barcelona).
El optimismo da cara a 2021 es evidente. También del consejero de Empresa, que ha asegurado que "cuando desaparezca la incertidumbre que provoca la pandemia se prevé que el dinero ahorrado salgan al consumo de manera rápida". Este rebote de la economía mantiene las esperanzas de la Fira.