
Aparte de las consecuencias sanitarias y económicas, la covid-19 también ha tenido efectos psicológicos sobre buena parte de la población. En el caso de aquellas personas que han vivido de cerca la pandemia, la necesidad de acompañamiento emocional y espiritual se ha disparado, tal como informa la Fundació "la Caixa". La entidad ha ofrecido acompañamiento de este tipo a 7.151 pacientes al final de la vida y a 7.589 familiares en Catalunya durante 2020.
Han sido atendidos por los 230 psicólogos, trabajadores sociales, médicos, enfermeros, agentes pastorales y más de 1.000 voluntarios que forman parte de 44 equipos de atención psicosicial. Actúan en 132 hospitales de toda España y 133 unidades de apoyo domiciliario. Estas son cifras de todo el Estado español, donde han atendido un total de 24.894 pacientes y 31.836 familiares. En Catalunya, el programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades cuenta con 11 equipos en 39 hospitales y 42 equipos de atención domiciliaria.
"La pandemia nos ha traído muchas muertes, muertes sin preparar y muertes no esperadas. Ahora podemos decir que estamos más preparados que antes de la pandemia para hablar de la muerte y del trabajo que se hace en las unidades de curas paliativas", según Montserrat Esquerda, directora del Institut Borja de Bioètica y colaboradora del programa. Ha sido, según la fundación, el año más intenso desde que nació la iniciativa en 2009.
"Los profesionales del programa han tenido que aumentar intensamente sus esfuerzos para mantener su tarea asistencial en unas condiciones tan complicadas como las que se han generado en el ámbito hospitalario", indica la entidad a través de un comunicado. El trabajo no sólo se ha centrado en las personas que estaban en situación de final de vida, sino también a las que se han visto gravemente afectadas por la covid-19, sus familiares y los profesionales que las atendían.
Verónica Linares, una de las psicólogas del programa en Tarragona, asegura que "una de las cosas que hemos detectado es la necesidad de ofrecer una atención integral al enfermo. Se atiende al cuerpo y la salud, y es un reto pasar a un paradigma más psicosocial. La covid-19 ha puesto de relieve la importancia de este tipo de atención y también la necesidad de que la figura del psicólogo tenga más presencia en el sistema sanitario para poder hacer este acompañamiento psicológico, espiritual y relacional. Hasta ahora se ha estado trabajando con el dualismo entre cuerpo y alma, pero ya estamos viviendo un momento en el que podemos integrar ambas partes y tratarlas como un todo".
La evaluación científica del programa concluye que la atención psicosocial ofrecida responde a las necesidades y mejora en el 90% los síntomas que provoca la enfermedad y que perjudican al estado anímico y psicológico de los enfermos atendidos. El estudio establece que el 92% de las personas enfermas califican de excelente o muy buena la atención recibida, y cerca del 90% aseguran que han podido resolver temas difíciles (la mayoría, de comunicación y de relación con la familia y el entorno) gracias a este apoyo.