Europa es el precio de la tranquilidad

Tobías Martínez, Francisco Reynés, Antonio Garamendi y Juanjo Cano repasan los retos de una empresa española que necesita "un tiempo para estabilizar lo que ha construido"

Antono Garamendi, Tobías Martínez, Francisco Reynés y Juanjo Cano durante su ponencia en la Reunió del Cercle d'Economia moderada por Carmina Ganyet | EP Antono Garamendi, Tobías Martínez, Francisco Reynés y Juanjo Cano durante su ponencia en la Reunió del Cercle d'Economia moderada por Carmina Ganyet | EP

La caída de las grandes verdades que identificaban el presidente de CaixaBank José Ignacio Goirigolzarri y el presidente ejecutivo de Telefónica José María Álvarez-Pallete ha cometido el pecado de politizar los consejos de administración. Balances, beneficios y relaciones laborales han cedido parte de su espacio en las conversaciones dentro de la gran dirección a la geopolítica, las relaciones internacionales o la aritmética parlamentaria. La empresa tiene un nuevo encaje en un mundo post-globalización, y se debe pensar dentro de flujos de capital, talento, inversiones y energía que trascienden las fronteras de los estados e incluso de las federaciones. "Esto ya no va de países, va de regiones; incluso de bloques", reflexiona el CEO de Cellnex Tobías Martínez, que reclama cierta calma estratégica complementaria con la adaptación a retos internacionales "inesperados". "Cambiar la estrategia no, adaptarla sí".

La última sesión de la segunda jornada de la Reunió del Cercle d'Economia ha acogido a algunas de las grandes firmas que mueven la economía del Estado. El jefe de los empresarios españoles, Antonio Garamendi, no comparte el halo de optimismo que han proyectado muchos de los parlamentarios de la semana. El presidente de la CEOE ha criticado una falta de "estabilidad política, reguladora y calidad de la norma", una carencia que reprocha a unas administraciones que "cada día cambia las cosas, se ven anuncios diferentes". Reflejado en la apuesta política de la patronal catalana Foment del Treball, ha expresado su preocupación por "la empresa más grande de España, que se denomina Estado". Los resultados económicos españoles posteriores a la pandemia –Garamendi sitúa en primera llanura la cifra de déficit, que a pesar de que baja se sitúa en el 6,9 % del PIB– exigen, opina, "ortodoxia económica"; una aproximación restrictiva que contrasta con la celebrada "diferente reacción a la crisis" que reivindican los Gobiernos catalán y español.

Martínez: "Cambiar la estrategia no; adaptarla, sí"

Por su parte, el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, reclama más ambición en la generación de gases verdes. Las energías renovables, constata el empresario, "no resuelven el conjunto del problema del mix energético". Las apuestas por la descarbonització europea y del Estado español "no tiene sentido si no se pone toda la carne en el asador allí donde puede contribuir", reclama Reynés, que observa que una transición absoluta hacia un mix de renovables "no será realizable en los próximos 10 o 15 años". El presidente de Naturgy ha mantenido la reivindicación de muchos de los líderes industriales del sector energético que han pasado por el Cercle de un gas que debe servir de transición y de complemento al pool eléctrico más sostenible. "El gas nos salva de los valles de generación de renovables, que son intermitentes", argumenta el empresario, aunque reconoce que el control de esta materia recae en "países no alineados con los objetivos marcados por la Unión Europea"– una unión con muchas dificultades de ser tal en términos energéticos, en cuanto que "cada país viene de inicios y realidades muy diferentes".

Si bien la sostenibilidad es el primer reto de las empresas al salir de la pandemia, la digitalización no queda atrás. Pese a los orígenes diversos de que parten los países de la Unión, Martínez continúa reclamando una unidad estratégica europea también en términos tecnológicos "Todo esto, de nuevo, va de regiones", reitera el empresario. Así, el dirigente de la operadora de infraestructuras reclama "una estrategia unitaria europea del 5G" que acelere la adaptación a los nuevos modelos de conectividad que en otras regiones del mundo ya están más que implementadas. Martínez recuerda que, si Europa mira al este –hacia entornos como China, Japón o Corea del Sur– verá países donde las infraestructuras ya cuentan con una implementación social y técnica amplia. Más allá de la conectividad, Martínez pide comunión regional también en la fabricación de ítems tecnológicos cómo los microchips, necesarios para la adaptación a la digitalización. Aún así, Reynés avisa que la dependencia internacional también puede venir de los materiales, en cuanto que Europa es "la región más habitada en menos superficie y con menos recursos".

Adaptación y talento

"¿Cómo hablaremos de digitalización si no tenemos el talento para gestionarla?", se cuestiona Garamendi, que considera que la base de las grandes transformaciones económicas del país exige una mejora de la formación de la fuerza de trabajo española. En comparación con la Unión Europea, el presidente de la patronal reprocha la ausencia de apuesta por la formación profesional, que está muy lejos de la media de los países del entorno –en relación con una infraformación laboral que supera ampliamente a la de los socios regionales. El empresario reclama un programa educativo que no solo ofrezca las formaciones necesarias, sino que atraiga los potenciales trabajadores a esta oferta. "Hacen falta miles de fontaneros, electricistas, conductores de autobús en el Estado español, con convenio, y la gente no se apunta a las formaciones". En este sentido, el presidente de la CEOE se felicita por las medidas de atracción del talento a las formaciones profesionales y a la STEM, reclamando la unidad de todos los factores productivos.

El presidente de KPMG, Juanjo Cano, en un sentido similar, reclama "apoyo de la empresa, pero especialmente apoyo a la empresa" en los términos del talento. De la mano de las consideraciones de Garamendi, Cano entiende necesarioa una "valoración de la tarea de la empresa y el empresario, y que se lo ayude para hacer sus aportaciones a la sociedad". Desde el sector de la consultoría, que "vive enteramente del talento", el presidente se muestra "preocupado por su atracción, pero especialmente su retención". La mejora de las condiciones empresariales del país necesitan no solo de adquirir los mejores profesionales, sino de desarrollarlos y ofrecerlos las condiciones óptimas para que lo hagan. Así, anima a los empresarios a acercarse a las demandas del nuevo talento, de los trabajadores jóvenes, que "saben lo que quieren, pero quieren cosas diferentes de las que pensamos que tienen que querer". Así, Cano recomienda que "se permita que cada trabajador sea él mismo", para atraer la innovación que se genera en un espacio rico en nuevos perfiles laborales.

La economía tranquila

"Todos los principios de la física tienden hacia la estabilidad, y el ser humano también", reflexiona Martínez, que disecciona más de una década de "carencias de seguridad" desde el crack financiero de 2008. Aún así, los cambios de paradigma que han impuesto las grandes crisis de la última década hacen que no haya una continuidad histórica entre los acontecimientos de hace años no se traducen directamente en el futuro inmediato. Está de acuerdo Reynés, que avisa que "ya no se puede coger una tabla de Excel, echar atrás y predecir lo que pasará en adelante". Así, los esfuerzos que ciudadanos, empresas y gobiernos que Martínez considera que se tendrán que implementar en los próximos años tienen como objetivo final "unos años de tranquilidad". El CEO de Cellnex considera que "vienen tiempos de sacrificio", un sacrificio necesario para "estabilizar todo aquello que estamos construyendo". "Europa es la mejor región del mundo, y el trabajo de ahora es porque continúe siéndolo".

Garamendi: "Nadie recuerda a los miles de empresas que han caído"

Reynés comparte la necesidad de este esfuerzo por parte de las sociedades contemporáneas. El presidente de Naturgy identifica, sin embargo, la necesidad de este trabajo tanto desde la sociedad como desde la empresa. Negando Friedman, el empresario considera que "ahora nadie se atrevería a decir que el único rol de la empresa es la creación de valor para los accionistas". El rol del empresario es comprehensivo, afecta al conjunto del hecho social, pero el presidente no acierta a encontrar la fórmula que equilibre el beneficio empresarial con las tareas sociales. Sí que argumenta, por otro lado, que una de las claves reside en la "recuperación de la cultura del esfuerzo" por parte de una sociedad que, piensa, no está tan dirigida al trabajo cómo años acá.

Si los ponentes desean la tranquilidad, apunta Garamendi, es porque venimos de años turbios. "Nadie recuerda los miles de empresas que han caído", reclama el presidente de la patronal, que exige un reconocimiento a "todos aquellos que ahora están fracasando". Una mejor integración de esta cultura del esfuerzo también serviría, según el empresario, para aceptar y valorar a los empresarios afectados por las crisis subsecuentes –y también a aquellos que fracasan.

El Gobierno en la otra trinchera

"Los empresarios crean riqueza, y también tienen derecho a ganar dinero". Garamendi se enfrenta a una cultura contraria al negocio que, afirma, considera "una vergüenza" que crezca el número de millonarios en el Estado español. La reivindicación de los beneficios empresariales y de los derechos de los propietarios del capital sobre sus rentas viene acompañada por un antagonismo que detecta en las administraciones públicas del país. Garamendi, así, critica cómo "en el Primero de Mayo, los empresarios vieron el árbitro y el linier jugando al equipo contrario". Durante su ponencia a la Reunión del Cercle d'Economia, el cabo de los empresarios ha sido profundamente crítico con la gestión del Gobierno central y el apoyo que observa hacia el mundo del trabajo. De hecho, rechaza la responsabilidad que las administraciones han traspasado a los agentes sociales para llegar a acuerdos que estabilicen la economía del país. "Si quieren un pacto de rentas, los partidos tienen que negociar. Nosotros hablaremos del acuerdo salarial, pero no nos trasladen responsabilidades que no son nuestras".

Calviño: "Estamos viendo un crecimiento de la inversión superior al 10%, un elemento de recuperación único en comparación con otros momentos de nuestra historia"

En la trinchera de enfrente, la vicepresidenta primera del Gobierno central y ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño celebra la que considera una gran situación para la recuperación de la economía española. Donde Garamendi exigía aquella "ortodoxia económica" que recuerda a las recetas posteriores a la crisis financiera, la titular de Economía mantiene la línea con los responsables públicos del país que apunta hacia una "salida diferente de la de 2008". El primer ejemplo, la reforma laboral, que ha generado 1,8 millones de contratos indefinidos desde su aprobación. En contra del presidente de la patronal, la ministra opina, de hecho, que las políticas expansivas son un motor económico claro, en cuanto que ayudan a "recuperar los niveles de inversión del 2012 después de una década perdida". "Estamos viendo un crecimiento de la inversión superior al 10%, un elemento de recuperación único en comparación con otros momentos de nuestra historia" –una recuperación enfrentada por la inflación, a pesar de que la ministra espera que esta vuelva a anclarse al 2% durante el ejercicio 2023.

Así, y de la mano de las consideraciones regionales de los empresarios, los pasos adelante del proyecto de integración europea en un sentido económico han supuesto un verdadero motor de los "buenos resultados" del mercado español. "Muchos elementos muestran una mejor salud económica" que el ejercicio anterior, confirma Calviño, que defiende que la gestión de la administración central ha dejado la Estado en el camino de un "patrón de crecimiento más sostenible que en otros momentos de su historia". La vicepresidenta, además, ha querido subrayar el rol del Fondo de Recuperación y el proyecto Next Generation EU en la renovación del ecosistema productivo del Estado español, con los pertes del vehículo eléctrico, los chips o el sector agroalimentario. En un camino similar al de Martínez, Calviño ha valorado la amplia cobertura del 5G y las nuevas fórmulas de conectividad en el Estado español. En el conjunto del proceso, además, Catalunya tiene una "participación estratégica", de la mano no solo de uno de los PIBs industriales más elevados de la región, sino de estructuras tecnológicas como el Supercomputing Center.

Pese al el enfrentamiento estratégico que la Reunión del círculo ha revelado entre instituciones y empresas, tanto Garamendi como Calviño, así como los empresarios que han acompañado el presidente de la patronal, han hecho apelaciones a una unidad de acción necesaria, consideran, para superar las trabas económicas. La ministra de Economía, en este sentido, defiende la "hoja de ruta clara" que el Gobierno sigue en el marco del Plan de Recuperación. Sobre estas líneas maestras, la vicepresidenta pretende "movilizar a todos los sectores productivos y el conjunto de la sociedad", buscando la recuperación la transformación productiva. "Cuando remamos todos juntos, somos capaces de grandes cosas", concluye.

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