COP28 en Dubai: más allá de las ideas fáciles

Uno de los principales acuerdos a los cuales se pretende llegar en esta cumbre de Dubai es financiero, pero "esto no nos lo explica nadie"

Los Jefes de Estado mundiales en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) | Europa Press Los Jefes de Estado mundiales en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) | Europa Press

Una de las cuestiones que se esconde detrás del problema del cambio climático es que permite charlar más que no hacer. A la mayoría de la gente se le llena la boca defendiendo las acciones más radicales para el cambio climático. Ahora bien, a todos aquellos que se manifiestan de manera tan clara -y también a aquellos que cuando presentan en los países productores de petróleo lo hacen asociándolos a casi delincuentes- los preguntaría: ¿ya te has comprado un coche eléctrico? ¿Ya te has puesto placas solares en todas partes? Si se sienten un poco activistas, los recomiendo instalarse en la puerta de un concesionario de automóviles, y a la que vean a alguien que acaba de comprarse un coche con motor de explosión van y le tiran huevos podridos.

Los medios catalanes han presentado la reunión del COP28 en Dubai como es típico en ellos: bajo la óptica del adolescente inmaduro que se deleita para acontecer la nueva Greta Thunberg. La imagen proyectada es la de una reunión de desaprensivos -a los que hemos elegido- que se niegan a llevar a cabo aquello que preconiza un exjefe de gobierno, António Guterres -que no hemos elegido-, que, como secretario general de la ONU disfruta de responsabilidades diluidas e indefinidas. Y con la innegable ventaja de no tener que pasar cuentas sobre los resultados de su gestión ante nadie.

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Pero la reunión del COP28 es mucho más que la palabrería. Estas reuniones, como la que dio el pistoletazo de salida en París, tienen compromisos. E importantes. Querría explicarlo con un poco más de detalle.

La gente tiene que saber que uno de los principales acuerdos a los cuales se pretende llegar en esta cumbre de Dubai es financiero. Y esto no nos lo explica nadie. En el año 2009 en la cumbre de Copenhague se pactó que los estados ricos pusieran 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los otros estados pobres en las acciones contra el cambio climático. Este acuerdo se ha ido cumpliendo más o menos. Unos años han sido 90.000 millones, otros 89.000... etc. Uno de los acuerdos a los cuales se tiene que llegar en esta cumbre de Dubai es el de regularizar las aportaciones hasta día de hoy: es decir, poner lo que falta para llegar a los 100.000 millones anuales desde el 2009 hasta el 2024. El hecho es importante, puesto que hay desviaciones. Además, se tienen que iniciar conversaciones para aprobar, a lo largo del 2024, las nuevas aportaciones para que se apliquen a partir del 2025. La cantidad a aportar por parte de los estados ricos tendrá que ser limpiamente superior a los 100.000 millones que regían hasta ahora. Por lo tanto, luchar contra el cambio climático cuesta dinero. Y mucho. El que nos tenemos que gastar para nosotros y el que tenemos que aportar para los demás. Preparen el bolsillo porque la lucha contra el cambio climático va más allá de la verbosidad y de las manifestaciones de estética sofá.

"Uno de los principales acuerdos a los que se pretende llegar en esta cumbre de Dubai es financiero"

¿Cómo se pasa este dinero a los países que los necesitan? Mediante las instituciones financieras internacionales existentes, que tienen que reconvertir el catálogo de proyectos que normalmente gestionaban para incorporar aquellos que hacen referencia a la nueva economía verde. Hablamos del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, etc.

Cómo se distribuirán los fondos, se puede ver en el gráfico siguiente:

La siguiente cuestión importante es a qué se dedican estos fondos. Hay tres tipos de acciones que actúan sobre los efectos del cambio climático:

  • Adaptaciones. Un ejemplo lo constituye el dejar de talar árboles en la selva amazónica. La economía de la zona se tiene que adaptar a nuevos modelos de negocio.
  • Sustituciones. Se trata de sustituir los elementos que constituyen la producción o el consumo de energía. Instalación de generadores de energía verde o, también, sustitución de los elementos que consumen energía para otros más optimizados.
  • Mitigaciones. Ayudas a los desastres causados por el cambio climático.

Muchos se pensarán que el dinero se tiene que destinar a instalar material. Pues no señor. Es interesante observar que el problema más grande que tienen las economías en desarrollo son los desastres meteorológicos: dinero para mitigar. Miren, si no:

Y, finalmente, conviene mirar qué sectores son los más afectados y que necesitan dinero para luchar contra el cambio climático.

Resulta lógico que el sector que necesitará más ayudas sea el energético. Pero también la agricultura que tendrá que optimizar procesos y dejar de consumir fertilizantes que consumen mucha energía en su fabricación. Todos los sectores tienen que cambiar la manera de hacer. Y en todo el mundo. Y deprisa. El reto es fenomenal, pero tiene una característica buena: se ha decidido globalmente que hay que ir por aquí, y todo el mundo se ha abocado. Cuando esto tiene lugar, los resultados son imparables. Cuando todas las inteligencias, todos los cerebros, se focalizan en solucionar un problema, vamos en buena dirección. Nada nos parará. La experiencia la tenemos en la vacuna de la covid.

Como conclusión: detrás una conferencia como la que está teniendo lugar en Dubai, hay mucho trabajo y muchos especialistas trabajando. ¿Que hay vagos y aprovechados? Seguro. Pero no nos tendríamos que engañar. Estas conferencias tienen poco que ver con lo que se nos informa. Y las herramientas para luchar contra el cambio climático son complejas y diversas. No justo es decir, simplemente, que dejamos de consumir petróleo. Las ideas fáciles, propias de adolescente superficial, tendrían que dejar de constituir el sistema que alimenta nuestra percepción de la realidad.

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