
El Govern quiere dar un impulso al almacenamiento de energía renovable y ha acordado extender el plazo de concesión de agua para futuras centrales hidroeléctricas reversibles que se implanten en las cuencas internas. El Consell Executiu ha dado luz verde este martes para que la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) amplíe la concesión de agua para este tipo de centrales que se implanten en las cuencas internas hasta los 50 años -actualmente era de sólo 25 años-, que se podrán alargar excepcionalmente hasta los 75 años cuando sea imprescindible para la amortización de las obras objeto de concesión. La medida quiere equiparar así los plazos máximos de las cuencas internas de Catalunya con los de las cuencas del Ebro y el Júcar.
La ampliación quiere incentivar el desarrollo de nuevos proyectos de reversibles, que necesitan un largo período de funcionamiento para amortizar las grandes inversiones que requiere la construcción de la infraestructura. Actualmente, la Ley estatal de Aguas (Real decreto legislativo 1/2001) da preferencia a la concesión para este tipo de centrales por encima de otros usos no prioritarios, como los industriales y los recreativos.
Futura central reversible en el embalse de la Baells
En Catalunya hay en funcionamiento desde el siglo pasado dos centrales reversibles, las de Estany Gento-Sallente (Pallars Jussà) y Montamara (Pallars Sobirà), con una potencia instalada de 534 megavatios (MW) en conjunto. También está en funcionamiento la central de Moralets-Baserca, de 246 MW, que descarga en el río Noguera Ribagorçana y está situada en Aragón, pero participa de la gestión del sistema eléctrico catalán.
En las cuencas internas, la ACA ha iniciado el trámite de concesión de aguas para un proyecto de central reversible en el río Llobregat, que prevé aprovechar el embalse existente de la Baells como balsa inferior y construir una superior. La Prospectiva Energética de Catalunya (PROENCAT) 2050 otorga un papel fundamental al bombeo hidroeléctrico. Prevé que la potencia en este tipo de centrales se incrementará en nuestro país en como mínimo 3.200 MW en las próximas décadas.
Las centrales hidroeléctricas reversibles o de bombeo funcionan mediante un circuito de agua que circula entre dos embalses: uno superior y uno inferior. En las horas del día en que hay sobreproducción de energía en el sistema gracias a las renovables (las horas de sol o de más viento), las centrales consumen energía bombeando agua hacia la balsa superior; mientras que las horas de más demanda de energía, dejan caer el agua y la turbinan hacia la balsa inferior para generar la electricidad necesaria. De este modo, el almacenamiento de agua se complementa con la generación de energía fotovoltaica y eólica y contribuye a estabilizar el sistema energético y a equilibrar el mercado eléctrico.